Génesis y antropogénesis de las razas (II)

Presentador:

—Vamos a entrar rápidamente en el tema y vamos a ver si terminamos las razas y podemos comentar otros temas interesantes. Adelante, José Tarrazó.

José Tarrazó:

—Buenas tardes a todos los radioyentes y a las personas que están aquí en el auditorio.

Bueno, vamos a hablar de la sexta raza y la séptima raza. Es muy poco lo que se conoce respecto a estas dos razas, puesto que aún tendrán que pasar muchos miles de años para llegar a estas razas. Y entonces, el acceso que se tiene de estos conocimientos es muy poco, pero sí que podemos dar algunos datos importantes, puesto que existen en los prototipos de estas razas algunas cosas anunciadas ya.

»Vamos a hablar de la sexta raza. Esta raza está caracterizada por el desarrollo espiritual, por la adquisición del sexto sentido o clarividencia astral, por sus tendencias unitarias, y es muy importante que esta raza y la próxima raza, y las subsiguientes siete subrazas, tendrán este punto de acercamiento y síntesis. Esta raza se desarrolla en el continente Zea, cuya emisión inicial ocurrirá en el punto donde actualmente se halla América del Norte, que con antelación habrá sido, por unos determinados seísmos, cuarteada. Y aflorará un nuevo continente, es decir, que habrá una serie de terremotos y una serie de cosas extrañas, las cuales harán que parte del continente desaparezca y aflore otro, como hemos podido ver en otros seísmos del planeta. Y no puedo decir más de esta raza y de las subsiguientes subrazas.

»Y vamos a continuar con la séptima raza. Se caracterizará por su desarrollo completo espiritual y adquisición del séptimo sentido, o sea la clarividencia mental por el pleno reconocimiento de unidad; habrán visto que en la otra raza y subsiguientes subrazas ya aparece esto. Florecerá en el séptimo continente, llamado Pushkara, que está en el punto donde se halla actualmente América del Sur. Al terminar la vida geológica de esta raza y sus subsiguientes subrazas, vendrá, por así decirlo, el adormecimiento de estas razas y subrazas, puesto que en ese momento el planeta llegará a ser sagrado y ocurrirá como en otros tantos planetas, los cuales están en esta misma situación. Pero esto no es para mañana, tengan en cuenta que tendrán que pasar, como he dicho antes, miles de años, hasta que la invocación de la humanidad y el comportamiento de la humanidad, en las tres subrazas de las cinco razas, habrán desarrollado ya algo muy importante que es la síntesis de unidad planetaria, de la cual hacíamos mención en uno de los programas, es decir, la síntesis del hombre estará realizada por completo.

Presentador:

—Pero eso no lo verá ninguno de nosotros, en principio.

José Tarrazó:

—En principio no.

Presentador:

—Bien, de todos modos, el señor J. T. comentaba de un adormecimiento en las razas de los seres humanos, ¿se podría hablar de los seres humanos todavía?

José Tarrazó:

—Llegará un momento en que no. Seres etéreos, serán seres… volveremos al principio, pero tendremos una evolución de un carácter especial, como tienen otros seres que están en otros planetas y que están desarrollados de una manera extraordinaria.

Presentador:

—Esta serie de evolución de las razas da a entender que, por ejemplo, las primeras razas, digamos, no eran muy inteligentes, ¿o sí que lo eran a su forma?

José Tarrazó:

—Las primeras razas no eran inteligentes, no tenían aún los cuerpos densos, no tenían ni el mental, ni el astral, ni el etérico. Y entonces, pues, eran cuerpos vivientes, sin esas condiciones que tienen las razas actuales y las subsiguientes subrazas. Pero, por ende, debemos tener en cuenta que su parte interna estaba poco desarrollada y lo estará después de subsiguientes razas y subrazas.

Presentador:

—Vamos que, desde este punto de vista de las razas, desde las primeras y las que vienen, da la impresión, da a entender, que es optimista el futuro.

