Energías enfocantes

En estos momentos en que los medios de comunicación, prensa, radio y televisión, tertulias de todo orden nos sirven en bandeja todas las fruslerías de los acontecimientos de negatividad y excesos de corrupción en una parte de la sociedad en la que nos ha tocado vivir. Creo sinceramente que las energías que debiéramos de usar tendrían que ser positivas, enfocadas para descubrir los puntos esenciales de los problemas, para tratarlos acertadamente, y esto solamente se realiza aplicando unas energías positivas y éticas. 

Lo que debemos deplorar es la destrucción de las formas positivas que los seres humanos tenemos, y frenar esas actitudes hacia un modernismo que cada día nos agobia más, a eso le llamo yo el mal uso del poder que con su bravuconería está creando tanto sufrimiento en los individuos, ¿no estaremos creando una sociedad artificial y un tanto enferma?

La reflexión del presente artículo, es que otra manera de pensar y vivir es posible. Solamente los individuos tenemos la capacidad de estar aliados con las energías de lo positivo y al mismo tiempo obrar con una conciencia transparente y sincera, no dejándonos llevar por los primeros vientos que soplen. 

“Mientras un hombre o una nación continúe creciendo socialmente, política o financieramente indiferente del modo y los medios para lograr su crecimiento, se supone que esta es una evidencia conclusiva que nos lleva a actuar de diferente manera” (Isabella Ingalese, filósofa)  

Está demostrado científicamente que la concentración del pensamiento es esencial para la generación de la fuerza mental, pues sin ello, las creaciones mentales no pueden existir el tiempo necesario para que se materialicen: en el caso de las energías enfocantes que todos poseemos, son un hecho para que las cosas cambien, pero de nosotros depende este cambio. Es muy importante el que sepamos pensar y no el que nos piensen. La concentración del pensamiento significa que nuestro discernimiento sobre no importa qué situación que tengamos en la vida sea nítida; y esto tendría que ser una asignatura en la educación; y la educación es la base del entendimiento entre los individuos.

No esperemos que las cosas cambien de la noche a la mañana, la lentitud de los individuos es tanta y estos son tan perezosos, pues en todo momento nos tienen preparado algo para entretenernos y que no pensemos. La humanidad como una masa no puede percibir o entender las más elevadas cuestiones que tienen una profundidad esencial para convivir con perfecta armonía. Por esta y otras razones estamos obligados a cambiar en profundidad, si no lo hacemos las futuras generaciones habrán recibido una herencia nefasta, pero todo es cuestión de que nos empeñemos en sembrar nuevas formas de vida que nos lleven a la felicidad, que es para lo estamos aquí.

La historia de la humanidad está sembrada de grandes pensadores, solamente tenemos que darnos un paseo y bucear en las determinadas ideas, en las cuales las normas de ética y de filosofía son una riqueza inconmensurable para que las aplicásemos en el estado de decadencia actual. 

Algo muy importante en los individuos es la atracción mental; esa energía de la mente que se convierte en la intercomunicación de los bien pensantes, es una fuerza que no tiene límites ni fronteras, ella viaja a la velocidad de la luz; así pues todo pensamiento enfocante puede solucionar grandes problemas: el poder de la mente positiva crea vórtices de luz.

Aunque todos conocemos el actual panorama mundial en la presente crisis, quiero ser positivo y no darle pábulo a tanta bazofia que los medios de comunicación nos están bombardeando. Creo conveniente que en el Periòdic de Ontinyent pueden aparecer artículos de opinión serios y con calado, los lectores están cansados de desayunarse con noticias negativas todos los días, por lo tanto seamos positivos y objetivos…

Queridos lectores, yo agradezco la paciencia que tenéis conmigo, pero este es mi estilo de escribir, ya conocéis mis artículos de opinión y muchos soléis comentármelos…

10.11.14. J.T.D.