Las pirámides de Egipto

Presentador:
—Un inciso simplemente: estaba dispuesto a traer un libro que estaba ojeando antes de venir al programa que se llama El poder mágico de las pirámides, y que incide, o toca muchos temas, que me imagino que Pepe nos va a comentar.
José Tarrazó:
—Pues sí, hay bastante literatura a este respeto y tenemos que decir que, habiéndose escrito tantas cosas sobre las pirámides, pues hay algunas que son pura literatura y hay otros escritos que son, podríamos decir, un poco más fehacientes, más rigurosos históricamente.
Presentador:
—Y esta, El poder mágico de las pirámides, ¿qué le inspira, Pepe?
José Tarrazó:
—Tiene algunas partes que son bastantes concretas e históricamente fehacientes; hay otras partes, como decía antes, que nos llevan un poco más por las partes imaginativas del escritor que, a veces, pues, casi son necesarias porque la historia, a veces muy fehaciente, aburre, y el escritor, a veces, tiene que inventarse algunas cosas para distraer un poco, para que no sea tan pesado este tipo de literatura.
Presentador:
—Y ¿por qué aburre?, según este libro, las pirámides ¿pueden hasta afilar hojas de afeitar y almacenar o guardar fruta?
José Tarrazó:
—Sí, es una manera de vender el libro… Ya especificamos la semana pasada los poderes que tenían las pirámides, pero tanto como eso creo que no es creíble. Hay que tener, creo, una solidez y una rigurosidad un poco mayor para hablar de estas cosas y de todos estos temas, que muchas veces dan pie a que nos riamos de estas cosas y más cuando desconocemos estas series de temas que son bastantes interesantes, que hay mucho que descubrir en estas cosas.
»Hoy vamos a hablar de las pirámides de Egipto y tenemos que decir que hubo XXXI dinastías en el Egipto de faraones, figúrense ustedes la cantidad de personajes y la cantidad de cosas que se han hecho durante estas XXXI dinastías, y hay que tener en cuenta, en honor a la verdad, que las pirámides de Egipto empezaron a construirse a partir de la III dinastía hasta la VI dinastía. A partir de la VII, o un poco más, ya fueron dinastías que fueron a la deriva, es decir, que fueron ensuciándose tanto estas filosofías y estas cosas que los faraones, y por supuesto toda su corte, fueron ya en extinción.
»Hoy queremos acompañar a los queridos radioyentes, y a C. y a L., por esos corredores de las pirámides, y ver si hacíamos retrospección de algo, de alguna vida pasada, de algunos de los personajes que aquí tenemos, que tienen todos sus rasgos fisonómicos de un egipcio de la corte de un determinado faraón.
Invitado 1:
—Hay una hipótesis. Parece ser que, según algunos científicos entendidos de la historia, y seguro que Pepe nos lo va a desmentir, pero decían que las personas que trabajaban en estas magnas obras de las pirámides posteriormente eran ejecutadas.
José Tarrazó:
—No. Había una gran esclavitud en todos los que construían las pirámides y, por supuesto también, como los primeros de rango eran los faraones, los demás eran personas que estaban, pues, bajo ese látigo, bajo esa dictadura. Y los verdaderos constructores, es decir, los arquitectos o maestros constructores, pues muchas veces tenían grandes problemas con las dinastías porque no estaban de acuerdo con la filosofía de la esclavitud. Y no solamente ha ocurrido en estas dinastías faraónicas, sino en otras muchas, porque obras de tal magnitud, por como son… Por ejemplo se calcula que en Egipto hay 80 pirámides, pues figúrense ustedes para hacer 80 pirámides, con la cantidad de material que se ha tenido que mover, y material humano también, pues no podrían hacerlo esto simplemente por el gozo de hacerlo los que trabajaban.
Invitado 1:
—La razón que argumentan los que definen esta hipótesis es que no querían que se conocieran los secretos de esos pasillos, de esos corredores, y por eso ejecutaron posteriormente a los que participaban en esa obra.
