¿Quién controla a los descontrolados?
“Respeto. La bondad es el principio del recto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir”. (Amiel)
El presente artículo de opinión me lleva hacia la falta de valores de una gran parte de los individuos que han dejado en el saco de su andadura un descontrol de sus deberes como ciudadanos, no respetando a nada ni a nadie. Este es el caso de algunos gobernantes que se hallan en distintos estamentos, y de esto toman nota muchos congéneres y su prole; esos jóvenes de ambos sexos que llevan sus vidas por montera. Desde su adolescencia se han introducido en el botellón, las drogas y la promiscuidad de las relaciones sexuales, sin la debida preparación que les hace esclavos de sí mismos; todos estos ingredientes merman la capacidad interna del discernimiento y de la vida, para hacerse responsables de sí.
¿A qué atribuimos todas estas actitudes de comportamiento? ¿Quién controla todos estos descontroles?
En primer lugar, son los padres el mejor referente para los hijos; en segundo lugar, los medios de comunicación que emiten bazofia engañosa para los jóvenes, estos no son nada pedagógicos, más bien son comerciantes sin escrúpulos. ¿Qué joven no tiene acceso a Internet y se empapan de determinadas cuestiones que son poco recomendables?
Los jóvenes deben tener referente desde sus casas, pues los padres debieran llevar el control de sus hijos; esto no quiere decir represión, sino conversación; explicarles de los engaños que les acechan en la vida y cómo discernir los mismos, pues de no ser así nos hallamos frente al desmán…
Otra cuestión importantísima son las leyes, que en ocasiones, protegen tanto a los menores que cuando los padres quieren poner orden en sus hijos les está prohibido. ¿Qué padre no le ha dado una colleja a su hijo? Esto está penado, pero estos jóvenes pueden abusar de sus congéneres y rebelarse contra ellos; craso error. Los maestros son víctimas de tantos desafueros por haberles quitado la autoridad, siendo atropellados por sus alumnos. ¿Qué está pasando en nuestra sociedad? ¡Que todo vale en un sistema que hace aguas por todos lados! Necesitamos una clase política honesta con los pies en tierra, y que vean los problemas reales de la ciudadanía, sin discursos folclóricos y zafios.
El valor de una sociedad se mide por el respeto y la convivencia, no por los que controlan todo tipo de desmanes y tropelías mirando para otro lado, con sólo la obstinación de recoger votos.
Los resultados de que tengamos esta sociedad son palpables y manifiestos; esta crisis que estamos viviendo a todos los niveles es producto de los malos planteamientos de una globalización inadecuada y perversa, dado que no se han tomado los controles adecuados por parte de quienes tienen el poder para hacerlo…
Honradez, rectitud, justicia; estos son los pilares donde se debiera sustentar una sociedad moderna y funcional. Debido a su carácter personal, el hombre es un ser de encuentro y no de desencuentro, pero estamos viviendo una etapa de turbulencias, desafueros, de reproches entre los individuos, que disfrazan lo sencillo, creando sufrimiento y desolación, dolor y guerras. Por atentar contra la dignidad humana que es una conducta anti-ética, la ciudadanía va hacia un desastre planetario…
Es de suma importancia la justicia para la vida social porque encierra un valor decisivo. La equidad es la justicia aplicada de forma prudente, concreta, flexible y que en todos los estamentos, personas, jueces, eclesiásticos, políticos y personas de no importa qué condición, estemos concienciados de ser justos.
Este famoso texto de Platón nos revela con el dramatismo de una situación límite, la necesidad de respetar las leyes, pero para todos:
“Sócrates: ¿Decimos que de ningún modo se debe, voluntariamente, cometer injusticia? ¿O el cometer injusticia no es de ninguna manera ni bueno ni noble?”
Si Sócrates y Platón escribieron en sus días de la injusticia, será porque las había; ahora continuamos teniéndolas… ¿Cuándo los seres humanos seremos capaces de erradicar todas las deficiencias y fallos de la justicia? ¿Acaso tenemos que estar indiferentes ante todo lo que acontece y que perjudica a la humanidad? Desde la base fundamental que es la educación en valores, las correctas relaciones, la palabra y los hechos de justicia y equidad, podremos formar una sociedad diferente, más humanista y cordial.
A pesar de los grandes avances tecnológicos que nos dan muchas facilidades, los seres humanos no caminamos a la par de estos. Necesitamos acompasarnos con la madre naturaleza, respetando y ayudando a la misma que es la que nos sustenta; en una palabra, vida. De no ser así, vamos abocados hacia un cataclismo Universal como ya sucedió en un tiempo histórico, como fue la desaparición de un Continente muy avanzado que se llamó Atlántida. Sus pobladores fueron la causa de su hundimiento.
Si fuésemos capaces de pensar y actuar, los grandes problemas que sufrimos desaparecerían, pero nosotros somos la causa de las causas. No esperemos que venga del cielo el Maná que solucione las cosas, somos los individuos los que tenemos que involucrarnos en los problemas, pues nosotros los hemos creado…
“El orgullo es la fuente de todos los males, porque es la fuente de todos los vicios”. (San Agustín)
26.1.2.009. J.T.D.
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