Acuario

Presentador:

—Hoy tenemos en estas conversaciones filosóficas a José Tarrazó, que hoy lo tenemos aquí al lado, pero se encuentra un poco en baja forma. La gripe, que no se le acaba de marchar del todo. Vamos a ver si se recupera de una vez por todas.

»Y, así y todo, contamos con la colaboración en el programa de J. A. G., oficial telegrafista de la marina mercante y, además, astrólogo. Buenas tardes.

J. A. G.:

—Buenas tardes.

Presentador:

—Que nos va a hablar precisamente de Acuario, como signo y de la misma era, ¿no?

J. A. G.:

—Exactamente. Hoy quizás se da la circunstancia un poquito especial, porque se da la conjunción, que es el día, como todos sabéis, de San Valentín, día de los enamorados. Entonces, se da la conjunción de que estamos en el signo de Acuario, el Sol pasa por la constelación de Acuario, y también estamos entrando en la era de Acuario, una era más amplia, de 2.500 años, lo cual eso tiene mucha relación con el amor.

»Entonces, ya sin más preámbulo, si os parece, entro ya en…

Presentador:

—En la materia. Muy bien, bueno, pero ¿quizás quiere decir que esta era que se nos avecina va a ser un poco más fraternal de las que han sido las anteriores?

J. A. G.:

—Sí, va a ser bastante más fraternal. El único problema que está pasando es que está acabando una era y empezando otra. Entonces, en ese intercambio de eras, esa superposición de eras, lo viejo se está demostrando que no sirve, pero lo nuevo no está lo suficientemente claro. En ese estado de confusión, de tránsito entre dos eras, es en el cual nos encontramos ahora.

Presentador:

—Voy a hacer una pregunta, si me lo permite, antes de entrar en materia, ¿quizás a lo mejor por ahí van los tiros, y nunca mejor dicho, en cuanto esta predisposición que hay por parte de las grandes potencias a un entendimiento?, ¿podría servir?

J. A. G.:

—Sí, sí. está dentro de ese orden de cosas.

Presentador:

—Bien, pues cuando usted quiera.

J. A. G.:

—Yo voy a hacer un poco, entrar ya directamente en una especie de cuentecito, pero que creo que refleja bastante bien el significado oculto de esta enseñanza que está ocurriendo actualmente. Bueno, digamos que los signos, y entro ya directamente en el signo de Acuario, cada signo realmente refleja una enseñanza al ser humano. En este caso es el onceavo signo, Acuario, en el cual el ser humano va aprendiendo una enseñanza, que es la que le da este signo. Entonces, el ser humano ya ha transitado diez signos anteriores, ha adquirido unas capacidades y debe ir a aprender otra enseñanza más.

»Entonces, según la mitología, Hércules, que simboliza al género humano, su maestro le indica que vaya a limpiar los establos de Augías. Augías es un reino, que luego veremos ya la interpretación del mito, que tiene un significado, y el rey tiene unos establos, en los cuales el problema es que están llenos de suciedad. Cuando Hércules llega allí se encuentra con un olor tremendo. Se entrevista con el rey, y el rey le pide que le limpie aquello. Estos establos habían intentado ser limpiados por una serie de personas y con resultado negativo.

»Hércules no le pide nada a cambio, lo cual hace que el rey se quede sorprendido y le entra desconfianza. Él dice que no puede confiar en alguien que no le pide nada a cambio, y que, además, debe tener algún motivo oculto. Dice: “Si tú no pides nada a cambio, si eres tan necio de querer hacer eso por nada, hazlo. Yo te daré, pero a la vez no quiero parecer una persona tonta, así pues, te daré la décima parte de mis rebaños si haces eso en un día. Hazlo como quieras”. A lo que Hércules, bueno, se dispone a hacer ese trabajo. Él sale al prado, ve que también los prados están llenos de estiércol, de suciedad, y entonces, viendo dos ríos que circundan los establos; comprende el problema. Y entonces desvía el curso de esos dos ríos, hace dos agujeros en los establos, y hace pasar el agua de los ríos por los establos, de manera que el agua irrumpe violentamente y limpia los establos. Entonces Hércules se presenta ante el rey. El rey, lejos de agradecer el trabajo, se encoleriza y dice que él no ha limpiado esos establos, sino que ha sido el agua, que lo único que ha intentado es aprovecharse y conseguir parte de su ganado, y le dice que se vaya antes de que lo mate.

»Este sería el cuentecito o el mito de Hércules en su onceavo trabajo, en el trabajo de Acuario. La interpretación del signo es: primero, Hércules significa el ser humano, aquella persona que va evolucionando en su camino. Augías es hijo de Neptuno. Neptuno, como todos sabemos, significa el rey de las aguas, del océano, que tiene una relación muy importante con el sentimiento. También dice el mito que tenía unos rebaños, los rebaños simbolizan al género humano. Ese estiércol, esa porquería, significa los deseos humanos no limpiados.

