La importancia de las mujeres en la cristiandad
Es interesantísima la relevancia de las actividades de aquellas mujeres que han tomado parte en el mundo de (Chréstos, del Griego), sólo la ignorancia de esta palabra es debida porque los seres humanos no hemos investigado etimológicamente las raíces de los Chréstianos. Dice Lactancio (lib. IV, cap. VII) “los términos Cristo y Cristianos, que originalmente se escribían Chrét y Chréstianos, fueron copiados de antiguos documentos griegos, y que significan el discípulo puesto a prueba.
Pero a lo que voy; son muchas las religiones que tienen marginadas a las mujeres, y para mí estas tienen un alma como las demás personas; su dignidad como madres y como representación de la matriz cósmica merecen el gran reconocimiento de todas las jerarquías de no importa qué religión y sobre todo en la de los Chréstianos, de no ser así, se demuestra un machismo desproporcionado.
En más de tres mil religiones comparadas, predomina la imposición jerárquica de los hombres, cuestión que desmerece a las mujeres, que las margina, pero ¿qué serían estas religiones sin el concurso de las féminas? Es de suma importancia el papel en la sociedad de esas mujeres, que al lado de los hombres con sus empresas de todo orden, han sido pioneras en la historia de la humanidad.
Una gran mujer en la historia de los Chréstianos fue la madre de Jesús, su nombre era Mariam o Miriam. Según los evangelistas Mateos, XIII, 55, 56; Marcos, III, 32, 35, Lucas, VIII, 19, 20 y Juan, II, 12, VII, 5-10, ésta tuvo varios hijos; creo que es hora de desmitificar muchas cosas, para mayor conocimiento de todos los creyentes del cristianismo y de otras religiones.
Otra cuestión en la historia y en la silla Pontificia ocurre en el siglo IX; Juan Anglicus fue un inglés que viajó a Atenas donde se hizo famoso por sus conocimientos de la ciencia. Eventualmente llegó a Roma y enseñando el Trivium llegó a ser Cardenal, y cuando el Papa León IV murió en el año 853 E.C. fue elegido Papa por unanimidad. Pero lo que quiero significar en el presente artículo es que en la historia del Cristianismo una mujer resultó ser el Papa Juana VIII, y era realmente una mujer, en otras palabras el Papa Juan era la Papa Juana. Sin entrar en otros detalles, tan discutidos, los unos de asentimiento, los otros de negación.
Como la historia se repite, tenemos que estar abiertos a no importa qué cambio, pues la valía de la mujer tiene que recobrar su valor en dignidad y que las cosas transcendentales bien pueden ser llevadas por la grandeza de las mujeres, por su calidez y comprensión, todos sabemos que han existido grandes mujeres que empeñadas en llevar a cabo las enseñanzas de Chréstos, empeñaron sus vidas al frente de determinadas organizaciones, firmes en su fe se consagraron en cuerpo y alma. Es necesario que los Chréstianos seamos prácticos y que nuestra fe se funda en la vida cotidiana y no en folclores ni disputas triviales; que el día a día sea un reguero de compasión con nuestros semejantes; así, el mensaje que nos legó Jesucristo no se vea empañado por intereses mediáticos, que son los que desvirtúan la esencia de la sencillez y el bien hacer…
La luz del Sol resplandece para todos los individuos, pues todos somos hijos del Padre, no importa la religión que practiquemos, con el respeto hacia los demás podremos convivir todos, y esto es la base fundamental de la armonía entre toda la sociedad cristiana.
19.10.13. J.T.D.
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