José Tarrazó:
—En la ingeniería de la construcción de las pirámides los secretos solamente los conocían los arquitectos o los maestros constructores, los demás ejecutaban simplemente los trabajos que les decían que hicieran, pero los secretos solamente los sabían muy pocas personas, porque podríamos decir que, por ejemplo, en uno de los pozos que tiene una pirámide (que tiene unos 28 o 29 metros) cuando se terminó este pozo, para tener acceso a determinados corredores de las determinadas salas, pues se había preparado una piedra de granito de unas 20 toneladas, y cuando se terminó, automáticamente, fue tapado con ese tapón de granito. Entonces, claro, ya no tenían acceso a ellos… Conocían el trabajo que hacían, solamente llegaron ahí… no podían más en cuanto a la ornamentación y todo lo que se preparaba para la sepultura del faraón. Pues esto estaba llevado muy en secreto, pues solamente se ha podido saber después, cuando se han descubierto en las pirámides toda la artesanía en todos los bajos. Y en las salas había, y tendríamos que hablar de los laberintos o pasillos secretos, que se ha dicho que en un principio aquello era para experimentar unas ciertas iniciaciones para ciertas personas… No es cierto, no es cierto, era para despistar a las personas, de una manera u otra, al entrar a estas grandes salas a saquear. Es más, en algunas salas donde se consideraba que había un faraón, pues, cuando ahora en nuestra época contemporánea se ha podido tener acceso a través de rayos láser y ondas magnéticas de resonancia y demás, porque se han utilizado cantidad de elementos modernos para conocer lo que allí había… pues había una sala en la cual no estaba, estaba sí la forma del faraón, pero lo que había en realidad no era el faraón, y no estaba por supuesto enterrado allí, sino en otro sitio. En nuestra hora presente no se ha podido tener acceso.
Invitado 1:
—Y una cosa… ¿una pirámide simplemente servía como tumba funeraria de un faraón o servía para más?
José Tarrazó:
—No, normalmente, dijimos la semana pasada, que el enterramiento o panteón (como queramos llamarle) era un pretexto; había algo más que habíamos explicado: las influencias astrológicas que tenían las pirámides. El estudio que se había realizado iba más allá de esto; esto era simplemente una fachada, una manera de ocultar todo aquello que no querían que se supiese porque había grandes secretos que aún están ahí, que podemos apreciarlos a través de aquellos papiros (que yo he visto algunos de ellos y son verdaderas maravillas). Y cuando empezamos a estudiar los papiros vemos la cantidad de cosas, la cantidad de formas secretas que existen. Y no solamente los papiros, sino lo que se cinceló sobre esos relieves. Es lo mismo, es decir, que hay una gran religión y filosofía y, por lo tanto, las pirámides del Perú, como las de Egipto, estaban dedicadas a cultos y a unos estudios determinados que los personajes que vivieron en esas épocas no pudieron llegar a los conocimientos de estos.
Invitado 1:
—Y de todas esas pirámides, sin duda, hay tres que se destacan, las que se encuentran en el valle denominado de Guiza, que son las de Keops, Kefrén y Micerino. ¿Qué aportan estas pirámides y cuáles son sus cualidades?, ¿qué forman que sobresalgan del resto?
José Tarrazó:
—Estas pirámides fueron las tres pirámides más importantes entre las ochenta y pico que hay construidas, y a ellas no se ha tenido aún el suficiente acceso para conocer todos sus secretos. Hay que decir que los americanos, pues, en algunas ocasiones, hubieran querido llegar a trasladar estas pirámides a otros lugares, pero todo esto ha fracasado, y todo esto porque la cultura egipcia tenía mucho que ver con la cultura de las pirámides del Perú, de aquellas civilizaciones maya y azteca, y no se ha podido conseguir esto porque aún hoy las pirámides tienen una gran influencia sobre el planeta, aun hoy hay grandes cosas que, como estamos diciendo, hay que descubrir. Y que estas pirámides astrológicamente tienen también una gran importancia, porque los continentes (vamos a hablar de una cosa de la que casi nunca se ha hablado) están formados por las placas terrestres, pero estos continentes tienen… a través de las pirámides y de otros centros de energía crean un triángulo planetario, el cual hace que estos continentes mantengan un determinado equilibrio.
