¿Por qué nos complicamos la vida?

“Muchos emplean la mitad de su vida en hacer miserable la otra media.” (Franklin)

En realidad, nadie puede formar un verdadero concepto de lo vivo si no lo hace con referencia a su propia vida interior. La pregunta que encabeza este artículo es para que pensemos en las múltiples complicaciones que nos aquejan en el periodo en que estamos viviendo; en verdad somos pasto de nuestras acciones.

Si fuésemos capaces de organizarnos debidamente en el pensamiento y en las acciones, en las formas equilibradas, la vida no sería un valle de lágrimas, un continuo padecer; las complicaciones no vendrían unas detrás de otras; pero como queremos cada día más cosas y algunas son imposibles de conseguir, pero las queremos hacer nuestras, a pesar de…

Nuestra vida es un continuo fluir, mantenido por la permanencia de la forma corporal y de la conciencia. Luego, al observar los cambios que experimentan otros seres naturales, deducimos por interpretación de sus signos y actitudes exteriores, que podemos copiar su estado y ello nos conduce a múltiples errores.

Pero la realidad es bien diferente a lo que pensamos y hacemos: sumergidos en el gran mercado del consumismo nos dejamos llevar por el mismo, y es en ese momento cuando caemos en la trampa y en las complicaciones cotidianas…

“La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo”. (Anatole France)

Estamos asistiendo a los cambios climatológicos en los que se palpan la desertización, la desglaciación, el calentamiento del planeta, la carencia de lluvias y por otra parte las lluvias torrenciales y el desbordamiento de los ríos.

En todas las épocas se han producido cambios geológicos, así lo demuestran los estratos del planeta. Ahora ¿quiénes estamos contaminando nuestra Tierra? ¡No será acaso que las manos del hombre golpean al planeta! Pero esto no les importa a muchos gobiernos; mientras a otros individuos nos preocupa mucho. ¿Somos tan crueles que contaminamos, e insensibles que todo nos da igual? Priman más los intereses económicos que el mantenimiento de nuestra casa común, contaminando acústicamente y vertiendo toxicidad y especulando tanto como podemos.

El término vida aguarda todavía una definición adecuada y estricta. Dice un eminente biólogo inglés “La vida se siente en uno mismo, y se supone en los demás seres por sus gestos o signos, refiriéndolos a nuestra propia existencia vital.”

Los individuos tendemos a complicarnos la vida en asuntos nimios, dejando lo trascendental en el cajón de sastre; siendo proclives a rizar el rizo de cosas que solamente van alargando el culebrón de las emocionalidades, de lo espectacular, de ser yo más que el otro. ¿Fallamos en lo fundamental del sosiego y aplomo, de la ética como valor de convivencia y alegría de vivir?

La biología moderna, por boca de un alto representante como Remy Collin, ha venido a redescubrir la noción clásica de lo vivo, al percatarse de que en la más humilde vida, en sentido orgánico, se descubre la magnífica fecundación de la materia por el espíritu…

¿Cuándo seremos capaces de vivir y dejar vivir? ¿Acaso no somos seres racionales y queremos vivir sin complicaciones?  

“Dios ha hecho la vida para que sea vivida, y no para que pase como una nube de verano”. (Ortega y Gasset)  

8.11.10.    J.T.D

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