Arte Creador
Presentador:
—Una tarde más está con nosotros en el estudio José Tarrazó y también nuestro compañero C. F. y entramos directamente en materia dentro del tema de hoy. José Tarrazó, cuando quieras.
José Tarrazó:
—Muy buenas tardes. Bueno, esta tarde vamos a hablar del Arte Creador. Creo que es muy importante el que digamos algo al respecto, al arte en sí, el de los artistas, y estos pueden ser los músicos, escritores, poetas, pintores y un largo etcétera; todos aquellos que son unos verdaderos creadores y que manifiestan a través de sus obras, una manifestación interna y al mismo tiempo externa de lo que es el arte.
»Tendría que decir las cualidades que tienen los artistas. Los artistas, en general, están regentados por el cuarto Rayo o energía. En este cuarto Rayo está, en principio, la intuición, la armonía, la belleza y, finalmente, la culminación de estas tres cosas es el arte. ¿Por qué los artistas tienen estas cualidades? Pues podríamos decir que, aparte de esta cuarta energía o cuarto poder interno y externo, existen desde el primero hasta el séptimo, lo que, denominados filosóficamente se llamarían los Rayos. Estas influencias del cuarto Rayo son muy importantes, porque, figúrense ustedes, que la intuición es el arte sublimado en el ser humano. Cuando una persona tiene una profunda intuición, pasa de muchas cosas que son emocionales, o son de carácter inferior, podríamos decir… la energía recibida por la intuición pasa a través del corazón y, a continuación, a la mente, el cuerpo mental, que es la que está actuando sobre el artista.
»En realidad, el arte es la manifestación de todo lo bello, la manifestación de algo que se ve en algunos casos, como es, por ejemplo, el pintor que está haciendo un paisaje y lo refleja tan profundamente que cuando miras el cuadro y miras el paisaje natural, ves que existe una gran realidad en él. Pero, aparte de esto, por ejemplo, existen los artistas, como los que esculpen, o las personas que dentro de la música están recibiendo intuitivamente esas músicas de las esferas superiores y que plasman sobre el pentagrama.
Presentador:
—O sea, entonces está clarísimo que hay una influencia filosófica maravillosa dentro del arte, ¿no?
José Tarrazó:
—Muy profunda.
C. F.:
—Yo, hay un punto que querría considerar, o que mucha gente puede pensar, porque ha dicho José Tarrazó que el arte es la manifestación de la belleza y hay un tipo de arte que quizás es la manifestación no de la belleza desde el punto de vista tópico, sino de otra belleza, a lo mejor mucho más lúgubre o mucho más negra. Pero, en el fondo, ¿también es belleza?
José Tarrazó:
—No. Hay que hacer una gran diferenciación en el arte. Miren ustedes, por ejemplo, si nos remontamos a la Edad de Oro en los artistas, veremos, por ejemplo, a Miguel Ángel. Vemos la belleza, la gran belleza, tanto pictórica como de escultura, que Miguel Ángel reflejó con esa inmensidad, aquella combinación de la creación, aquello que era sublime. Pues bien, quiero hacer esta comparación con Miguel Ángel o con Goya, o como otros pintores…
C. F.:
—Pero Goya, por ejemplo, ha dibujado escenas de aquelarres o, digamos, de situaciones que no retratan ni mucho menos la belleza…
José Tarrazó:
—Estos pintores han tenido la contraparte de lo bello y de lo no tan bello, han manifestado en su pintura la parte deprimente o la parte negra de ciertas formas de carácter mental, de carácter psicológico. El artista tiene un estado de ánimo como persona humana, y unas veces ese estado de ánimo es un estado superior, él mismo se da cuenta de cómo está creando algo maravilloso, y cómo otras veces no puede crearlo porque influye el estado de ánimo. Es más…
C. F.:
—Yo, si me permitís, es que se me acaba de ocurrir un pequeño cuento de un gran pensador y escritor oriental, Khalil Gibran. Entonces, él tiene un pequeño cuento. Lo digo porque puede adornar un poco el tema:
»La belleza y la fealdad un día se fueron a bañar, entonces se desnudaron y se metieron en el agua. La fealdad salió antes y se puso las ropas de la belleza. La belleza se dio cuenta al momento de que la fealdad huía vestida con sus prendas. Entonces, inmediatamente, pues no tenía otra cosa que hacer que, al salir, vestirse con las ropas de la fealdad. Y dice Khalil Gibran que, desde aquel momento, pues los hombres confunden a la belleza con la fealdad, solo aquellos que ven con los ojos del corazón pueden observar realmente a la belleza.
