Hacia la Era de Acuario

José Tarrazó:

—Buenas tardes, queridos radioyentes, de nuevo empezamos una vez más este programa de «Proyección 2000. Conversaciones Filosóficas». Hoy tenemos aquí unos invitados de honor, no están todos, porque son bastantes los que durante este curso van a intervenir en este programa, que creo que será siempre ameno, siempre joven, un programa que nos dirá algunas cosas, porque las personas que van a intervenir, todas ellas, son excelentes personas, con una capacidad muy importante y grande. Sobre todo, pido que ustedes, los radioyentes, sean los mayores protagonistas de este programa. Nosotros cuidamos mucho de que llegue hasta todos ustedes este programa jovial, que siempre ha estado dirigido hacia ustedes con un esmero muy grande.

»Sin más dilación voy a presentarles los invitados. En primer lugar, les diré que está R. M., psicólogo, y que ha intervenido durante algunas ocasiones en este mismo programa; después está M. S., psicóloga también; después, está V. C., catedrático de dibujo; después, está C. G., profesor y compositor, y después está C. S., que es ATS. Estas son algunas de las personas que irán interviniendo, y además muchas otras que en sucesivos programas les iremos presentando.

»Me gustaría, ya que están todos, pues automáticamente ellos tomaran la palabra, y que, empezando por el mismo orden que hemos descrito a estas personas, pues intervinieran y dieran su parecer sobre esta gran temática de las conversaciones filosóficas, en las cuales siempre hay cosas nuevas; es decir, el filósofo es una persona que siempre está actualizada, que está en todo momento profundizando sobre cualquier temática que nos acontezca, tanto del presente como del futuro, porque hacer historia a veces es algo que no debiéramos más que hacer… es proyectarse, como dice el programa, proyectarse hacia el año 2000, hacia otros años, hacia una nueva era.

»El programa de hoy lleva el título «Hacia la nueva era de Acuario». Creo que se ha hablado en algunas ocasiones sobre esta era, pero me gustaría que esta pregunta fuera dirigida a los contertulios que aquí tenemos y que cada uno de ellos diera su visión.

»Y, en fin, ya podemos entrar en coloquio, y empieza R. M., psicólogo.

R. M.:

—Buenas tardes. Sí, se ha nombrado la palabra filosofía. Este programa se llamaba «Conversaciones Filosóficas», los que lo han seguido durante estos años habrán podido comprobar que los temas son múltiples. Cualquier clase de tema, cualquier clase de materia o de ciencia, puede abordarse filosóficamente. Sería muy extenso definirlo, quizás a lo largo de los distintos programas se irá completando una definición sobre lo que es esto.

»Ahora podemos decir, como comienzo, de que se trata de ahondar en las causas primeras, las causas de todos los fenómenos, de todos los hechos, las causas internas, aquellas que no se ven tan aparentemente.

»Normalmente la sociedad en la vivimos —actualmente es una sociedad, también una cultura— es bastante materialista. Lo filosófico tiene mucho que ver con lo espiritual, otra palabra que también hay que definir, que no hay que confundir con lo religioso. Lo espiritual trata de ahondar en lo más interno, empezando por el ser humano, en aquellos aspectos más profundos, más íntimos, más elevados del ser humano. A través de estos aspectos, cuando el ser humano toma conciencia, puede abordar toda la realidad, todo su entorno, todo aquello que su capacidad de conciencia le permite, desde un enfoque espiritual o filosófico.

»Es decir, cualquier temática, podemos hablar de historia, de cosmología, de ciencia, de filosofía, de psicología, de religión… de cualquier temática que abordemos. Cuando la enfocamos desde su fondo, desde su raíz, entonces podemos decir que estamos hablando filosóficamente. Muchas veces, sin siquiera utilizar el término filosofía, lo estamos haciendo, y quizás muchas personas también lo hagan, cuando su espíritu, su motivación interna, trata de no conformarse con esa realidad tan superficial y repetitiva en la cual vivimos normalmente, y entonces tratan de ver la realidad desde una dimensión más profunda.

»Creo que todos los temas que aquí se han abordado y que seguimos abordando pueden enfocarse de esta manera.

José Tarrazó:

—Es un punto de vista muy interesante. Y le pasamos la palabra a M. S., psicóloga también, y que ha intervenido en algunas ocasiones en este mismo programa.