José Tarrazó:

—El futuro es optimista, mucho. Tengamos en cuenta que, a medida que van naciendo nuevos seres, y esto lo observamos actualmente, vemos como estos seres… Muchas veces los padres les decimos: «Sois unos pasotas»… han cambiado todas, podemos decir, las formas internas y externas, y eso es debido a los cambios de los seres humanos, que van viniendo y van tomando una conciencia diferente a la que hemos tenido hasta ahora.

»Por supuesto, a medida que se vaya avanzando, estos seres que van viniendo han tenido una conciencia más sublimada, más exquisita, con una capacidad interior muy grande, y que lo que están haciendo ahora es romper ciertas estructuras del pasado que no sirven absolutamente para nada, solamente para crear un mal cósmico, podríamos decir.

Presentador:

—Bueno, yo en cuanto lo de optimista creo que lo pondría un poco en tela de juicio, al menos con la concepción que actualmente de la vida y ante todo del ser humano. Si vamos a ser, o serán, dentro de miles de años, etéreos, ¿cómo se puede ser optimista?

José Tarrazó:

—Bueno, pero es que, si pensamos que el ser humano tiene esa parte etérica, invisible, en la cual radica la esencia del hombre. Pero resulta que nosotros miramos todas las cosas a través de lo material…, pues tendríamos que ver las cosas también a través de lo espiritual, de lo invisible…

Presentador:

—Perdón, señor J. T., perdóneme que le interrumpa, ¿no cree que después de la muerte no tendremos suficiente tiempo como para ver las cosas de ese modo?

José Tarrazó:

—No. Hay que tener en cuenta el proceso evolutivo de todos los planetas, de todos, y ahora hablaremos de los planetas para ver dónde están estos planetas y qué es lo que están haciendo en el sistema solar y en qué orden está el sistema solar. Veremos que los planetas han pasado las mismas peripecias que nuestro planeta, no somos diferentes a otros planetas. Existen en cada momento de la vida planetas en nacimiento, se descubren nuevas galaxias, y a medida que se van descubriendo todas estas cosas vemos cómo hay esos planetas que están aún en un peor estado, podríamos decir anímico del planeta, peor que el nuestro y mejor que el nuestro. Entonces, si seguimos el curso cósmico y evolutivo, veremos cómo nuestro planeta no puede ser una excepción.

Presentador:

—Al parecer de lo que se trata no es de un bien físico, sino de un bien espiritual, más o menos es lo que yo puedo captar.

José Tarrazó:

—El ser humano tiene las dos partes, la parte física y la parte espiritual. Lo material lo tenemos aquí. El alma está ingénita dentro de un cuerpo físico mineral y vegetal y, por supuesto, este cuerpo es en el que anida el yo superior, por así decirlo, de los seres humanos. Es invisible, como son invisibles cantidad de éteres, cantidad de energías que están por doquier y que el ser humano, cuando estas razas —la sexta y la séptima— tengan esa clarividencia, no una clarividencia astral porque la clarividencia de las personas actualmente en su inmensa mayoría es astral… la parte astral es una deformación de las cosas, se ven las cosas invertidas. Entonces, cuando el ser humano haya tenido una clarividencia de carácter espiritual superior, por así decirlo, veremos las cosas con una naturalidad, tal como las vemos ahora por los ojos físicos.

Presentador:

—Una duda antes de pasar a esa valoración de los planetas, y es simplemente, por ejemplo, en la Edad Media, por hablar de una época reciente, los que vivieron en la Edad Media, ¿eran de nuestra misma subraza o de la subraza anterior?

José Tarrazó:

—Había parte de ellos de la subraza anterior y parte de esta. Es decir, que vamos como una cadena, se llama cadena planetaria, en la cual los eslabones no se pueden romper, entonces llevamos unos eslabones enlazados con otros. Al igual que, como dijimos la semana pasada, existen aún seres de las razas Lemuria y Atlante. ¿Cuándo estos seres tendrán las características de la sexta y séptima raza? Cuando hayamos llegado a un punto de perfeccionamiento en todos los órdenes: no solamente podemos hablar del reino humano, sino del mineral, del vegetal y del animal. Es decir que, si miramos el proceso hacia atrás, de cómo han evolucionado los reinos, veremos que ha sido un proceso lento pero evolutivo.