José Tarrazó:
—Exacto. Está muy bien eso. Yo quisiera decir que, por ejemplo, Wagner. Wagner es un gran músico, un gran filósofo, es uno de los personajes, como Mozart y como el gran maestro Beethoven y otros tantos, que casi todos, aparte de ser músicos, estaban insertos dentro del mundo de la filosofía. Hay cantidad de pintores, Miguel Ángel por supuesto también, y vemos la belleza de esta música, que es mágica, esta música transcendental que no pasará nunca, porque es belleza. Lo que no es bello, pasa, es fugaz, es algo que con el tiempo se desvirtúa y desaparece. Fíjense ustedes, por ejemplo, que mucha de la música moderna solamente dura muy poco tiempo, mientras que las grandes obras musicales, los grandes compositores o los grandes, podríamos decir, escritores, como fue el español Cervantes. Ahí tienen ustedes la obra de Cervantes, por ejemplo, que es, después de la Biblia y después de alguna otra obra, la que más ediciones en el extranjero ha tenido. ¿Por qué? Porque esta obra profunda y al mismo tiempo tan filosófica, donde nos dice él que Dulcinea del Toboso… que habla de Dulcinea constantemente... ¿Saben ustedes quién era Dulcinea? Era el alma.
»Cervantes hacía una serie de combinaciones, estaban, por así decirlo, veladas, porque en aquel momento Cervantes no podía escribir de otra manera. Y ahí tenemos el Quijote, que podría decirse que es la gran biblia de los hispanos en literatura.
Presentador:
—Pero no quiere decir con eso que el Quijote sea un libro de filosofía, ¿no?
José Tarrazó:
—Sí, tiene muchísimo, tiene muchísimo. Tengan en cuenta que Cervantes fue un criado de un cardenal. El cardenal en cuestión conocía muy bien todos estos temas, y él durante ese tiempo aprovechó para escribir. Por supuesto que el Quijote es un libro de caballerías, pero es que ¿qué han sido las órdenes de caballerías? Han sido organizaciones como los templarios o como los rosacruces, o como tantas y tantas organizaciones que en su origen fueron profundamente filosóficas. Y nada más hay que mirar una cosa: hay que mirar por ejemplo y ver que en muchos templos de todo el mundo están esculpidas todas estas obras, sin que ahora, actualmente, muchos nos demos cuenta de este gran tesoro que existe a través de estas esculturas y a través de estos bajorrelieves, que nos dan a entender la fuerza inmensa que tiene el arte.
C. F.:
—Está clarísimo que existe una profunda relación entre la filosofía y el arte, y en algunos artistas me imagino que mucho más marcado.
José Tarrazó:
—Sí. Depende de la edad, en la época del artista en el que hiciera las obras, y entonces se podría manifestar con arreglo a los tiempos, pero poco a poco se han ido desvelando todas estas cosas, en las cuales hemos visto en profundidad el gran significado espiritual del arte, la gran belleza.
»Creo que sería oportuno leer un poema que habla de arte, y al captarlo profundamente veríamos dentro de ese poema cómo se va expresando minuciosamente las cualidades del artista. Cuando hablamos del artista, hablamos generalmente de todos los hombres que son creadores, de todos los hombres que tienen dentro de sí estas cualidades de armonía, belleza, intuición. Y la culminación, o síntesis, es el arte.
«EL SENTIDO DEL ARTE Y LO BELLO»
El Arte se expresa con trazo sobrio, o en canto y tumulto cual caudal de un río, la dosis de PSIQUIS, de bella intención. Procura, ¡Oh, Artista!, ser fiel al Modelo y a ver si interpretas mandato del Cielo, que ordena en el Cosmos e INSPIRA INTUICIÓN.
