Día Internacional del Libro

La primera vez que vi un libro en mi juventud me pareció que era un amigo; cuando lo volví a leer es como el amigo que encontré siendo joven, con ello hallé al hombre que se preocupó para que yo leyese, y así me aficioné a la lectura.
Recuerdo que en mi estancia en Rabat hacía todos los días el mismo recorrido; en un rincón sentado sobre una alfombra, un anciano con barba blanca sostenía en sus manos arrugadas un viejo libro, un día me paré a preguntarle el porqué de su lectura, él me respondió que “un buen libro es un legado precioso que hace el autor a la humanidad”.
Desde la noche de los tiempos los seres humanos han dejado constancia de los hechos acaecidos, primero en tablillas de barro, en las pieles o en las pinturas rupestres, más tarde en los papiros y más reciente en el papel. Los procedentes inmediatos de la imprenta se sitúan en el año 868, del que se conserva un texto chino de Wang Chih. Más tarde la imprenta de Gutenberg en el año 1440, luego de la imprenta a la máquina de vapor, las rotativas y ahora la prensa offset.
Todas estas opciones nos han llevado al gran legado de los libros, a los incunables realizados en los monasterios, que con grandes ilustraciones podemos acariciar en nuestras manos, y apreciar el espíritu de los creadores de estas obras, bien sean manuscritos o impresos, gracias a ellos nos podemos deleitar e instruir.
¿Pero cuántas personas son lectores de tan preciados tesoros? La incansable labor callada del escritor que investiga para realizar su obra es incalculable, para que su trabajo vea la luz y los individuos puedan saborear esa literatura, esa poesía, esa narrativa…
“Los libros son las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra.” (J. R. Lowell) Por lo tanto queridos lectores, que cada día sea un acontecimiento internacional el que os regocijéis en la lectura, ello os ayudará a que las neuronas estén activas y no se oxiden, no es posible vivir sin los libros: un buen libro no sólo se escribe para multiplicar y transmitir la voz, sino para perpetuarla.
Me gusta entrar en la biblioteca y ver como la sala de lectura está llena de jóvenes, bien leyendo o consultando los libros, “las ciencias y las letras son el alimento de la juventud y el recreo de los mayores; ellas nos dan el esplendor de la prosperidad.” (Cicerón) Las personas que quieren ser útiles en la vida, suelen ser lectores investigando constantemente aquello que los creadores de la literatura han ido unos pasos por delante, con las inteligencias múltiples; así los lectores y educandos tienen el campo abierto.
Es extraordinario lo que nos sirven los libros para vivir; yo digo que la lectura invade las venas con la buena literatura regando todo nuestro ser, cultivando el jardín que todos llevamos dentro y con ello enseñarnos, educarnos, sin presumir del saber.
Otra cuestión bien patente es la de la cultura; los pueblos y las naciones que tienen seres cultos son prósperos; la cultura en el trabajo y en la vida ciudadana crea el respeto; aunque haya diferencias de criterios, yo definiría como el amor a la perfección. En el fondo todos los individuos llevan sus inquietudes en ese amor al saber; pero también encontramos a otros seres que habiendo estudiado mucho son unos pretenciosos que quieren anular a los que saben menos, estos son unos incultos, pero la cultura debiera de ser sinónimo de entendimiento.
20. 4. 12. J.T.D.
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