¿Es el tiempo del miedo?

“El miedo es el sentimiento más fuerte del espíritu humano” (Plinio el Joven)

En todos los tiempos se ha usado el miedo como arma letal contra los individuos, siempre temerosos de perder lo que poseían en bienes materiales, haciendas y sus propias vidas; hemos estado acongojados, tristes y frenados por este fenómeno psicológico, que han inventado ciertos interesados en crear estos egregores como arma de dominación.

¿Es el miedo una industria anclada en la noche de los tiempos que ha dominado a los seres humanos, en provecho de unos cuantos y en detrimento de muchos? Las mafias que practican los crímenes, la inseguridad ciudadana, los robos y amenazas a los individuos, son una pandemia devoradora y sin escrúpulos que nos tiene sumisos e indefensos. ¿No será acaso que las leyes no son lo suficientemente severas, como para dar el justo merecido a quienes perpetran toda esta clase de desafueros y perturbaciones en la sociedad?

No hay cosa que asuste más que la gente asustada, esta se paraliza con el veneno mortífero que nos hacen ingerir con el miedo, este es como la cicuta que envenena al cuerpo y lo aniquila.

La mentalidad de los individuos nos lleva hacia el precipicio inexorable de la muerte, de lo peor que nos pueda suceder, y es el de perderlo todo. Y para eso están preparados los que con la industria del miedo fabrican esta psicosis que atormenta a tantos seres presos del pánico e indefensos de los truhanes sembradores del miedo. Los países que más armas venden al mundo son los mismos países que tienen a su cargo la paz mundial. Las guerras son un negocio destructor que aniquila a los individuos, en la mayoría de las veces son los niños y los más débiles los que sufren el zarpazo y las consecuencias de los señores de las guerras, que como profesionales extienden con sus armas el genocidio del mal, puro negocio de la muerte.

En el miedo global nos encontramos con el temor a perder el trabajo, temor a no tener comida, a que nos roben, miedo por las violaciones, miedo a que nos falten las pastillas para poder dormir, a las enfermedades, bien sea el cáncer o el sida o no importa cuál que nos cause dolor, y podría alargar esta letanía que sería interminable.

¡Quizás debiéramos pensar de otra manera para hacer frente a estos miedos globales y en muchas ocasiones, no precipitarnos con nuestras mentes que son la materia más quebradiza de los individuos! Si la mente no controla las emociones estamos perdidos, prueba de ello es que en otras culturas orientales aprenden a controlar la mente, y esta es capaz de dominar muchas cosas, incluido el miedo, que es la casa loca de los pensamientos tormentosos que nos hostigan y nos dan golpes con una fusta, desarrollando en la imaginación fantasmas nefastos…

Muchas cosas debiéramos cambiar en nuestra mentalidad y desechar todas las que son superfluas y que nos causan dolor y sufrimiento. 

En nuestra cultura occidental nos han metido el miedo hasta en los zapatos y eso nos perjudica. Por ello nos urge el cambiar muchos conceptos referidos al miedo, no dejando que éste se interponga en nuestras actitudes y bien hacer, viendo la vida el prisma inherente de libertad que conlleva una moral fundamental.

La ruta de las personas que debiera de estar trazada para la felicidad se convierte en sufrimiento, dolor, angustia, y en tantas ocasiones en depresiones, en neuras, manías, e incertidumbres. 

“No son las riquezas ni el esplendor, sino la tranquilidad y el trabajo, los que proporcionan la felicidad, y nos apartan del miedo” (Jefferson)

26.5.008. J.T.D.      

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