Decadencia económica

“La decadencia sólo puede encontrar factores cuando los seres humanos están polarizados en especulaciones, en solo amasar riquezas económicas” (J.T.D.) Las causas y efectos de una crisis global están fraguadas en la avaricia de los individuos sin escrúpulos, que sólo piensan en sí mismos, el resto de la humanidad no cuenta para nada, estos individuos son simples números.
Después de la Segunda Guerra Mundial donde los países que fueron destruidos por esa fatídica contienda tuvieron que ser reconstruidos, la política europea empezó a fraguarse con otro tipo de agresión a la sociedad contemporánea. En los años 1965, y 66, yo me hallaba en Francia trabajando, y entre las amistades que tenía, había un columnista del periódico “Le Monde”. Las conversaciones y tertulias con otros intelectuales eran interesantísimas. Una noche cenando en mi casa, hablábamos de lo que podría un próximo mundial; y en una de mis aseveraciones dije “que la tercera contienda mundial, sería psicológica y económica”. Desgraciadamente nos hallamos con unos resultados de crisis económica, que perjudican a las clases más débiles, pues las políticas económicas han sido nefastas por los rapiñaires de una sociedad despiadada, que sin control de los gobiernos han globalizado las riquezas para que unos sean más pobres y los otros más ricos. Vivimos actualmente los efectos de esta causa.
Es menester que los individuos cambien su corazón y cambien a fondo, porque poco importa que una copa brille inmaculada si tiene dentro el veneno del engaño y nos vendan gato por liebre. Está demostrado que las distintas ideologías, bien sean liberales o socialistas, van a lo suyo; y no digamos de los nacionalismos de no importa qué signo, todos quieren ser ricos.
Uno de los grandes problemas que padecemos los humanos está anclado en una educación deficiente en que se trata de salir del paso, no entrando en profundidad en crear hombres respetuosos, honestos, llenos de valores que vivan y dejen vivir, para así no llegar a la actual situación de decrepitud económica y de miseria humana.
Pero el hombre rebelde, en su loca ceguera, ha causado su propia ruina, porque a desobedecido las leyes de la naturaleza que no obedecen al egoísmo desenfrenado de la especulación. El dinero debe de emplearse en buena forma como agente pacificador. El dinero se creó para el comercio pacífico, y en realidad es menos gravoso aplicado a su destino, que empleado para otros fines como las guerras y las amenazas que dejan angustiados a los más débiles.
¿Crisis para quien? Esta es la pregunta del millón. Hacerse ricos con pocos esfuerzos, colocarse en cargos, bien sea como jefes de estado, o en lugares estratégicos para extorsionar a los más menesterosos es una falta de ética, es muñir a una sociedad empeñada hasta el moño.
Por otro lado, se ha educado a una sociedad consumista, todo han sido facilidades en un mercado agresivo. Yo diría que a esto le ha llamado el estado del bienestar, la bicoca en el que han caído muchos ciudadanos incautos, la verdad es que todo lo han pintado de color de rosa. ¡Compren y ya pagarán! Las hipotecas ahora son el puzzle del DIA a día…
¿Las naciones quieren la paz? Pues deben estar dispuestas a compartir con las naciones menos desfavorecidas. El modo de hacer desaparecer para siempre la envidia y la violencia que nos toca a ricos y pobres sería creando estados de equidad y justicia. ¿Dónde están estos estados?
“Y es que va extendiéndose la convicción de que la actual situación de desempleo nos acerca a un principio social, que realmente obliga a reconocer los límites de la razón económica”. (De la obra Rentabilidad de la ética para las empresas).
Es en este momento de decadencia económica, cuando los gobiernos, empresarios, trabajadores y la sociedad en general, debiéramos hacernos nuevos planteamientos en la conducta de nuestras vidas, creando una cultura diferente de la actual: pero en todos los estamentos mundiales. Si esto no sucede, estamos maniatados al sufrimiento, sobre todo los seres humanos más desfavorecidos. Las crisis son malas en todos los aspectos; crean trastornos, o más bien pandemias desgarradoras que son producidas por el desequilibrio de unos cuantos avaros sin piedad, que exprimen a los más débiles, debido de una falta de control justo y equitativo. Todos debiéramos vivir y dejar que los demás vivan. “En la escuela de la experiencia, las lecciones cuestan caras, pero solamente en ella se corrigen los insensatos”. (Franklin).
6. 9.008. J.T.D.
Deja una respuesta