La educación y el desarrollo humano
La educación consiste en lograr que la humanidad pueda dirigir y estructurar su propio desarrollo; la educación es una segunda existencia dada a las personas, es la vida ética, como lo es la vida física. La educación es fuente de desarrollo en las personas, si todos tuviésemos una educación equilibrada y armónica no habría conflictos en la sociedad; pero estamos en unos momentos que priman más los unidireccionalismos que alienan a las personas, con el pensamiento único que es dogmático o fascista. Los nacionalismos, son corrosivos y no son dialogantes, estos creen estar en posesión de sus verdades; esto lo tenemos en nuestro país, o sea, en algunas personas de Cataluña. Pero no olvidemos que aquellas personas con pensamientos sísmicos destruyen el fundamento y desarrollo de la educación que es la convivencia entre las personas desde el más profundo respeto. Las crisis de los pueblos y las naciones se fraguan en las mentes fanáticas, en la intransigencia, en sentirse superior a los demás, en dogmatizar ideas tóxicas que en poco nos ayudan para la convivencia de las personas normales. La manipulación de las mentes es una perversión, dejemos que cada persona piense y actúe por su propia conciencia, que cada uno actuemos sin presiones que nos adoctrinen y nos coman el coco. De ahí la importancia de la educación, esta pretende abrir el entendimiento a todos para que podamos pensar con seguridad y aplomo; la educación es nuestro mayor tesoro que anida en nuestra mente y nuestro corazón. Algo importante que podría ocurrir en la educación, es que debiera ir acompañada de la luz correspondiente en todo el proceso educativo; la humanidad nunca ha necesitado tantos portadores de luz como hoy. Si miramos hacia el firmamento, todo es luz, esa luz es la mensajera de todas las cosas que ocurren en el cosmos, en las mentes de todo lo creado, en esta luz se hallan registradas todas las cosas que acontecen y acontecerán; cada uno de nosotros puede descubrir la luz del mundo del espacio galáctico, de las galaxias conocidas y por conocer, ese gran misterio que nos trae la luz es la vida completa que va más allá de nuestra pequeña capacidad.
La humanidad es portadora de luz. En la historia de la humanidad, tuvimos dos grandes instructores espirituales que se destacaron de los demás. Uno, el Buda, que es considerado universalmente como la personificación de la luz. Los preceptos y enseñanzas del Buda permiten a los hombres llegar a comprender su propia mente; otro gran instructor es el Cristo que nos propone el amor, estos dos ingredientes junto con el de la educación y su desarrollo educativo, crea una solera que la llamaré: ética convivencial de la sociedad…
Ahora más que nunca tenemos que consolidar los valores éticos en la educación de los estudiantes más jóvenes, que son los futuros regidores de las sociedades venideras y que serán los que guíen los pueblos y las naciones; todo esto combinado con las nuevas tecnologías, producirá los grandes cambios de una sociedad más humanizada y cohesionada, más riqueza en todos los aspectos de la vida. El peculiar y especial destino de la humanidad es convertirse en portadora de la luz. Por supuesto que la educación juega el papel más importante de una sociedad moderna con su tecnología, cada día avanzamos un poco más en descubrimientos que debieran crear más felicidad entre las personas, ¿pero esto es así? O, por el contrario, ¿nos manipulan para crear intereses especulativos, de guerras y de emigración, y de muertes indebidas? Cultivar la luz de la sabiduría debiera de ser una asignatura en el desarrollo de la educación. Desarrollar la luz de la comprensión, luz que vincula a las personas con el corazón y con el amor de Dios, y con la compasión del Universo. Desarrollar la luz de comprensión en la educación, es abrir una ventana a la sociedad, al progreso, y a nuevas formas de vida que se hallan en los corazones de las personas, en sus mentes y en las neuronas. Desarrollar la luz del conocimiento, que relaciona a las personas para que crezcan proporcionándonos una visión más profunda en toda nuestra educación, esa visión integral de todo lo que conocemos y tiene su ser y estar.
5.10. 18. J.T.D.
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