M. S.:

—Pienso que la filosofía debe ser una realidad, una vivencia cotidiana y permanente en nuestra vida. Por lo tanto, pienso que este programa tiene un enfoque muy peculiar, y lo importante es que consiga llegar a esa causa, a ese fondo que pretende. Y esa causa y ese fondo radican en el corazón de todos los oyentes, y ahí está, de alguna manera, la finalidad de la filosofía, en las causas. Y en la medida en que la filosofía no se trate de una filosofía a nivel intelectual, sino una filosofía vivencial, que produzca una resonancia, una sensibilidad mayor, en el corazón de todos los oyentes, estará cumpliendo realmente su cometido, transmitiendo su mensaje, en la medida produzca una transformación en las vidas de todos aquellos que nos están escuchando. En la medida que nosotros podamos compartir eso que, de alguna manera, explicamos o vivenciamos en nosotros, producirá un resultado en los oyentes. No se trata tampoco de producir ninguna emoción, ni que sea un programa más o menos agradable, puesto que no se trata de ir al nivel emocional de las personas, sino de ir a un nivel mucho más profundo, mucho más espiritual, que es el corazón, el fondo, el alma de ese oyente.

José Tarrazó:

—Resumiendo, la concreción de las cosas reales que estamos vivenciando. A mí me salta a la mente en estos momentos el que son muchas las personas, y quizás muchos los grupos, que estamos escuchando a través de la radio, a través de los medios de comunicación escritos, los que hablan de filosofía, pero creo que es la vivencialidad de esta situación de las personas que psicológicamente se desarrollan dentro de esta temática. Creo que tiene que ser con la mayor sencillez y con el mayor realismo posible.

»Yo, me gustaría que V. C., catedrático de dibujo, también nos diera su visión vivencial y practica de lo que él entiende sobre esta palabra, que muchas veces confunde a la gente. A veces la gente cree que filósofo es aquel señor que está en un estado de éxtasis. Yo creo que, todo lo contrario, tendrá que ser una persona activa y dinámica, ¿no te parece?

V. C.:

—Evidentemente. Yo, desde mi punto de vista, modestamente lo he relacionado con lo que practica mi profesión, pienso que es de lo que más, de alguna manera, con más conocimiento de causa, podría definir y hablar. Y siempre desde luego, como han dicho R. M. y M. S., desde el punto de vista filosófico. Es decir, en cuanto a la vivencia profunda y las causas remotas de todas las cosas en torno a la vida. Evidentemente hay muchos aspectos a tener en cuenta y que sería muy interesante abordar durante cada uno de los programas que van a sucederse. Y, en lo que a mí respecta, me gustaría, de alguna manera, que se pudieran tocar el aspecto pedagógico, de la enseñanza, el aspecto de la educación, el aspecto de la pintura, el dibujo, el arte en sí, y las causas profundas, digamos más filosóficas de estas vivencias, que son, a fin de cuentas, acontecimientos que nos están marcando en la vida, una cultura. Y que, desde este ángulo, como bien ha dicho R. M., desde esta perspectiva filosófica pues pienso que se pueden aportar unas ideas más claras, más reales de lo que son realmente estos acontecimientos culturales.

José Tarrazó:

—Creo que para que sea un programa dinámico, jovial, alegre, y que tenga las características de nuestros tiempos, pues que lo mejor es que cada uno de ustedes, que ahora están presentes, y los que no están presentes, pues que elijan los temas que consideren oportunos. Estamos en una emisión de radio donde existe una libertad, dentro de ese respeto, dentro de esa tolerancia, y creo que cada uno de ustedes pueden, en todo momento, abordar el tema que mejor domine. Pero siempre temas actuales, porque esto es lo importante. Creo que la actualidad nos depara grandes cosas, y que los pensadores, los verdaderos buscadores, por así decirlo, de la verdad, tienen que estar al tanto de todos los acontecimientos que están acaeciendo en estos momentos, que el planeta tiene una serie de grandes problemas. Tú, por ejemplo, has hablado de la enseñanza, del dibujo, de una gran etc.

»Ahora podríamos pasarle la palabra a C. G., que también es profesor, también está en la enseñanza, también puede hablar de música porque es compositor, y creo que es una persona con experiencia para poder hablar de cualquier temática que pueda interesar a todos los radioyentes. Porque tenemos que pensar siempre que el radioyente es la persona más importante, es él el que recibe el mensaje que le podamos dar a través de las ondas. Que creo que los protagonistas, los que mejor pueden calibrar cualquier temática, son aquellos que nos están escuchando, porque nosotros hacemos esto para todos aquellos que sintonizan en este momento y en cualquier momento la radio. Y la radio tiene que ser una radio dinámica, una radio que no se pierda en los albores del pasado, sino que sea un auténtico presente.

