¿Qué destino tienen los pueblos y las naciones?

Las antiguas y heredadas ideas que han controlado la vida racial durante siglos, la agresión para obtener posesiones, y la prevaleciente autoridad de un hombre, grupo o iglesia, que representan al Estado. Para fines políticos, tales poderes, pueden actuar entre bastidores, pero sus doctrinas y móviles son fácilmente reconocibles: ambición egoísta y autoridad impuesta por la violencia, como las guerras. Esto lo estamos viviendo ahora...
A medida que pasan los siglos se van acumulando una serie de acciones llevadas por los seres humanos y que no son, ni más ni menos que energías destructoras, que son las que marcan, el destino de los pueblos, ciudades y sus habitantes.
Quisiera puntualizar aquí que dichas fuerzas entran en actividad cíclicamente en algunos periodos de la humanidad, creando sus causas que los individuos han propiciado en su día.
Quiero señalar las líneas de su desarrollo: debido a que están comenzando a actuar en esta época ciertas potencias importantes, que sumergidas o más bien dormidas hacen su manifestación con violencia. Para una gran parte de genero humano, que no llegan a comprender los determinados acontecimientos del terrorismo en nuestros días. Esta explosión nada deseada y condenable con toda su amplitud, no solamente abarca estos tipos de violencia que calladamente vamos anotando una gran parte de los individuos que la sufrimos. Bien sea por las ideas radicales y separatistas que quieren imponer al resto de la humanidad: bien sean de uno u otro signo, de los que manejan los hilos de la economía, subidas continuadas del petróleo, de impuestos indirectos que de ello se derivan. ¡Acaso esto no es tener en vilo a una gran parte de la sociedad!
Cuando observamos de unos y de otros que luchan en nombre de Dios: ¡semejante estupidez, nos da a entender que cada facción tiene un Dios personalizado, y en su nombre se permiten hacer guerras, amenazar con bombas nucleares! ¿Qué demuestran estas continuadas amenazas?
En estos momentos dos grandes batallas se están llevando a cabo, la económica y la psicológica, estos dos aspectos conllevan el miedo, el vandalismo la intolerancia el respeto, y este ultimo es un poder enorme: creando la terrible angustia de millones de seres humanos que acongojados están en un lado o en el otro, pues las frases amenazadoras que se utilizan en todo momento: son, sino estas conmigo estas contra mí. ¡Con este panorama cual es el destino de los pueblos y las naciones! Solo el camino es la PAZ... Mientras los estadistas no legislen con valores consecuentes, las corruptelas se hallan por doquier, son la peste que va devorando a una gran parte de la humanidad. Bueno es condenar todo aquello que altere la PAZ y la convivencia de la sociedad. Otra de las cuestiones imprescindibles, es que antes de llegar a un conflicto se agoten todos los medios diplomáticos para el mejor entendimiento, y esto yo le llamaría “luz de la convivencia”. Si los pasos básicos del respeto para lograr la PAZ son la no-violencia, empecemos por cada uno de nosotros... Debiéramos crear una pauta reflexiva, y pensar que algo no funciona bien en nuestra sociedad. Este tipo de artículos no es una utopía, mas bien son un aldabonazo, necesario, una puesta alerta de la decadencia en la que nos quieren vender.
Cada acontecimiento planetario marca una nueva dimensión, un ciclo convulso repleto de distintas formas de vivir y de comportarse y en este momento donde los pueblos y las naciones, a través de los individuos les dan formas a las distintas generaciones, que no debieran tomar como referencia la presente decadencia. Dice Tomás Moro en su obra la Utopía. Pero destruir el bienestar ajeno, para conseguir el propio es injusto. Cuatro grandes países tienen el destino de la humanidad en sus manos. Estados unidos de América, Inglaterra Rusia y el Japón, además de otros asiáticos. Estas grandes potencias son las que marcan la política planetaria y de ellas se derivan los acontecimientos mundiales, repletos de tantas carencias y miserias.
16 de abril de 2006. J.T.D.
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