Invitado 1:
—Además hay un dato que también nos puede comentar Pepe, y es que una de las pirámides, no recuerdo cuál, medía 147 metros, que, con el paso del tiempo, ahora creo que mide 136.
José Tarrazó:
—Sí, todas las pirámides … claro, en un principio ha habido una erosión, un deterioro de esta pirámide y sobre todo tenemos que verlo con las bases, pues eran también una obra de ingeniería tan profunda y calculada que las bases tendrían una relación equivalente a la cultura y a la distribución de los equinoccios y a la distribución de los cuatro puntos cardinales perfectos.
Invitado 1:
—Lo que sucede ahora, parece ser, es que esa erosión o ese cambio de esa tierra ya no están enfocadas de norte a sur, sino es más noroeste.
José Tarrazó:
—El movimiento de las placas terrestres es natural en el planeta, porque el planeta es un ser vivo y tiene un determinado movimiento, y hay que tener en cuenta que el eje terrestre irá creando una determinada perpendicularidad, en la cual este planeta, cuando esto sea así, no se dará ese movimiento que hay ahora en esas placas terrestres.
Invitado 1:
—Yo es que estaba dándole vueltas a lo que ha dicho C., es que ha dicho que tenía ciento o no sé cuánto de altura, imagino desde la base al final, eso corresponde más o menos a 50 pisos, de lo que es una planta de 50 pisos. Son 2. 80 de máximo lo que tienen los pisos convencionales que hoy se conocen, o sea, incluso superior a 50 pisos de altura.
»Y un dato más que Pepe nos puede rectificar, y es que, recientemente, cuando se construyó la presa de Asuán, se perdieron muchas pirámides que se encontraban en su lugar, donde debían ser anegadas por las aguas, y pensaron incluso de trasladar, al parecer, algunas de estas pirámides monstruosas, enormes. Y no pudieron con la maquinaria.
Presentador:
—Exactamente. Y es poco menos porque, bueno, aquí en Ontinyent, nuestros radioyentes, para que tengan una idea, pues un edificio de 10 plantas, que creo que es el más alto que hay aquí, la finca de 10 pisos que así se conoce, tendría aproximadamente 30 metros. Estamos hablando, bueno, de cinco veces más… Esto es increíble, vamos que hay que echar imaginación a las cosas y entonces ya cabe todo para pensar que no se puede construir todo esto con piedras de 30 toneladas.
José Tarrazó:
—Es asombroso ver todas estas obras hoy mismo, sabemos que las máquinas de hoy serían incapaces de mover esos bloques enormes. Creo que dijimos el otro día por qué y cómo fueron movidos esos bloques. No es ciencia ficción lo que estamos diciendo, es una realidad básica y no es una realidad hipotética, pues estamos hablando de una cosa muy concreta, y es que, actualmente, con los medios mecánicos que existen, no se podría construir una pirámide de esas dimensiones porque es inimaginable que una grúa levantara 90 o 100 toneladas; y eso sería, sobre todo, cortarlas y subirlas donde está esa grúa.
Invitado 1:
—Y aunque se pudiera construir, que ya es imposible, no tendría la misma perfección, que todavía es más curioso.
Presentador:
—Yo lo que me pregunto es: ¿de dónde sacaban tantas piedras?
José Tarrazó:
—Sí… había canteras y están ahí las canteras.
Invitado 1:
—Sí, me imagino que las montañas quedarían totalmente devastadas, y ¿cómo las trasportaban?
José Tarrazó:
—El enigma creo que fue desvelado cuando dijimos de qué manera podrían estos personajes realizar esos movimientos de esas piedras enormes. Yo quedo admirado cuando estudio estos temas y veo con qué precisión estas piedras están puestas una sobre otra, y cómo el corte de estas es de una perfección inimaginable, milimétrica… Entonces no había pulidoras, máquinas de pulir, para poder realizar una piedra de mármol de cualquier sitio, con esa solidez, donde la hoja de un cuchillo no puede pasar. Entonces hay que imaginar que tendrían un medio determinable, era una especie de láser con el cual cortaban, y eso es maravilloso.
