Solsticio de invierno (Navidad)

“Las manifestaciones proféticas han sido en la historia los rayos y los relámpagos de la verdad” (Ewald, Die Propheten) 

Cuando el Sol entra en este signo, cesa de internarse en el hemisferio meridional y comienza a volver sobre sus pasos. Este hecho se conoce con el nombre del solsticio de invierno, momento considerado por quienes habitan en el hemisferio septentrional, como el nacimiento del Sol.

Los cristianos celebran la Navidad, con lo que tratan de conmemorar el nacimiento del Cristo, Salvador de los seres humanos. Convirtiéndose el domingo en el día del Señor, siendo este día dies magna, dies dominica. Para hablar de la Navidad debiéramos de remontarnos a hace muchos años, pues en las antiguas religiones ya celebraban el solsticio de invierno, o sea, ese Sol naciente, como las demás estaciones del año y en cada una de ellas se celebraban sus fiestas.

“Un Dios y la moral, un sol y el sentimiento, una familia, el genero humano y, por consiguiente, la fraternidad de las naciones: tal es la base y el objetivo de los misterios antiguos, tal la religión, fundamento de las instituciones religiosas, de no importa qué religión” (J.M. Ragón)   

¿Qué es para muchos la Navidad? Una festividad religiosa, o pagana, de un consumismo feroz y despiadado. Quizás tengo que decir que la Navidad no es patrimonio de nadie

Investigando los tiempos egipcios, encontramos a Horus. El último de la serie de soberanos divinos de Egipto, y de quien se dice que era hijo de Osiris. El gran dios amado de los cielos, amado del Sol, vástago de los dioses. El cielo y la tierra se hallan bajo su presencia inmediata, gobierna todos los seres vivos. El Sol da vueltas conforme su voluntad. Produce la abundancia y la distribuye en toda la tierra, todos adoremos su belleza, más dulce es su amor en nosotros. Con esto quiero decir que ya en esa época existía la conciencia de un Hacedor del Todo. ¿Qué hacemos los seres humanos para corresponderle en nuestras vidas? Promovemos las guerras, creamos miseria, especulamos, somos indiferentes y no aplicamos la compasión, estamos impasibles ante el dolor de nuestros semejantes. Han pasado dos mil años y no hemos aprendido el mensaje vivificador de Cristo.

Quizás debiéramos de llenarnos más del espíritu de sencillez y bondad, de alegría y de respeto, y en ello hallaríamos el mensaje de todos los profetas y Avatares y buenos hombres y mujeres…

“Los dioses nunca se hallan encerrados en un arca; habitan en nuestros corazones, en estos se manifiestan compasivos, serenos y pacientes, amorosos y misericordiosos. (Lucano)

Así el Universo es la morada y el imperio de Dios, Él se halla por doquier, pero nosotros no lo encontramos, nos hallamos ausentes de su perfume, convirtiendo su grandeza en miserias humanas, criticando y denostando a nuestros semejantes…

¿Por qué no practicamos la Navidad todos los días? Sonriendo a nuestros semejantes, siendo coherentes, amables y sinceros. Sin embargo, las facultades transcendentales del alma no se extinguen en la humanidad. Perduran en una selección que las desenvuelve y disciplina en secreto, bajo el silencio amoroso, resguardadas de las profanaciones y corrupciones del exterior.

La Navidad no debiera de convertirse en un folclore, en un carnaval de vanidades, de alcohol y de drogas y de otra zarandainas.

¿Por qué en Navidad algunos países dejan de rugir los cañones en sus guerras? Creo que en todos los tiempos los seres humanos debiéramos de ser compasivos todos los días, prolongando la conmiseración de este acontecimiento de la venida de Horus, de Rama, de Hermes, de Moisés, Buda, Jesús; prolongando el espíritu humanizante sencillo del ser aplomado.

Tal es la revelación en la historia, continua, graduada, multiforme como la propia naturaleza; pero idéntica en su manantial, una con la verdad, inmutable como Dios. Como los radios de un mismo círculo, algunas tradiciones tienen un centro común, pues el mensaje de los Avatares es de PAZ y convivencia entre los seres humanos, así lo fue el de Jesucristo. ¿Qué ha quedado de este mensaje, al igual que otros que nos dejaron grandes seres de bien?

Pero para que el Verbo del espíritu penetre en el hombre, es preciso que seamos sacudidos por los acontecimientos, por las grandes conmociones de la historia. El objetivo de la humanidad es el cambiar de vida, subiendo los escalones de la verdad, de la justicia y del Amor fraterno…

23.11.2008.J.T.D.

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