La disconformidad

Las personas no solemos estar conformes de las cosas que estamos viviendo, a todas ellas les ponemos un pero, si no tenemos el suficiente dinero para vivir nos deprimimos, y nos quejamos por el trabajo que estamos realizando, ¿por qué la naturaleza no se queja? Esta no lo hace por carecer de mente, ¿cuándo comprenderemos que la mente solamente nos trae problemas y estamos disconformes de todo lo que nos toca vivir? Las personas sufrimos por falta de adaptabilidad en nuestro entorno, y esto es debido a la teorización tóxica que es la que produce el dolor, porque al no poder alcanzar el deseo que nos exige nuestra mente que sufre un divorcio mente-cuerpo hemos fraccionado los sentimientos.

Las personas tendríamos que estudiar de la Madre Naturaleza que es nuestra maestra y todas las cosas positivas que en ella se encuentran; adentrarnos en el Edén de la felicidad, en vez de especular mentalmente, solamente en los beneficios económicos que son frágiles.

“Sed prudentes, pues la fortuna es incierta; tened cuidado, la daga del destino es acerada; no os fieis, que las almendras de la dicha, esconden veneno”. (Omar Khayyam) Pero por desgracia encontramos muchas personas disconformes; la dicha está donde la encuentras, muy rara vez donde la buscas, pero nos cuesta mucho aprender la lección cuando por menos de un plis plas nuestro emocional se dispara y somos capaces de herir a nuestro interlocutor, a nuestro vecino, a los más cercanos, los arrebatos mentales nos pierden y decimos lo que tendríamos que callar; todos los demás tienen defectos, yo no…

Las personas que practican y ven las cosas positivas son felices; los disconformes acumulan demasiada adrenalina y sufren indebidamente, estas son pasto de sus debilidades, de su prepotencia que no es más ni menos que la cicuta que va matando.

Tan sencilla que es la vida, pero nos empeñamos en complicarla, y esto es debido a que estamos viviendo fuera de las leyes de la naturaleza, en realidad no somos prácticos, la rutina hace una coraza de guerreros siempre dispuestos a la lucha estéril.

“Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste”. (Séneca) Aquellas personas que viven disconformes, están sedientos de las cosas sencillas, ¿dónde las encontrarán? Es difícil encontrar personas límpidas de corazón y que practiquen la ÉTICA convivencial, desgraciadamente nos tropezamos con seres de intereses creados, de una u otra forma. “Presta dinero a tu enemigo y lo ganarás; préstalo a tu amigo y lo perderás”. (Franklin) Las personas que tienen la debida discreción son sabios, es más difícil no decir palabra, que decir más de lo que se debe, y por desgracia hablamos demasiado y la palabra tiene que ser métrica aplicada, de no ser así, las personas perdemos el valor que mora en nuestro corazón amoroso; nos convertimos en charlatanes de una feria…

Una parte importante en las personas es la educación, con ella se abren todas las puertas de la vida. “La educación pretende abrir el entendimiento a todos, para que puedan pasar de la seguridad absoluta, hija de la ignorancia, a la duda razonada”. (E.P.B.)

¿Por qué motivo las personas estamos disconformes en la mayoría de las cosas que vivimos y hacemos? Nos quejamos de lo que nos hacen sufrir los demás; pero no pensamos en que nosotros hacemos sufrir a ellos y les colgamos el san Benito, echamos todas las culpas por pequeñas que sean; descargando toda la adrenalina de las inconformidades emocionales que hemos incubado en nuestra mente…

“No es la elocuencia ni el arte de escribir y hablar bien al que censuro, sino que se mire como objeto principal de la vida, habiendo otras cosas más importantes aún”. (Epicteto) Cada persona tenemos un concepto diferente de la vida, con tantos millones de personas que poblamos el planeta, la ideación de cada uno de estos seres, y todos con los mismos ojos, la visión es totalmente diferente, ¿por qué será? La concepción de las cosas que vivimos tiene un cristal diferente, a este le llamaré conciencia o Alma, espíritu personal.

La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como la serpiente, la envidia quiere igualarse al que sabe más que el envidioso…

14.5.18. J.T.D.                

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