»Se sabe que una de las dinastías, en una determinada guerra o batalla que tuvieron los egipcios, pues, cómo paralizaron los ejércitos enemigos, no usaron en absoluto ningún arma, los neutralizaron igual que neutralizaron el peso de la gravitación de las piedras para poderlas llevar como un papel de fumar sobre la pirámide.
Invitado 1:
—Pero, a parte de ese aspecto, luego la perfección de que quedara todo aquello de una forma que ni el mejor de los arquitectos actuales podría dejarlo igual.
Presentador:
—No sé si voy a decir una auténtica barbaridad, pero ahí está, en la Biblia, que se puede comprobar cuando se quiera, y es el tema de Sansón, que destruyó un templo y tal… La verdad, no cabe que Sansón tuviera la suficiente fuerza para que pudiera coger un par de columnas o una columna concreta y derribarla. Entonces, ¿puede ser que este hombre tuviera una especie de fuerza como la de que usted nos está hablando?
José Tarrazó:
—No tenía una fuerza física, sí un poder, que sí tenía… por así llamarlo, con el cual, mentalmente, eran capaces de realizar estas cosas.
Invitado 1:
—Hablando de esto, puedes llegar a comprender, pues, bueno, esta cuestión de Sansón.
José Tarrazó:
—Las sagradas escrituras o los libros anteriores a las sagradas escrituras, es decir… que las sagradas escrituras están basadas en la historia de los planetas. Las sagradas escrituras son jóvenes en comparación a otras obras escritas, las cuales hacen las mismas diferencias a estos hechos históricos, a estos libros que se han titulado libros sagrados.
»Entonces, hay grandes lagunas, las cuales no se pueden explicar si no es a través de la simbología, a través de unos estudios, de una intuición, algo más que un estudio intelectual, porque la mente no es capaz de asimilar, porque no cabe en mente humana que todas estas cosas hayan estado hechas por seres humanos. Sí a través de la intuición, sí a través de unos denominados, podríamos llamar, desplazamientos. Es decir, a través de estos canales de los cuales hemos hablado, los canales akáshicos, donde están todos estos prototipos de toda la creación, absolutamente de toda.
Invitado 1:
—Antes de concluir no quería dejar en el tintero… porque hablar de pirámides y no preguntarle a Pepe y no aprovechar la oportunidad de si realmente existió la maldición de Tutankamón o simplemente es un bulo, pues creo que tendría que tocar el tema el famoso tema de Tutankamón.
José Tarrazó:
—Sabes que se ha dicho mucho y se ha hecho una película.
Presentador:
—…un momento, hace muy poco tiempo, en televisión… dijeron que aquellas personas que habían ultrajado, que los americanos… la tumba de Tutankamón, la pirámide de Tutankamón, pues habían tenido una muerte muy especial, en circunstancias muy trágicas, y es algo que está ahí, que no nos lo inventamos nosotros.
José Tarrazó:
—La maldición de Tutankamón, como se ha escrito, o cualquier otra maldición, no es, ni más ni menos, que existen dentro de estas salas mortuorias unas energías, las cuales están guardando celosamente, por así decirlo… Había unos aliados psicológicos con estos faraones o con otras personas, los cuales han mantenido el poder mental de su vida y de su ambición. Entonces están guardados por unos elementales, estas fuerzas invisibles que los están defendiendo a capa y espada, y que, al salir estos arqueólogos, concretamente americanos, les ocurrió eso porque fueron atacados por esas fuerzas invisibles.
»Solamente ha ocurrido esto con esa profanación de las pirámides. Con lo cual yo no estoy de acuerdo con esta frase, sino que ha habido, históricamente, otros personajes y otras circunstancias históricas, en distintos puntos del planeta, donde esto ha ocurrido. Es decir, decía yo que el embalsamamiento era negativo porque han conservado la forma mental de estos faraones y, entonces, esta forma mental ha estado gravitando, ha estado viva y no se ha destruido.
