Método de economía para hacerse ricos

“No cabe ya la confianza en el proteccionismo ni en la chapuza”. (Moreno, 1997).

La sociedad civil y la opinión pública exigen a las empresas, cada vez más, que asuman su responsabilidad social; pero también que los trabajadores, agentes sociales, los gobiernos y bancos, creen con equidad y justicia la redistribución de las ganancias sin desequilibrios desmesurados. Al albor de nuestros días, durante mucho tiempo asistimos en esta sociedad esperpéntica al enriquecimiento desaforado de una parte de la sociedad, de la no rentabilidad ética…

¿Cuál es el método económico para ser ricos? Cobrar varios sueldos, estar posesionados en un puesto donde se maneje mucho dinero: no dar cuentas a nadie, ser ciudadano de primera clase, aunque los más débiles tengan que pasar por un comedor de caridad. Pues aunque la mona se vista de seda, mona se queda: y esto les ocurre a cuantos sin piedad y disfrazados, hacen su agosto en cualquier tiempo.

Los tiempos convulsos y de escasez siempre son para los mismos: los más débiles; pues el pez gordo se come al pequeño y en este caso, son los trabajadores, los jubilados los que no pueden llegar a fin de mes, los parados que ya no cobran el subsidio o las prestaciones de la seguridad social…

Determinadas clases políticas no tienen estos problemas en los tiempos convulsos, estas clases han adoptado el método económico de una estructura piramidal que les libra de pasar estrecheces: la arquitectura económica para algunos es un salvavidas de absoluta seguridad, aunque tengan que machacar a los demás.

“No es suficiente que el hombre esté bien alimentado, que se cubra el cuerpo de manera adecuada ni que cuente con una vivienda adecuada. La naturaleza racional de los individuos exige que se le brinde instrucción y la cultura adecuada. De lo contrario, se le diferencia muy poco de los brutos”. (Sabiduría de Confucio).

El hombre de la col era un bromista; el de la bolsa de cien libras, un astuto. Cuando se extrema el absurdo, es demasiado honor querer combatir el horror con racionamientos demagógicos, es una estupidez, pero los individuos le vemos la cola de la rata que medio fuera de su madriguera enseña lo que es, un roedor…

En nuestros días han fracasado las ideologías mal llamadas progresistas: todos ellos quieren ser ricos en dinero, pues faltos de principios éticos devoran sin piedad todo lo que se les pone por delante; así nos van las cosas: una globalización de armas tomar, de conflictos mundiales, de miseria, de falta de cultura y de compasión. 

“Los hombres de más talento son aquellos que reconocen el espíritu del pueblo y saben dirigirse por él. Estos son los grandes hombres de un pueblo o nación, que guían al pueblo con espíritu universal.” (Hegel). Los grandes estadistas procuran más por los habitantes de su nación que por sus ideologías; no piensan en los métodos de sus economías, sino por las economías de su nación como precepto primero del bien común. ¿Dónde se hallan los hombres virtuosos para llegar a ser buenos ciudadanos? Todo depende de los individuos como tales, de la visión universal del estado, de las instituciones que están cerca de los ciudadanos, y no de las milongas que nos quieren vender. El estado de la naturaleza de las cosas tiene una ley natural, cuando esta se sobrepasa vienen las crisis y los problemas crecen como el pulgón en las plantas que no se tratan a su debido tiempo. “El cumplimiento de la responsabilidad social de la empresa puede cuantificarse y convertirse en un instrumento de riqueza”. (Adela Cortina).

19.6.10. J.T.D.     

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