Si expresas el Arte que es bello y es justo, encarna el SENTIDO y labora con gusto; si afrontas los «medios» que obligan a existir, creando LA ESENCIA con el Sacrificio: misión es de Artista… cumplir el oficio, mostrando BELLEZA… que esculpe el VIVIR.
Tu estilo es el HOMBRE que así manifiesta, pues pone en tu estilo EL ALMA…, que enhiesta, divisa en el mundo LA BELLA VISIÓN del Arte y la Ciencia, la FILOSOFÍA del HOMBRE hacia el Cosmos, do ves la Armonía de estrellas y Soles que es CREACIÓN.
Repara un momento… y escucha un instante: el Arte no mires cual ser arrogante; no pierdas tus dotes de ciencia y talento; medita que AVANZA… un Gran Pensamiento, que aspira en la Vida a Suprema Verdad.
Pensar… es la ESENCIA que vibra en la mente del ser que es humano, hermano e inocente y siente en su ALMA esa Aspiración; CREAR UNA OBRA… de AUGUSTA BELLEZA, cual libre y fluida de humana grandeza, es siempre sincera a la CREACIÓN.
El Arte es SUPREMO, poder Soberano que está… «AL SERVICIO DE TODO LO HUMANO», y EN BIEN DE LA VIDA… debéis dedicar; se alcanza el SENTIDO SIN MÁS LIVIANDADES; el Arte es un TEMPLO de múltiples formas.
La estética tiene por gracia y por base, bondad y belleza, Verdad satisface: LA SUERTE DEL MUNDO CONSISTE EN AMAR. Del Cosmos afluyen los Sacros Principios. No intentes paliarte errores con «RIPIOS»; tu Espíritu place… lo Bello crear, cual es su enseñanza, El Divino Tesoro, Perfecto y Sublime… que expresa EL AMOR.
C. F.:
—Ese era el poema. José Tarrazó yo creo que lo resume bastante acertado desde el punto de vista de la prosa y a mí lo que me sugiere es una pregunta, y es simplemente, tras esa visión del poema de lo sublime, de lo artístico, se puede decir que en una sociedad de consumo como la que vivimos, todas estas imitaciones de arte, digamos, todos estos intentos de arte de segunda categoría, que son más que nada pues métodos o medios de consumo que nunca rozan lo sublime, ¿no?
José Tarrazó:
—En ningún caso pueden rozar la grandeza del arte. Creo que es un gran privilegio aquellos seres que verdaderamente son artistas. Tienen en su profundidad, en su más intrínseca profundidad, la conexión de lo divino y lo humano a través de esto. Es, creo, que cuando una obra, del orden que sea, es chabacana, es algo que no refleja la realidad de lo que se está creando, entonces podríamos decir que es una mala imitación. A veces esto es comercial, a veces esto es…, pues se paga muchas veces la firma o la persona que lo ha realizado, pero en realidad el arte es aquello que es sublime en todo momento, que no pasa de moda nunca.
C. F.:
—Creo que ahí José Tarrazó contesta a mi segunda pregunta. La primera sería: ¿es más difícil hacer ahora el arte que hace trescientos años? Y la segunda, que creo que está contestada con lo último que acaba de decir es: ¿cuáles son las cualidades del arte, por ejemplo, para hacerlo ahora mismo?
José Tarrazó:
—Las cualidades del arte para hacerlo ahora mismo son las mismas que lo han sido siempre.
C. F.:
—Pero antes existía más facilidad, ¿no?
José Tarrazó:
—No lo creo.
C. F.:
—Es que creo, por ejemplo, que el hombre primitivo se manifestaba en unas cuevas, y su arte, su manera de entender el arte, pues era una serie de dibujos de caza que realizaba, etc., y ahora mismo, el hombre actual, debido al tipo de sociedad en el que vivimos pues, por ejemplo, antes, a lo mejor los pintores eran el uno por ciento de la población. Ahora mismo los pintores, pues, significan un tres o un cuatro por ciento. ¿Este aumento perjudica al arte o lo beneficia?