»Entonces, vemos aquí que el problema básico que aquí se empieza a dilucidar es la limpieza de los deseos, de las apetencias humanas, que no habían sido limpiados y que todo el mundo había fracasado. Bien, diremos también por otra parte que, ¿cómo pudo Hércules solventar el problema? El problema lo solventó cuando él tuvo una visión más amplia del problema. Otros habían intentado limpiar aquello barriendo los establos, pero dentro de una visión pequeña, dentro del lugar. Él había salido, había tenido una visión de conjunto, amplia, y entonces había comprendido que, aprovechándose de los ríos, podía limpiar aquello de una manera original y nueva. Había roto las barreras y había, primero, roto las barreras del río y roto las barreras de los establos para que el agua los inundara. Así pues, había hecho un doble rompimiento de barreras, unas barreras que podríamos decir interiores, y otras exteriores. E incluso ahí tenemos otra interpretación, en el sentido de haber sido original, visión amplia, de conjunto, y originalidad en el trabajo.

»Bien, ahora vemos los ríos. ¿Qué significan esos dos ríos? Esos dos ríos significan el río de la vida y el río del amor. ¿Qué produce eso?, como que la vida y el amor rompen la suciedad y rompen aquellos deseos insanos, aquellos deseos y sentimientos que impiden que la siembra del género humano pueda fructificar. Así pues, estamos entendiendo que… pero la otra característica, digamos, final del signo, es que lejos de ser agradecido, el rey le echa en cara que lo haya conseguido. El otro resultante, digamos, es que aquellas personas que son avanzadillas, que son pioneras en servir a la humanidad —que de eso se trata, el trabajo del servicio a la humanidad—, no van a ser agradecidas, no van a ser recompensadas. Y lejos de ello, van a tener problemas y momentos difíciles. Sería algo así como una etapa que se relaciona muchísimo con Acuario, como una etapa de Juan el Bautista, aquel que prepara el camino.

»Eso sería básicamente las características de Acuario.

Presentador:

—Bueno, también hay que decir que estamos en la era de Acuario, metidos de lleno, y que es la era del amor, o de la humanidad.

J. A. G.:

—Exactamente. Esto que he dado como signo, ahora el Sol está pasando por el signo de Acuario. Ahora, en este momento, ¿no? Está desde el 21 de enero al 19 de febrero. Bien, esto sería este año. Todos los años, durante estas épocas, es Sol está en el signo de Acuario. Pero es que además estamos en la era de Acuario, que sería el recorrido que el Sol hace, y sería alrededor de 2.500 años. Entonces, estamos entrando en esta era, una era amplia, en la cual estas características son matizadas y ampliadas en grado sumo.

Presentador:

—¿Y cuáles podrían ser? Para que nuestros oyentes conozcan un poco esas ampliaciones en la era de Acuario.

J. A. G.:

—Sí. Vemos que en la astrología un signo está muy relacionado con otro. Un signo opuesto, en este caso sería Leo, que está muy relacionado con su opuesto, que es Acuario. Viendo las características de Leo, podemos entender mejor los opuestos, que serían las de Acuario. Veamos que, en Leo, el ser humano se afianza como individuo, él es el centro del universo. Al afirmarse a sí mismo, «yo soy», crea un egoísmo, todo para mí.

Presentador:

—Una curiosidad. ¿Coincide el signo o la era Leo con la época del Renacimiento?

J. A. G.:

—No, no exactamente. Lo que sí tiene mucha relación son las características leoninas con un sentido de competitividad. Quizás por ahí empezamos a entender ciertas características de la competitividad, que además hoy en día están muy muy de moda, ¿no? Aquel que se afirma luchando contra con los demás. Ahora pasamos a Acuario, que es su signo opuesto, en el cual el ser humano no se afirma luchando por sí o para sí, sino que él se afirma luchando por el conjunto, luchando por el grupo humano, es aquel que es un maestro servidor. Él puede ser un maestro porque ha aprendido a servir y puede servir porque es un maestro. Eso da una resultante de tres importantes características de Acuario. Sería la primera característica: es un servicio desinteresado. Al no estar centrado en sí mismo, no es competitivo, no busca dignidades, ni metas ni prebendas oficiales, se dedica a aquello que es, sirve sin esperar recompensa. La segunda característica: es trabajar en grupo. Si esa persona, esa característica de la persona acuariana o centrada en las características psicológicas de Acuario, ha comprendido la importancia que tiene servir a los demás, como «yo soy vida», por tanto, apoyo a la vida donde me encuentre. ¿Cómo puedo ser más útil? Y es evidente que, trabajando en grupo, para que ese trabajo sea más útil, más eficaz. Pero el servir en grupo debe tener otra tercera característica: que sería el autosacrificio. Autosacrificio por partida doble, interior y exterior. Interior en el sentido de que, primero, interiormente, tiene que limpiarse, purificarse, tiene que ser su propósito de ayuda a la humanidad, limpio, no egoísta, no leonino (y que me perdonen las personas con las características de Leo). Todo signo tiene dos características, la inferior y la superior. Mientras que en Leo la inferior es, digamos, luchar por sí mismo, la superior es que tiende a apoyar y a luchar por los débiles. Quizás en la época de las Cruzadas, o en la época medieval, el caballero usaba su lanza para ayudar a los demás, ahí hay una relación muy importante. Entonces, que nadie se dé por aludido. Quería decir esto.

