El asociacionismo cívico y cultural

Se entiende que un colectivo de personas con infraestructura adecuada, bien sea por afinidad de ideas, o por una necesidad reivindicativa, se juntan para exponer y espolear los determinados problemas que acaecen en su ciudad y tratan de exponer públicamente las carencias o lagunas que no ven los políticos.
Después de la posguerra el conjunto de muchas personas fuimos protagonistas y fundadores de asociaciones culturales y nacionales. Es mi caso y el de otros ciudadanos de Ontinyent; y esto dio forma al movimiento cívico de individuos que tenemos conciencia de la necesidad cívica, unos bajo el paraguas de la iglesia, otros en el sindicato y en política o en la cultura.
El día cuatro de febrero se presentó la obra póstuma del filósofo ontinyentí Don Modesto Martínez Casanova, la Filogenia del Espíritu; donde por carta personalizada se invitó a varias asociaciones de nuestra ciudad, como la Nostra Terra, la Asociación de Vecinos del Llombo y las Amas de Casa; ninguna hizo acto de presencia al evento. ¿Qué pasa con el asociacionismo cívico en Ontinyent? Cuando en estos momentos más que nunca todas las asociaciones cívicas tendríamos que estar más unidas en Pro de la cultura que es la que genera el progreso de los pueblos y las naciones, creando y formando a las futuras generaciones.
¿Es que la cultura está llena de tabiques o clanes? ¡O tal vez los colores políticos nos impidan el claro discernimiento de lo que es cultura o sectarismo! Mal andamos cuando no sabemos distinguir entre personas cultas y personas mediocres. Al igual ocurre en los medios de comunicación, unos se vuelcan por divulgar la maestría y sapiencia de aquellos que se han dedicado durante toda su vida al trabajo de la culturización, mientras otros medios de comunicación se dedican a poner esquelas para enunciar que tal o cual persona ha fallecido, obviando el valor de los trabajadores silenciosos, bien sean músicos, pintores, escritores que han cultivado la semilla del bien hacer y saber.
Ontinyent tiene un plantel de personajes de relevancia que están olvidados por las asociaciones cívicas; y no digamos por ciertos políticos que no les interesa para nada el vasto campo de la cultura; en su día haré mención puntual de tantos olvidados, que duermen en el anonimato de nuestra historia.
Quiero espolear la conciencia de unidad que debiera existir entre los que de una u otra manera contribuimos a forjar la historia de nuestra ciudad. ¿No les parece que debiéramos crear una plataforma cívica de debate entorno al mundo de la cultura y el desarrollo de la misma? “La cultura es la buena educación del entendimiento”. (Benavente)
Este es el caso del filósofo ontinyentí D. Modesto Martínez Casanova, que aglutinó a su alrededor a personas de todas las creencias políticas y religiosas sin recriminar a nadie; esto lo considero yo como la convivencia democrática o embrión de un filósofo práctico en su coherencia con los principios éticos de respeto hacia todos los individuos. Pero no estuvo exento de aquellos censores locales que siguiendo los cánones del régimen imperante le prohibieron escribir en la prensa local por ser sospechoso y decirle que era un “rojo”; aún viven aquellos que lo trataron despóticamente. La historia la realizan aquellos que sin ningún miedo dicen las verdades que otros no quieren escuchar. Así pues: “La cultura puede definirse como el amor a la perfección: es un estudio de la perfección”. (Arnol). Debemos a los que nos han dado los medios de instruirnos, la misma gratitud que hacia aquellos que nos han dado la vida, en estos seres encontramos la educación que a veces no hemos podido recibir de nuestros progenitores. La ignorancia oculta es un grave mal, pero es un mal mayor la ignorancia que pugna por exhibirse. Quienes la practican son fanáticos viscerales; pero el primer paso de la ignorancia es presumir de saber, mucho sabrían si no pensasen que saben, además la ignorancia es pura soberbia.
“Cuando un hombre sabio elige un tema adecuado, siempre habla bien”. (Eurípides)
18.2.11. J.T.D.
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