Presentador:

—Yo quería comentarle también un tema, si me lo permite, y es, según parece, bueno, lo hemos podido comprobar, cada raza digamos que está regida por un planeta y que, a la vez, de una forma paralela, parece ser que se le va incorporando un sentido. ¿lo he entendido bien?

José Tarrazó:

—Sí, sí, muy bien. La influencia de los planetas, unos hacia otros. Es decir, actualmente los que se conocen son siete planetas sagrados, con una evolución superior al nuestro. Sus influencias áuricas han influido sobre el aura o entorno del planeta, por así llamarlo. Entonces, cada regente de estas razas y cada regente del signo zodiacal influyen mucho en todo el conjunto evolutivo de los seres humanos, de las razas y de todo lo que está viviente en el planeta.

Presentador:

—¿Y puede ser que en alguno de estos planetas haya vida ya etérea?

José Tarrazó:

—La hay, por supuesto. Cuando los planetas son sagrados, son planetas etéreos, es decir, que los seres que habitan allí no son físicos, no tienen una condensación de cuerpos, pero sí de una energía determinada, que no vamos a entrar hoy en esa temática.

Presentador:

—¿Podría comentar un poco lo de los planetas?

José Tarrazó:

—Los planetas sagrados son los siguientes: Vulcano, Mercurio, Venus, Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano. Y estos planetas están regentados o están influidos por las determinadas energías, desde el uno al siete, que son las siete energías, que en todos los planetas tienen una correspondencia. Después, los planetas no sagrados son los siguientes: Marte, Tierra, Plutón, la Luna, y el Sol. Pero el Sol no es que no sea un planeta sagrado, el Sol está por encima de todos los planetas, es el núcleo central que alienta en nuestra galaxia a todos estos planetas.

Presentador:

—¿Cuáles son estas siete energías?

José Tarrazó:

—Cada planeta, en su energía, los llamados siete Rayos, vemos como, por ejemplo, Vulcano está influenciado por el primer Rayo, Mercurio por el cuarto, Venus por el quinto, Júpiter por el segundo, Saturno por el tercero, Neptuno por el sexto, Urano por el séptimo. Y estos son en cuanto a los planetas sagrados. Y en cuanto a los planetas no sagrados, las energías que influyen son las de estos Rayos: Marte el sexto, Tierra el tercero, Plutón el primero, Luna (se tendría que hacer una emisión solamente para hablar de la Luna) el cuarto y Sol el segundo.

Presentador:

—Una pregunta, y vuelvo a incidir en el tema anterior, y es: ¿conforme van avanzando las razas vamos adquiriendo un sentido? Entiendo que esos sentidos son empleados para el bien físico, por llamarlo de alguna manera, como podría ser el tacto, el olfato… y en cambio estos dos sentidos que nos faltan por adquirir van a ser más bien sentidos espirituales.

José Tarrazó:

—Vamos a contestar a esto ordenadamente y vamos a ver, por ejemplo, cómo las primeras razas y subrazas empezaron a desarrollarse por el semietérico celular, o sea la Polar y la Hiperbórea. En la Polar, la condensación atómica de lo que en realidad es el cuerpo humano. En la Hiperbórea, por supuesto, lo mismo. Pero en la Lemur, la formación celular de la concreción física (fíjense ustedes la importancia que tiene), y después en los atlantes, el sistema circulatorio y glándulas endocrinas. O sea, que ha habido un progreso. La aria desarrolló el sistema nervioso y centros etéricos. Y después, la raza andrógina desarrollará la redención de la materia y, por último, la liberación de la vida.

»Es decir, que existe una cronología perfecta de evolución de todas estas razas y de todo lo que está creado en cada planeta y, por supuesto, en el nuestro.

Presentador:

—Le doy las gracias, señor J. T., por habernos hablado de este tema tan interesante para todos nosotros, y que ha sido primicia en el mundo de la radio.

José Tarrazó:

—Muchas gracias.

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