El agua es vida

“La hermana agua, que es utilísima, preciosa, casta y humilde”. (San francisco de Asís)

Ahora que tanto se está hablando del problema del agua, de su escasez, de su despilfarro, de la poca concienciación que se tiene del líquido elemento, de su abuso desmesurado, nos urge que veamos el problema global y sus consecuencias. No dudo, que el cambio climático planetario sea una de las causas de este problema de la escasez del agua. ¿Cuál es la causa de este cambio climático en su conjunto? Desde hace mucho tiempo los seres humanos le estamos dando de patadas a nuestro planeta, y esté nos responde a su manera. La sobreexplotación de las grandes multinacionales, como la deforestación de la Amazonia, la contaminación de las grandes industrias, que vierten los residuos tóxicos a la atmósfera y los ríos, los vertidos indiscriminados echados al mar, están creando el cadáver planetario, y por ende, el líquido elemento se resiente: el agua.

Del 14 de junio al 14 septiembre, se celebra la Expo de Zaragoza y en la misma, se dará el gran debate o foro sobre la escasez del agua. Grandes y prestigiosas personalidades nacionales e internacionales intervendrán en dicho foro, como Rigoberta Menchu, Mijaíl Gorbachov, ambos premios Nóbel, pero también lo harán Paolo Coelho, Antonio Gala y muchos otros.

Un comentario hecho por Mayor Zaragoza dice así: “Cada día mueren 60.000 personas, muchas de ellas por problemas de la mala calidad del agua, y sin embargo, cada día se gastan 3.000 millones de dólares en armas”. Tan tremenda desproporción, nos da a entender que muchos gobiernos, se pasan por el arco del triunfo los problemas vitales de los seres humanos, que aquejados de muchos males, viven en sus carnes la deficiencias de hambrona, sed y miseria con todas sus consecuencias, para poder sobrevivir, o mueren de inanición y miseria.

Haría falta un gran milagro humanitario para que todo esto sea remediado. ¡O que la voluntad de los políticos se centrase en un orden de prioridades equitativas y reales! Unas grandes expectativas nos son necesarias para enderezar tantos entuertos que los individuos hemos creado por ser avariciosos, aunque con ello estemos aniquilando a la especie humana, a la fauna y la flora, al complejo mundo planetario, sin pensar en los demás, y con ello dejemos una herencia ruinosa a los que nos precedan. ¿Por qué somos seres sin piedad, aniquilando todo cuanto se nos pone por delante? ¿Es el puro egoísmo que nos impele al suicidio colectivo, a una sociedad huraña con falta de los más elementales valores? 

“Un crítico no debe decir sino la verdad. Pero debe también conocerla.” (Cicerón) La crisis, tanto del agua como de la economía, como de la ética, se han globalizado. Aunque algunos lo nieguen, esto es evidente y palpable. Solo la voluntad de los seres humanos será capaz de volver las aguas a su cauce natural. Esta situación es una labor de todos los individuos planetarios, cada uno debe poner de su parte, un pequeño grano de conciencia, pues cada grano hace un montón, en el que todos podremos disfrutar del bien colectivo y común. De no ser así, es posible que las futuras generaciones sufran el mal que nosotros hemos creado…

No trato de crear una crítica destructiva, más bien reflexiva, plena de sentido común, en la que nos sirva como acicate, pensante a lo largo y ancho de nuestro cotidiano vivir, pues al fin y a la postre, solamente estamos de paso en el planeta y todo lo efímero nos lo tenemos que dejar, solo las obras nacidas desde el corazón darán testimonio fehaciente de lo que somos.

Es tan cómodo y fácil dejar que los demás creen y construyan, para luego echarles en cara los errores o fallos inherentes a cualquier obra, aún la más perfecta. Pero quienes no hacen nada, son parásitos, que nunca se equivocan.

Cuando la solidaridad anida en los individuos, estos son participes del bien global, son los trabajadores de una sociedad mejor, de un bienestar constructivo, de equidad y justicia.

9 de abril 2008.  J.T.D.

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