El intermitonto
El tema de hoy es sobre la circulación vial; tan peliagudo como escabroso, pues de la buena o mala conducción, se afectan las vidas de los seres humanos…
“Todo hombre es tonto de remate, al menos durante cinco minutos al día. La sabiduría consiste en no rebasar ese límite”. (Hubmard)
Y hablando de límites de velocidad, para muchos conductores, bien sean de automóviles o ciclomotores, la velocidad es un sinsentido para algunos energúmenos que conducen con la ferocidad despiadada, sin tener en cuenta que otros individuos circulan, bien sea a pie o con otro vehículo.
El código de circulación precisa y ordena toda la señalización rodada de los vehículos; pero se da el caso que una vez se obtiene el permiso de conducción, los individuos se olvidan de lo que han aprendido en la auto escuela, craso error de quienes infringen constantemente todas las señales y normas del código de la circulación. ¿Cuántos conductores no señalizan con el intermitonto, y los que van detrás, desconocen a dónde van estos conductores de automóvil o de ciclomotor?
Y no digamos de la falta de respeto en los pasos de cebra. Creo, sinceramente, que en cada paso de cebra existe un ángel protector para cada viandante. ¿Y qué decir de la señal de ceda el paso, del stop y semáforos?; una larga letanía de infracciones que sufrimos los ciudadanos por las locuras de ciertos conductores, y que en su mayoría son bastante jóvenes…
Hay locura tan contagiosa como las infecciones; este es el caso chulesco de quienes se pican por hacer la mayor barrabasada en las avenidas de no importa qué población, si tener en cuenta que otros circulan y lo hacen bien, y que a veces son víctimas de los locos de la conducción.
En esta sociedad existen dos tragedias: una, es no poseer lo que se desea; la otra, obtenerlo. Esta última es la peor, es la verdadera tragedia. Y en la circulación rodada, asistimos en nuestros días, al que cada uno se considera dueño de hacer lo que le place, sin pensar que otras personas existen a su alrededor.
¡Y qué decir de las famosas rotondas! Donde el mal conductor no respeta la prioridad del otro, saltándose todas las normas, y sobre todo, entrando a velocidades inadecuadas, pisando el acelerador hasta sacar el pie por debajo del coche. Hace falta una concienciación cívica vial, una nueva mentalidad de respeto, de convivencia entre los conductores, pues al fin y a la postre somos todos ciudadanos.
Y qué decir de los coches discoteca, que, a altas horas de la noche, están dale que te pego con esas músicas tan estridentes. Otro grave problema que se da los fines de semana: la alcoholemia del botellón, a veces obviado por las autoridades.
Con estos elementos descritos en este artículo de opinión, el cóctel está servido. Que los conductores y las autoridades competentes procedan a tomar buena nota, y que todos podamos ser más conscientes de esta epidemia lacerante.
24.2. 2010. J.T.D.
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