Regenerar la cultura
La conducta de los individuos nos es necesaria para la convivencia entre seres civilizados, creo que no habría inconveniente en que confiásemos en nosotros mismos más de lo que confiamos. La naturaleza se adapta tan bien a nuestras debilidades como a nuestras fuerzas.
“El comportamiento es un espejo en el cual cada uno muestra su imagen” (Goethe).
La frase regenerar la cultura y un gran abanico de cosas de la vida cotidiana nos lleva hacia el gran despliegue de soluciones de equidad y justicia que podríamos vivir en un paraíso, en vez de un mundo de conflictos y de oprobios. En nuestros días nos hallamos ante una sociedad pendular que se mueve por impulsos ópticos y mensajes que están muy estudiados, pensados para que los individuos no se esfuercen reflexionando y actuando con su propia personalidad.
Regenerar la cultura, según el diccionario de la lengua española: “Dar nuevo ser a algo que degeneró, restablecerlo o mejorarlo”. En cada ciudad o pueblo, en cada nación existe una idiosincrasia, una manera de entender la cultura. Y para algunos hasta la bazofia es cultura; yo diría que muchos seres que se hallan al frente de la mal llamada cultura debieran regenerarse y ser más selectivos, entre lo que es cultura y lo que no lo es. “La cultura puede definirse como el amor a la perfección: es un estudio de la perfección” (Arnold). ¿Somos capaces de regenerar y poner en práctica una cultura de convivencia y de prosperidad para que los individuos podamos ser más ricos y con mejores modales? Cuando los que tienen en sus riendas la cultura hacen dejación de determinadas funciones algunos estudiantes campan a sus anchas y se desculturalizan, para estos seres humanos solo cuenta la competitividad, con hacerse ricos sin ningún escrúpulo, contaminando venenosamente a una gran parte de la sociedad que solamente piensa en los beneficios fáciles. A estos individuos no les interesa para nada la cultura, craso error porque los pueblos incultos se vuelven fanáticos, ciegos y despiadados…
“La cultura es la buena educación del entendimiento.” (Benavente) Cualquier individuo que escriba en nuestros días algún escrito reflexivo se le considera de utopía, y la utopía normalmente aparece en tiempos de crisis, cuando se deterioran los principios que sustentan el orden social. Por esta razón algunos contemporáneos insisten en la necesidad de restablecer los principios éticos que debieran practicarse en los colegios de primaria y luego en las Universidades, y creo sinceramente que en ambas instituciones está fallando este principio fundamental y básico. ¿Qué está fallando a nivel del programa estatal? ¡Serán falta de medios económicos! ¡O tal vez algunos profesores no tienen la suficiente vocación de su docencia, como maestros! ¿Cuál es por consiguiente, la causa de cuanto está ocurriendo en esta sociedad? Si Erasmo y Tomás Moro en su época se atrevieron a escribir sobre temas tan candentes de su tiempo y que ahora están en plena vigencia, es que se adelantaron con mucho a los acontecimientos actuales. Esto es debido a que conocían la naturaleza del ser humano y sus debilidades. ¿Qué hemos hecho los individuos para no aprender y en su caso regenerar nuestra parte más burda, creando una cultura de respeto y cordialidad? Quiero citar al gran filósofo y al mismo tempo estadista Séneca, que prendado de tanta sabiduría decía: “Por todas partes estamos rodeados de vicios que nos atacan y no nos dejan levantarnos, ni volver nuestros ojos hacia la contemplación de la verdad, antes bien nos mantienen hundidos en el fango de la rueda de la ignorancia”. A la vista está el gran problema de los que consumen drogas o son ludópatas. ¿No será esto un estado degenerativo que debiera de ser regenerado y erradicado de la sociedad pese a los determinados esfuerzos de organizaciones, de familiares y del Estado? Pero esto al parecer no es suficiente, haría falta una cultura diferente, un estado de concienciación global…
En la rueda de la ignorancia que lo devora todo, existen grandes masas ofuscadas que se les proporcionan las cosas pensadas, mientras los individuos, nada tienen que esforzarse, solamente tienen que seguir esa corriente que mueve la noria y lleva con su fuerza el caudal de una sociedad que en definitiva no sabe dónde, ni cuando llegará…
“Cuando se sabe una cosa, sostener que se sabe; y cuando no se sabe, admitir que no se sabe: éste es el verdadero conocimiento y cultura”. (Confucio)
22 de diciembre de 2006. J.T.D.
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