José Tarrazó Durá
José Tarrazó Durá, desde los 13 años reside en Ontinyent (Valencia). Polifacético en sus tareas profesionales y sociales, siendo mecánico y agricultor. Escritor, vinculado en el mundo de la cultura, como director de un programa cultural de la Cadena Ser durante cinco años. Invitado en determinados debates de televisión. Articulista de opinión en el “Periòdic d’Ontinyent” y Loclar. Escritor de varios textos para sus respectivas sinfonías. Determinadas actividades en asociaciones de ámbito nacional e internacional. Mensajero de la Paz de la UNESCO. Creador del programa internacional sobre Cultura para la Paz, divulgado por la UNESCO. Asistente en determinados congresos y conferencias internacionales y nacionales, fundador de varias asociaciones de carácter altruista.
Mi biografía es bien sencilla; nací en un pueblo que se llama el Palomar, hijo de un profesor de música, José Tarrazó, de una familia hacendada. Persona culta, inquieta en la cultura. Realicé mis estudios hasta el bachiller y formación profesional.
Mi primer libro se publicó en 1996, El hombre y la Paz, Pada del Alma, poesía, y se presentó en la Universidad de Valencia, en la Capilla de la Sapiencia, en la calle la Nau. En 2001 registré el Proyecto Escuela de la Paz. En 2002 el Programa Cultura para la Paz, del que hice donación a la UNESCO.
Mis libros básicamente son de narrativa ética-filosófica, poesía y ensayo; en ocasiones sobre la proximidad de los distintos acontecimientos mundiales y los problemas ocultos que no quieren que conozcamos los ciudadanos.
Es interesante la autoedición, la independencia del escritor da plena libertad para escribir de aquellos temas que consideremos oportunos; al no estar politizados ni condicionados por el sistema nos da plena autonomía.
Mi género predilecto es la narrativa ética-filosófica, la igual que estudiar a los grandes filósofos, Agustín de Hipona, Anexágoras, Aristóteles, Francis Bacon, Aranguren, Rene Descartes, Erasmo de Rotterdam, Montesquieu, José Ortega y Gasset, Pitágoras de Samos, Platón, Miguel de Unamuno, Adela Cortina, el mensaje de Cristo, Buda y un largo etc…
Mi manera de escribir es hacerse una radiografía sencillamente, concebir el tema que quiero desarrollar y ponerme delante de la pantalla del ordenador y desgranar aquello que considero plasmar en cada capítulo, nunca he seguido ningún guion, aunque suelo documentarme bastante, pero sobre la marcha…
Nunca preparo las historias, tengo mi pedagogía personal y mi propia filosofía, de ello se deriva que mis libros sean la escritura del siempre ahora, con temas actuales, reflexivos y en ocasiones punzantes e incómodos para la crisis de valores que estamos padeciendo, pues la decadencia actual es la falta de valores éticos y en ocasiones deshumanizados de esta sociedad desgastada.
No tengo ni rutinas ni horarios para escribir, cuando tengo un poco de tiempo me pongo delante del ordenador y continuo el libro que estoy realizando, ninguna manía me tiene atrapado, escribo para comunicar, como lo hice en los años que estuve en la radio o la televisión, o en los distintos congresos de una manera altruista y sin ánimo de lucro.
Nunca me he planteado poder vivir de lo que escribo. El servicio de escribir lo compagino con determinadas actividades de artesanía, y estas son; hacer pleita (o capachos) tallar bastones, hacer figuras de talla de madera, pintar sobre madera, pintar cerámica, hacer trencadis de ladrillos estilo romano…
Aprecio que los lectores valoren el esfuerzo de los escritores, pues los libros no caen del cielo, son producto de largos años de estudio, de haber investigado y buceado en muchas materias en distintos estilos de presentar los temas que han escrito.
A mi modo de ver el oficio de escribir es el de ser un sembrador, dejando caer las semillas de la honestidad y estas crecerán en los corazones cuando estos se hallen preparados, escribir para las futuras razas es preparar el terreno de una nueva cultura…
La inspiración se halla en la INTUICIÓN, que está exenta de espejismos.
Mis personajes en los que me enamoro, son la Madre Naturaleza, el desarrollo evolutivo de todas las cosas creadas que tienen su ser y estar, en el Planeta y en el Cosmos…
Cuando se escribe estamos dando un paseo por la historia y con ello dejamos constancia de los Anales de todos los acontecimientos del pasado, del presente y en ocasiones nos adelantamos al futuro…
La escritura son los signos que deja el Alma y como esta es inmortal perduran para el siempre ahora. Me gustaría que me recordasen como lo que soy, un sembrador de ética…
Mis otras actividades son también de carácter creativo, siendo fundador de varias organizaciones de tipo cultural en la Comunidad Valenciana, colaborador de la UNESCO, premio MENSAJEROS DE LA PAZ de la UNESCO, miembro de un equipo del CONCILIO VATICANO II.
En verdad es que mis libros tienen una línea de continuidad, en cuanto a la filosofía, aunque los temas tratados varíen, esto ya lo han hecho otros escritores que he conocido, como lo fue D. Modesto Martínez, escritor y filósofo ontinyenti.
Los libros que están bien trabajados, están documentados y esto es un trabajo añadido para que el lector entienda mejor todo el desarrollo del libro. Pero quiero añadir otra cuestión, en mi obra literaria se esconden entre renglones muchas cosas que son un código para estudiar, algún día los estudiosos lo harán.
En el fondo mi escritura es sencilla, pero al mismo tiempo profunda; pues la sencillez de la sabiduría es para que llegue a todas las personas; otra manera de escribir psicológica nos puede llevar al entendimiento, a recibir el perfume que se halla en las letras, sin agresividad ni ostentación por mi parte…
José Tarrazó Durá