Todos necesitamos respuestas

Cuando crees que ya sabes las respuestas, la vida viene y te cambia las preguntas. (Anónimo)

El principio de la acción divina es la luz, esa energía que da vida a todo cuanto se mueve y tiene su ser y estar; así la Creación o contenedor Cósmico, va más allá del pensamiento humano, además las personas no tenemos la capacidad suficiente como para saber todas las cosas. Cada energía está en su sitio, para cumplir la armonización a la que está destinada, si no fuese así, no habría respuesta coherente ni orden Cósmico, pero si esto es así se demuestra que todo orden crea la armonía de las esferas, o canto del Firmamento al que todos debiéramos seguir; el principio significa aplomo en los seres humanos.

¿Por qué motivo creamos tantos problemas donde no existen? ¿Nos esforzamos para crear un clima adecuado de convivencia y PAZ? ¡O vivimos en conflicto continuado!, que le llamaré egoísmo. Creo que la vida de las personas debiera de ser un regazo de paz, pero nuestra mente en su parte negativa necesita respuestas. ¿Cuándo aprenderemos a pensar en el corazón? Este no nos falla nunca… Aunque creamos que pensar en el corazón es una estupidez, no lo es; este órgano principal junto con el cerebro son los que nos rigen el cuerpo humano y este nos conduce y nos responde en todo momento de nuestra vida. Pero como seres humanos nuestras mentes siempre nos están preguntando, el ser humano nos interrogamos por estar dubitativos, por falta de aplomo, por desear muchas cosas que no las necesitamos, por querer tener más de lo que necesitamos, por ser envidiosos, por querer destacar más que el vecino; la cuestión es ser más, pero tendríamos que ser más en positivo, más humildes. El egoísmo es el creador de todos los conflictos, desavenencias entre las personas, los pueblos y las naciones, por esa razón se fraguan las guerras y las luchas, los conflictos familiares, el egoísmo es una enfermedad peor que el cáncer. 

Las respuestas se contestan por sí solas cuando practicamos la humildad, cuando practicamos la paciencia; pero uno de los males que tenemos es la soberbia, es el dominar al otro, el querer tener razón en todas las cosas, para mí el querer dominar a los demás es una falta de respeto y de psicología. ¡Qué felices son las personas que no tienen egoísmo! Un día llegó un paciente a la consulta del médico, y este le preguntó: “¿qué le pasa?” Y el paciente le respondió: “Tengo mucha envidia y celos a las personas, y quiero una vacuna”. “Esta vacuna aun no se ha descubierto. Pero tengo una receta sencilla que la encontrará en la Madre Naturaleza, y es imitar a la creación, a la vida exenta de EGOÍSMO, de envidia a la sencillez y buenos propósitos de servicio a sus semejantes, con esta receta será feliz y dormirá plácidamente”. “Doctor, ¿esto cuesta mucho?” “El propósito de la voluntad y ganas de cambiar, de sentirse útil a sus semejantes”. “¿Esto dónde lo encontraré, en la droguería de la esquina?” “Pregúntele a la anciana Rosario, que es una estrella de luz y ella le dará la fórmula de la ausencia de egoísmo y la sobra de generosidad.” Uno de los grandes males de nuestra sociedad es el egoísmo, otro, la envidia, el querer destacar más que los demás, el no adaptarse a la realidad que nos ha tocado vivir, el querer vivir con el remolino de una sociedad contaminada y carente de valores éticos y sencillos.

¿Estamos contaminados por unas tecnologías que nos crean sufrimientos? ¿Pero nos piden respuestas, donde no están? Nuestros males anidan en el maldito egoísmo que generamos por falta de equilibrio y armonía; pero todos necesitamos respuestas, soluciones, ¿por qué fracasamos en los proyectos cotidianos? ¿Cuál tendría que ser nuestra conducta para evitar estos fracasos? ¿Cuál debiera de ser nuestro comportamiento en la vida cotidiana? Hay que tener los pies en el suelo, y vivir con arreglo a las posibilidades y lo demás por añadidura, debemos erradicar el maldito egoísmo, y vacunarnos con humildad y respeto, pues al fin y a la postre todos somos mortales por mucho dinero que tengamos…

Pero todos necesitamos respuestas, que no encontramos.

1.2. 20. J.T.D.       

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