»Hay una cosa interesante y es, por ejemplo, ver que los israelitas, y viene esto a cuento, pues vienen casi siempre a reencarnar a sus mismos lugares, porque tienen un apego tan grande al lugar que han estado que las formas mentales les atraen. Entonces, no evolucionan espiritualmente como deberían de evolucionar. Los embalsamamientos son una cosa negativa, porque el cuerpo se tiene que destruir por su propia naturaleza, es decir, que todas las partes del cuerpo humano, a través del tiempo, de la corrupción, tienen que ir desapareciendo para que las formas mentales no graviten sobre ellos. Hay casos concretos sobre los cementerios o sobre aquellas personas que han estado muy aferradas en sus vidas en lo material y les cuesta mucho el desapego del cuerpo, del que está ya podrido, está en estado de desintegración, pero su cuerpo astral está continuamente guardando su cuerpo porque considera que es su cuerpo.
Invitado 1:
—Y hablando de embalsamamientos, también nos imaginamos que el sistema de hibernación tampoco es muy aconsejable.
José Tarrazó:
—Es el mismo problema, es decir, que hay que tener en cuenta rigurosamente… vemos como la ciencia nos enseña cada día cosas nuevas, como todas las cosas tienen que nacer y tienen que realizar el periodo de vida que le corresponde, y tienen que evolucionar porque no tendríamos ahora un cuerpo y unas formas más hermosas y perfectas en los seres humanos si no estuviéramos tantas veces apegados a ciertas cosas que nos rodean. De ahí que haya rasgos en las personas, que parezcan por completo aquellos egipcios o aquellos mestizajes de los incas, de los mayas. ¿Por qué?, porque en el código genético en el cual se han necesitado cantidad de millones de años para que ese código genético se fuera perfeccionando en algunos seres humanos. Por no haber destruido ciertas formas genéticas del ser humano existe una imperfección, una involución.
Invitado 1:
—Si por ejemplo la memoria genética es algo que en el ser humano se ha perdido, a lo mejor los animales la conservan perfectamente.
José Tarrazó:
—Yo no estoy hablando de la memoria genética, sino del código genético. No del código genético el cual saben que los genes llevan ciertas características físicas, estoy hablando del código genético de la formación molecular de las células desde el principio de los tiempos, que es la que está dando más características totalmente diferentes a esto. Si pudiéramos ver a través de, ahora… a través de una película de este código genético, veríamos las formas primarias y las que hoy tienen los seres humanos. De ahí que muchas veces no se comprenden muchos problemas psicológicos y físicos de los seres humanos, porque la ciencia, en muchas ocasiones, no puede llegar aún hasta ahí.
Invitado 1:
—Simplemente ratificar una cosa… que, por lo menos, lo que ha dicho Pepe, y es que el estar muy apegado al terreno tampoco es bueno.
José Tarrazó:
—En absoluto, somos unas aves de paso. Es decir, imaginemos que cualquier ave, que no tiene unos conocimientos ni tiene una conciencia más evolucionada que el hombre, sino menos evolucionada que el hombre, pues, vive, se desarrolla y tiene unos códigos genéticos. También hereda genes de sus antepasados y no se preocupa tanto si tiene que dormir en esta o en otra rama, si mañana tendrá comida o no… El ser humano, en muchas ocasiones, por la mecánica de la vida, no es que yo quiera ser regresivo a la evolución, al contrario, esto es un punto más para que el ser humano nos concienciemos de que en la evolución muchas veces hay cánones, que la entorpecemos nosotros porque nuestra mente trabaja demasiado y nuestra intuición, que es la madre del cordero, por así decirlo, de la vida en sí, está poco evolucionada porque le estamos dando vueltas al problema o a las cosas, pero eso no son problemas… pero que nosotros agrandamos las formas mentales, las cuales nos impiden una determinada lucidez y evolución en todas estas cosas. Y esto es lo que les ocurría a estos faraones, los cuales guardaron todo ese código genético.
Invitado 1:
—Yo pienso que podríamos hacer treinta programas de las pirámides y sus enigmas, y quedaríamos exactamente igual; y también el enigma de L. en la pirámide.
José Tarrazó:
—A L. nos lo vamos a llevar un día por esos pasillos y por esos corredores y se verá allí… en una pirámide.
Invitado 1:
—Pues me encantaría, entre otras cosas, no sé… poder vivir de cerca la experiencia de una pirámide.
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