»Don C. G…

C.G.:

—Pues cuando estabas hablando, he recordado el título que has dicho al principio del programa: «Hacia una nueva era de Acuario». Creo que este programa, y todos los que le puedan suceder, como todos los contertulios, lo han estado enfocando en la filosofía, que una nueva visión de la realidad puede dar, que puede decir algo distinto y novedoso de lo que las filosofías actuales y las filosofías más ancestrales del mundo han dicho. Por ejemplo, las situaciones de crisis en las que el mundo se presenta hoy se están analizando desde unas perspectivas muy ramplonas, muy raseras. Y un enfoque distinto, una perspectiva desde los planos mucho más elevados y mucho más profundos, podrían decir algo más, a todos aquellos que nos escuchan, que el simple enfoque morboso, a veces hasta escandaloso, propagandístico, de los medios de comunicación.

»Por las ondas de radio, a través de los medios de comunicación, muchas veces se oye lo que determinados grupos de presión quieren que se oiga, y muchas veces habría que analizarlo con mucha más profundidad. ¿Qué está sucediendo hoy en la humanidad? ¿Por qué estamos en un punto de crisis? Toda crisis lleva a una nueva dimensión del ser, de la situación en la que se está, y así en la humanidad va a ocurrir

seguramente. Sería bueno analizar todas las situaciones que hay en el mundo desde una perspectiva totalmente nueva, esta perspectiva que todos los contertulios esta noche están marcando. Una perspectiva profunda, una perspectiva en la cual no se tiene en cuenta ni los intereses económicos, ni filosóficos, ni políticos, de ningún tipo, sino que son y van destinadas a unas filosofías, al profundo cambio, a la profunda transformación del ser humano, hacia esa nueva era de Acuario que puede amanecer.

José Tarrazó:

—Has estado hablando de… has dilucidado un poco el conflicto del Golfo, y es interesante todos estos temas, porque creo que tenemos que estar con los ojos muy abiertos y ver las realidades de lo que está ocurriendo planetariamente.

»Vosotros sabéis que aquí, a través de las conversaciones filosóficas, que hemos ido realizando en este espacio de los años, son como dos minutos, es decir, muy poco tiempo para un programa joven, pues hemos hablado de estos temas, y de otros temas… de la caída del muro de Berlín… Es decir, que hemos estado, por así decirlo, al tanto de todos aquellos acontecimientos que han acaecido hasta nuestros días. Y es bueno que todos estos temas actuales se hablen y que vean todos ustedes ese dinamismo y esa visión profunda que hay de los temas actuales. Porque claro, la filosofía no puede ser aquello que se encuentra en un estado de autocontemplación o en una filosofía en la cual sí, ha servido en su momento, pero creo que no hay mejor filosofía que la vida, la actualidad que nos acontece a cada uno de nosotros, a todos los ciudadanos de un país y de un planeta, esa es la mejor filosofía. Y no aquella que se autorecrea en un pasado en el cual pues es historia. Y la historia, pues, hoy, y mañana ya no es historia. En cambio, si tenemos una visión profunda de las cosas, de las realidades que están aconteciendo a nuestro alrededor, tendremos que vivir la vida día a día, paso a paso, y así es como esta dinámica o esta vivencia de cada uno de nosotros, de cada uno de los radioyentes, pues será más alegre y más dinámica, porque cuando empezamos a remover las cenizas del pasado, solamente estamos contemplando una cosa que ya no nos sirve. Tenemos que ser actuales, y tenemos que ser, sobre todo, objetivos en cualquier tema que desarrollemos.

»Y ahora doña C. S., ATS., también nos puede dar esa visión que ella tiene de toda esta panorámica de la filosofía, y, sobre todo, de este tema que hemos puesto en la cabecera: «Hacia una era de Acuario».