José Tarrazó:
—No, no lo perjudica. Yo quiero contestar a cuando has mencionado las pinturas rupestres. Las pinturas rupestres, voy a hacer una manifestación de lo que son en sí: no son pinturas hechas por los hombres. Esto es bastante importante y esto va a caer mal a algunas personas, pues no le va a sentar muy bien.
C. F.:
—¿Quién las ha hecho?
José Tarrazó:
—Exactamente. Esa es la pregunta, ¿quién ha hecho las pinturas rupestres? En las cuevas donde existen estas pinturas rupestres nunca se ha encontrado trazos de humo, porque si estas cuevas en su principio eran oscuras, habría que haberlas iluminado con las antorchas que tenían entonces, y no hay ningún trazo de ese humo y de cosa similar.
C. F.:
—Ocurre exactamente igual que con las tumbas de las pirámides, que tampoco se han encontrado restos de luz no natural, sino artificial, de aceite, de algo…
José Tarrazó:
—De algo combustible. Las pinturas rupestres… es curioso, porque ha habido mucha divagación a este respecto… Muchas de las pinturas rupestres aparecen antes de que el hombre tenga conciencia de hombre. Por lo tanto, la pregunta es la siguiente: ¿quién ha hecho las pinturas rupestres? Pues yo, estando en Portugal, visité unas grutas, las grutas de Mira d´Aire, que son verdaderas maravillas, verdaderas obras de arte. Cuando descubrieron estas cuevas, pues, se hacían cruces de cómo la misma naturaleza habría creado esas formas tan extraordinarias, y que ningún hombre con su cincel hubiera podido realizar tales cuevas.
»Vamos a contestar a la pregunta. Las pinturas rupestres han sido incrustadas sobre las rocas por los devas de la naturaleza, es decir, que antes de que el hombre tomara conciencia de ser artista, estos devas de la naturaleza, que los tenemos ahí, que están coloreando, por ejemplo… ¿Cómo se colorean las frutas? Es otro misterio cómo cada fruta tiene un color diferente. ¿Por qué se colorean? Es decir, que existen esos elementos energéticos que son los están trabajando continuamente.
C. F.:
—Pero, José Tarrazó, las frutas, digamos, que es algo como muy natural y que a simple vista lo vemos. Pero, claro, en estas grutas rupestres las pinturas son temas de caza, son animales, flechas, momentos de cacería, algún bisonte…
José Tarrazó:
—En los prototipos que existen en la creación, es decir, del hombre, de los animales y de todas las cosas que hasta ahora están ocurriendo, es decir, el prototipo. Ya saben lo que es un prototipo anteriores y posteriores a estas civilizaciones vemos cómo el trabajo de estas entidades energéticas, llamadas devas de la naturaleza o devas de la creación… Miren, hay que ver una cosa muy clara, cómo los estratos de la tierra nos demuestran los millones de años que tiene, y cómo se han creado estos estratos. Cómo el reino mineral, vegetal y animal, es una escala para que el reino humano se apoye en ellos, porque los ha necesitado.
»Volvemos a las pinturas rupestres. Las pinturas rupestres sabemos a ciencia cierta que han estado hechas por estos devas, como han estado hechas cantidad de cosas que el hombre normal y corriente no ha reflejado en la historia convencional de la humanidad. Pero que, está ahí, y que vendrá un día, aunque esto ahora parezca extraño, que veremos cómo el hombre, en un tiempo determinado —la misma ciencia le dará a comprender— verá esta realidad. Fíjense, ustedes, por ejemplo, cuando se habla de la conciencia del átomo. Aún el hombre no ha tenido ocasión de ver que ese átomo tenía una conciencia y tenía un desenvolvimiento microcósmico. ¿Desde cuándo hemos sabido esto? Me pregunto, ¿la ciencia cuándo ha descubierto estas cosas? Cuando se habló de esto, los seres humanos creyeron que era una fantasía. Y ha llegado el momento en que la ciencia, poco a poco, ha ido descubriendo todas estas grandes bellezas, todo este arte, en el cual el hombre se autorecrea, y a veces tiene la complacencia de ver como algo que el hombre no ha plasmado sobre un sitio determinado, está ahí, y está ahí permanente.
