La larga cola

Cuando nos adentramos en lo profundo de la historia llena de secuenciaciones, de procesos evolutivos en todos los reinos, incluido el de los seres humanos, me quedo pasmado o espantado de un objeto o suceso raro, al apreciar la sombra de la bestia y sus consecuencias.

“La tierra ha cambiado de rostro: hay tierras que se hundieron bajo las olas del mar. Los ríos no han sido fieles a su curso, ni las montañas permanecen en sus formas. Los glaciales se derriten inmisericordes, por la bestia contaminante de los seres humanos” (Retazos de la historia)

Unas cuantas consideraciones me hago en el presente periodo, pues mi capacidad no puede abarcar tantas cosas que están aconteciendo y que sobrepasan mi pequeño intelecto. Pero quiero enumerar unas cuantas, y al mismo tiempo, compartirlas con todos ustedes.

Primera: la manipulación de determinadas frecuencias en el planeta Tierra, desequilibrando su sistema complejo y global.

Segundo: mantener aislada a una gran parte de la sociedad, de los problemas reales, que, sumidos en la oscuridad, la bestia manipula a su antojo, creando seres pensados y no pensantes.

Tercero: crear falsos líderes, como iconos de las masas, bien sea en la música, en las sectas, que mas que unir, divide a los individuos, y sus lideres se enriquecen al socaire de sus seguidores.

Cuarto: los espectáculos de masas de no importa qué índole, adormecen los sentidos que, ávidos de emocionalidad, son incapaces de pensar y discernir, lo que la bestia y su cola están haciendo con estos, que atrapados, caen en las fauces devoradoras de la adrenalina que en ellos se expande.

Quinto: las continuas guerras basadas en estudios psicológicos y económicos van haciendo mella en esta sociedad decadente y escuálida, que muriendo por las contiendas bélicas, enfermedades como el cáncer, el ébola, más otras que aún no tienen nombre, pero que están manifestadas y que son una pandemia que anida en la oscuridad de la cola de la bestia…

Sexto: el miedo como arma de todos los tiempos, los opresores se están valiendo, teniendo a los individuos bajo el poder de la oscuridad, y eso sigue estando vigente. ¿Quién gobierna los destinos de los pueblos y las naciones? Los medios de comunicación tienen el control de las masas, la invasión de publicidad sociopolítica y las religiones, dirigen gran parte de la humanidad, así pues, los individuos, nos dejamos llevar, sin tener en cuenta el propio criterio interno o ético.

Séptimo: la humildad, exige el que nos pongamos en marcha y con ello, aminoremos el mal de la bestia, que no por no verse, no nos toca con su gran cola. Ésta es como un virus al que todos estamos expuestos, unos por nuestra soberbia y prepotencia, otros por manipuladores, porque creemos estar por encima de los demás, y que otros sean nuestros acólitos. Si pensamos que estamos aquí para ser servidos, nos equivocamos de todas, todas. Si no somos servidores, nunca se nos concederá el don de lo divino.

Ha llegado el tiempo, en que el humilde sabio anunció el presente, pero los oídos están sordos, éstos están tocados por la cola de la gran bestia, contaminados de las corrientes emergentes, que destruyen el sentido profundo como almas. Los predicadores mesiánicos, nos bombardean sin cesar, y el ambiente se hace tan denso, que sólo el silencio es el antídoto. Hablamos en demasía, teorizamos y no practicamos con la voz del silencio, para que la equidad sea un hecho justo.

Los grandes gobernantes se disputan el mundo como una tarta, pero el planeta se volverá contra estos depredadores  sin ningún escrúpulo. Mientras tanto, ¿qué hacemos el resto de los individuos? Teorizar, despellejar a nuestros semejantes, ser envidiosos, altaneros y quebradizos.

Una sociedad tiene que evolucionar con respeto y concordia, con alegría y sinceridad, con misericordia y PAZ.

J.T.D. 21-03-08

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