C.S.:

— Para mí no es que vamos hacia ella, sino que ya estamos un poco en ella, indudablemente. Y entonces esto va con el hecho de que cada uno lo viva más internamente el cambio profundo que se deba de realizar. Esos cambios van día a día, van cambiando en nosotros, hay crisis, vamos ampliando conciencia. Y entonces, los mismos hechos cotidianos que vemos día a día en nuestro alrededor vamos apreciándolos de manera diferente, porque nosotros tenemos más conciencia de todo ello. Me parece muy interesante las conversaciones filosóficas, me parece que se puede llegar a mucho y muy profundo. Y en cuanto al panorama que vemos mundialmente, ahí sí son las crisis agitadas, porque no podemos olvidar que al fin y al cabo el globo terrestre en el cual vivimos es un ser uno también, por lo menos me parece muy interesante esa forma de verlo. Y lo mismo que le pasa a cualquier cuerpo nuestro, y por ley de analogía, nosotros tenemos pequeños dolores de estómago, tenemos apendicitis, dolor de oído… ¿Y por qué no también al planeta le puede suceder lo mismo? Si hace falta coger un bisturí y sacar la apendicitis, indudablemente se cura o, cuando no, pues una medicación adecuada.

C.G.:

—Creo que es muy interesante, C. S., lo que acabas de señalar, porque esa analogía, esa semejanza que hay entre el planeta y la humanidad, yo que creo que la humanidad, a pesar de que estamos en la edad atómica, a pesar de que hemos avanzado tantísimo, considero que la humanidad está casi en su infancia aún. Y como infante, como niño que es, pasa unas crisis que son lógicas. Esas pequeñas enfermedades que tiene un niño, esas son las crisis que se están encontrando en la humanidad. Que es muy pesado, porque el niño cuando está en pleno apogeo de un sarampión, o de cualquier enfermedad, pues se encuentra con mucho malestar. Así nos ocurre a la humanidad, que estamos ante una gran crisis actualmente, o por lo menos, aparentemente, se le quiere dar una gran transcendencia a esa crisis. Pero a lo mejor, si desdramatizáramos la situación, la crisis a lo mejor no lo es tanto. Hay quien está, a lo mejor, desde las sombras, aprovechándose de la crisis, cuando toda la humanidad debería sacar provecho de una crisis de este tipo y decir: «Tiene que salir una nueva voz, una nueva esperanza, una forma distinta de vivir y de entender el mundo y la realidad que nos está circundando.» Creo que es muy interesante.

C. S.:

—Sí. Una forma de continuar lo que tu estabas diciendo es que, si con el ejemplo del niño que tiene una enfermedad infantil, al fin y al cabo, la fiebre acaba, y el niño pega un estirón, que es lo que le sucede al planeta y a toda la humanidad.

José Tarrazó:

—Creo que es interesante todo lo que habéis estado diciendo, y es objetivo, porque cada uno ha dado su punto de vista sobre esta temática.

»Tanto esta crisis, como multitudes de crisis que en el pasado ha habido, no han sido ni mejores ni peores. Es decir, después de este sarampión, veremos nuevos conceptos de vida y veremos pues que los seres humanos podemos aprovechar, en cualquier momento de la vida y en cualquier circunstancia, para dar un salto hacia una nueva manera de vivir y de ser. Es decir, que cualquier circunstancia que le ocurra al ser humano o al planeta no es ajena, ni es algo que está, por así decirlo… bueno, ha ocurrido esto y entonces automáticamente la sociedad se ha hundido. No, precisamente cualquier circunstancia de la vida nos puede llevar a una situación más esplendorosa y mejor. Por ejemplo, voy a citar una cosa, y es que, si esta situación que se da ahora, esta crisis planetaria, se hubiera dado cinco años atrás, la humanidad hubiera tenido una convulsión de agresividad mayor. Se está demostrando que en esta era de Acuario los seres humanos intentan ser cada día más solidarios y están más próximos a todos los acontecimientos. Existe una predisposición para que las cosas funcionen mejor. Por ejemplo, hemos hablado del muro de Berlín, y por ejemplo vemos las distintas tentativas de democratización de la Unión Soviética, han estado dando lugar a que esta situación no sea tan belicosa.

»Es decir, que nosotros tenemos que agradecerles a todos ustedes, los radioyentes, porque el tiempo manda, el que nos hayan estado sintonizando. Y, sobre todo, invitarles para que la próxima semana podamos estar con ustedes con un tema ya definido, con unas determinadas personas. Y así, poco a poco, continuaremos este curso estando al servicio de todos los radioyentes.

»Nos gustaría que de vez en cuando nos llamaran por teléfono y pudiéramos conectar con ustedes, y que pudieran dar ustedes su parecer. Ya sabemos que media hora no da para mucho, pero tendremos esa atención y esa delicadeza para escucharlos.

»Muy buenas tardes y hasta la próxima semana si Dios quiere.

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