Presentador:
—Lo que pasa que este punto seguro que a nuestros oyentes les choca más, porque, vamos, la historia que nos han dado, que nos han dicho y nos han contado, pues incidía en este aspecto como una evolución del hombre, del ser humano, en el aspecto pictórico, y concretamente en las pinturas rupestres. Y es lo que comentaba también C. F. en este sentido, es que las propias pinturas rupestres representan escenas, en teoría, cotidianas de la vida del hombre primitivo.
José Tarrazó:
—Bueno, por supuesto. Ahora yo haría la siguiente pregunta, por ley de analogía, ¿cómo se inspira un músico cuando está componiendo una obra, una gran sinfonía?, ¿cómo se inspira? Es decir, tendrá un tema en mente, pero no dudemos de que a través de la intuición recibe aquello que luego se va plasmando nota tras nota, y que luego lo va recopilando hasta completar esa obra. ¿Quién es el que inspira al artista?
Presentador:
—Las musas, que se dice…, o los devas.
José Tarrazó:
—Las musas, o los devas, exactamente.
Presentador:
Aquí, aquí, creo que hemos tocado ya techo, ¿eh?, en el sentido de que ahí sí se clarifica mejor este punto. Porque vamos a ver si yo he recopilado bien lo que ha dicho José Tarrazó. Es decir, el hombre primitivo, digamos, que pinta las paredes de las grutas del arte rupestre, inspirado, es decir, pinta antes de tener conciencia de ser hombre, pero pinta inspirado por estos devas de la naturaleza.
C. F.:
—Podría explicar un poco lo que son los devas, ¿no?
José Tarrazó:
—Sí, podemos explicarlo. Creo que es importante hacer una pequeña descripción. Hay que tener en cuenta que estamos rodeados de cantidad de energías que no vemos, y al mismo tiempo desconocemos. Los devas son unas energías, las cuales cada energía de estos devas y de este, podemos decir, Gran Deva, que tiene calidad de devas o energías, que está continuamente entre nosotros. Están entre nosotros, y estos devas son los que crean unos determinados movimientos de cosas que el hombre a veces no se explica, y están ahí. Por supuesto que hay videntes, que hay personas cualificadas que han escrito… ha sido muy importante lo que se ha escrito, la escritura de los devas, y las formas dévicas de la naturaleza de cada reino. Esto creo que también sería ocasión para hablarlo tranquilamente y poder hacer una descripción de la cantidad y calidad de estos devas.
Presentador:
—Pero, resumiendo, desde el punto de vista filosófico los devas son una fuente importante de inspiración para el artista.
José Tarrazó:
—Son una fuente importantísima. Los devas, que pertenecen a la cuarta energía o cuarto Rayo, son los que le dan al artista, sin él darse cuenta, esa chispa de luz, que es la que él ve algo, y entonces ese algo interiormente lo plasma sobre el papel o lo plasma sobre otros sitios.
Presentador:
—Y una pregunta que se pueden hacer muchas personas, ¿y por qué los devas van hacia una persona y no van hacia otra?, ¿o le pasan esa inspiración?
C. F.:
—O al revés. Porque yo creo que la contestación está al revés, porque solo aquellos que, digamos, buscan esta intuición, encuentran más fácilmente a la musa o a los devas.
José Tarrazó:
—Hay una vibración, hay algo especial. Es decir, hay una sintonía entre este tipo de devas y el artista que verdaderamente es un artista. Porque también hay devas inferiores, que son los que plasman en el arte todo lo contrario a lo bello. Es decir, hay las dos contrapartidas.
Presentador:
—Muchísimas gracias, José Tarrazó, por esta conversación que hemos tenido hoy y hasta la próxima emisión.
José Tarrazó:
—Muchas gracias.
Deja una respuesta