El destino de los individuos y los pueblos

“Es de gran interés para nosotros conocer algo tan interesante, como son las energías y fuerzas que originan la actual situación internacional y de los seres humanos”. (Alice A. Bailey)

Es curioso que los individuos no conozcamos nuestro destino, pero quizás sea lo mejor que nos pueda pasar, pues de conocer los que nos va a suceder, seríamos tan distintos, que enloqueceríamos y la sociedad seria un guirigay de perversidad impresionante y sin sentido.

La sociedad es la obra artificial de convenios dictados por el egoísmo y por el miedo; estos convenios, son opresores que constriñen a los individuos encorsetándolos para que no piensen ni actúen conforme su conciencia de plena libertad, cuando el individuo se sale de los cánones pre-establecidos no es bien visto, en otras palabras, es persona non grata.

Los pueblos y las naciones son cultas, cuando sus pobladores lo son, son ricos cuando en hacendados trabajos practican todas las artes y se respetan los unos con los otros mejorando la convivencia, educando y dejándose educar por quienes pueden hacerlo, sin pretensiones banales. Las antiguas y heredadas ideas han controlado la vida racial durante siglos: la agresión para obtener posesión, y la prevaleciente autoridad de un hombre, grupo o iglesia, que representa al estado. Para fines políticos, tales poderes pueden actuar entre bastidores, pero sus doctrinas y móviles son fácilmente reconocibles: ambición egoísta y autoridad impuesta por la violencia y el miedo que oprime a los individuos y sus pueblos…

El destino de la humanidad está alcanzando rápidamente una etapa donde con la energía voluntad, junto a los descubrimientos actuales y humanizados, puede cambiar muchos errores que se están cometiendo ahora. El principal requisito en la actualidad es instruir rápidamente a los individuos y las naciones que controlan las fuerzas de la evolución de sus gentes y directivos, a los pedagogos, y potenciar a los pensadores o creadores en todos los campos.

No podemos continuar anclados en la situación actual, que con formas caducadas y llenas de aristas punzantes crean las situaciones de inestabilidad en la humanidad y aborta que los individuos puedan desarrollase en su plenitud de felicidad y de prosperidad. Los pueblos amenazados por las fauces de la especulación y sometidos a la hambrona van siendo cada vez más pobres: prueba de ello es que de cada cuatro personas, tres están en la más absoluta miseria, mientras que las grandes potencias se hallan ancladas en las mafias más desoladoras, traficando con drogas, armamento, trafico de emigración y de la prostitución y otras zarandainas…

¿Qué clase de sociedad han querido establecer en nuestro Planeta? La indiferencia desoladora de algunos, la miseria, la obstinación, la testarudez de no querer los cambios de una sociedad diferente, quebrantando las leyes de la propia naturaleza, sin pensar que los individuos somos la propia naturaleza, no somos apéndices separados del conjunto de la vida en general…

Ciertamente nos hemos olvidado de los grandes pensadores, los que nos marcaron unas pautas de convivencia en la educación de los individuos y de los pueblos. Este es el caso del gran Maestro Pitágoras, que en sus escritos nos dejó un gran legado de comportamiento para la vida de los seres humanos: Así, tras muchas generaciones, pudo perdurar el espíritu de Crotona en todas las escuelas pitagóricas del mundo y que se ha ido perdiendo en nuestros días.

Pero ¿cómo transmutar el desequilibrio en armonía, el miedo en seguridad, la ceguera en visión guiadora que nos emancipe de lo que parece un fracaso de las más nobles conquistas humanas? Considero que, más que nunca, se requiere ahora hombres y mujeres aplomados y equilibrados, individuos conscientes, armónicos, responsables en el día a día que nos ha tocado vivir, Quijotes prácticos, pensadores y humanistas afines sin delirios de grandeza, que hagan reflexionar ante los desmanes que ahora estamos viviendo y sufriendo.

El destino de la humanidad y sus pueblos va ligado a las energías de la naturaleza hoy tan en juego; debe emparejarse con el esfuerzo de la auto perfección y la decencia, y también con la búsqueda imparcial de la educación, en pro de una sociedad mejor y más justa.

¿Por qué no nos habituamos a vivir sencilla y pulcramente? Evitemos siempre provocar la envidia, ella es un veneno mortal. No realicemos dispendios excesivos, de estos se derivan muchos males que nos hacen sufrir y sentirnos mal. No seamos avaros ni mezquinos, y elijamos en todo el justo medio razonable que nos haga felices.

12 de Octubre 2008. J.T.D.  

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