La Administración

Malos tiempos los que corren en nuestros días: los estamentos administrativos se han burocratizado de tal manera que su lentitud camina como una tortuga, y esto perjudica a todos los ciudadanos en general. Quiero expresar con esta fábula titulada La mula y la tortuga, lo que ya publiqué en una de mis obras: Andaba, por el prado caminando una tortuga, su paso lento y certero, le daba seguridad. Mas de pronto irrumpió la mula relinchando y furiosa, con coces y algarabías. Esto suele suceder en las distintas administraciones, que los humildes ciudadanos por no saber, miedosos, van a la administración a pagar sin rechistar. Mientras que las poderosas mulas dan coces y con su arrogancia rebuznan para no pagar. ¿En cuántos casos asistimos a esta fábula en cuestión?
Pero no es cosa de bromas: necesitamos más agilidad en no importa qué gestión que realicemos, bien sea en los despachos locales de los Ayuntamientos, en los despachos autonómicos, en los juzgados que con su lentitud pasan los años y se eternizan los conflictos del orden que sean. Mientras la mula y la tortuga coloquiaban, la nave del viento cruza por esos prados tan hermosos llenos de un manto de flores, la mula se emborrachaba comiendo amapolas. ¿Estamos administrados por mulas o tortugas? En algunos casos encontramos soberbias mulas, en otros con la lentitud de las tortugas.
Pero a lo que voy: lo que está ocurriendo a nivel nacional, si los políticos no despiertan ante los acontecimientos que acaecen, los ciudadanos hemos perdido toda confianza en el sistema actual. Necesitamos de grandes cambios y no de un maquillaje que siga engañándonos. Nos sobran los telepredicadores que detrás de sus discursos grandilocuentes esconden una dictadura más. Espero que abramos los ojos y trabajemos por una democracia mejor que la que tenemos, una CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA renovada, un nuevo ordenamiento electoral, y de una puñetera vez seamos un país a la altura de las circunstancias en nuestro siglo XXI. La Constitución Española debiera de ser nuestro libro de cabecera. ¿Pero cuántos ciudadanos la conocen? Quiero referirme en este momento al Artículo 50, que dice así: ‘Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia economía a los ciudadanos durante la tercera edad’… Pero esto no es así. Mientras unos gozan de grandes privilegios y enormes pensiones, otros malvivimos, no tenemos despachos que pagamos todos los contribuyentes, el desequilibrio es abismal, pero quiero añadir unas cuantas frases que aparecen en el Preámbulo de la Constitución, ‘Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida’. ¿Se cumple todo esto? Estas y otras mentiras son una cortina de humo que nos engaña, y así nos van las cosas. No nos engañemos, mucho trabajo tendrán que hacer los partidos políticos que asentados en sus ideas piramidales han estado viviendo al socaire de sus propios intereses y bien poco han hecho a la ciudadanía en general; “por favor pónganse las pilas”, si no lo hacen otra dictadura está a la vuelta de la esquina…
Lo que escribo no es alarmismo, más bien es una percepción que está ligada a los acontecimientos que estamos viviendo, llamémosle corrupción, evasión de capitales… lo bien cierto es que enriquecerse ilícitamente es para ser contundentes y ejemplarizar a quienes puedan tener esa tentación de expoliarnos.
Pero quiero volver a la fábula. La fábula con su oración a todos nos da una lección, sin universidad estudiosa, solo la naturaleza es graciosa, sabia y generosa. Cada uno debe saber hasta dónde puede llegar, nunca debe propasar del mucho saber, y más hacer.
La nave del viento cruzaba sin prestarles atención, así la vida, graciosa que enzarzada en discusiones nos aleja en ocasiones, de la realidad que quieren que veamos, de prédicas y discusiones que nos quitan las ilusiones. “Nunca he observado que la honradez de los hombres aumente con su riqueza”. (Jefferson) Pues todo se desvanece en un día: la celebridad y lo que es celebrado, toda vanidad termina en la sepultura.
29.7.14. J.T.D.
Deja una respuesta