Presentador:

—Yo quería decir una salvedad, solo con respecto a lo que se está diciendo en torno a Acuario, y es que muchos oyentes pueden pensar que Acuario es el signo más altruista de todos.

J. A. G.:

—Es que es uno de los signos más altruistas, porque su gran trabajo es servir a los demás, y eso está relacionado muchísimo con Acuario y con el altruismo. Por lo tanto, si uno tiene que limpiarse a sí mismo, para ser puro, para que ese egoísmo o esa competitividad no lo tenga en él, entonces tiene que ser muy puro interiormente, tiene que sacrificarse internamente, y luego sacrificarse hacia fuera, para que su yo sea incluido en el grupo, para que no tienda a sobresalir dentro del grupo. Uno de los problemas que hoy en día se da en los grupos políticos y sociales es el querer sobresalir, no se aplica la inteligencia para el bien del grupo.

Presentador:

—En una palabra, que no sea protagonista, que no intente ser protagonista.

J. A. G.:

—Exactamente, por ahí van los tiros. Si quiere entrar en eso de la escuela de Juan el Bautista, de preparar esos caminos hacia el amor, hacia la fraternidad universal, pues tiene que realmente serlo. Quiero decir, que si una persona trata de ayudar tiene que al menos ser coherente con lo que hace. Entonces, el signo de Acuario, que me imagino que algunas personas que nos están escuchando ya lo conocerán, es aquel hombre que vierte un cántaro de agua del que salen dos chorros; esos chorros evidentemente simbolizan el agua de vida y de amor, son las dos palabras clave, como que la técnica de Acuario no es la forma, no es la mente, sino es la vida y el amor.

»Bien, en este amplio contexto quizás tenga cabida una serie de características que se están dando ahora en el mundo, y hablo a nivel muy global, muy general. ¿Qué características generales? Dentro de la era de Acuario, y ya me estoy refiriendo a esos 2.500 años aproximados, ya estamos entrando en esta era, como he dicho. Se están diluyendo las energías piscianas, más emocionales, ese principio de autoridad, y están entrando estas características acuarianas. Digamos que esa era se divide, o subdivide, en tres características. En astrología se dice decanatos, o sea, que un signo tiene treinta grados y se divide en parcelas de diez, o sea, tres subdivisiones de diez grados, o sea, tres decanatos.

»El primer decanato está regido por Saturno que, como ya muchos conocerán, es el planeta de las dificultades, de la obstrucción, del problema. Quizás por ahí empezamos a entender, en esta primera época de la era acuariana, las dificultades que estamos pasando. Y las dificultades principalmente vienen por dos características: las personas que todavía están polarizadas en una anticuada psicología y las personas que empiezan a estar polarizadas en esta nueva psicología que viene representada por Acuario. ¿Qué significa? Bueno, se podría decir a nivel general, o global, o político, pues personas con unas capacidades muy patrióticas, con mucho sentido de autoridad, muy egoístas. Y aquellas personas que tienen una visión más amplia, más global, más humanista, aquellas personas que tratan de reemplazar esos nacionalismos por unidades universales o internacionales, llamémoslo ONU, llamémoslo UNESCO, llamémoslo “sentimientos ecologistas”, llamémoslo “agrupaciones humanitarias”, etc., etc. Creo que hoy en día hay muchos ejemplos que todos conocemos.

Presentador:

—Perdón, usted divide la era de Acuario en tres décadas, que saldrían a unos 830 años, más o menos. ¿Todo esto quiere decir que estas luchas, más o menos hasta que cambie totalmente, bueno, al menos en la primera década, podría ser por un período aproximado a estos años que yo menciono?

J. A. G.:

—Sí, se puede decir. Lo que pasa es que la cosa es más compleja. Es más compleja, y no es que quiera yo complicarla, sino en sentido de profundizar un poquito más. Nosotros vemos las cosas siempre en un sentido físico, entonces, las cosas no solamente tienen un sentido físico, hay, digamos, un aspecto físico en las cosas, hay un aspecto de energía, de fuerza, hay un aspecto psicológico o sentimental, de sentir aquello, y un aspecto mental. De esta manera vemos que hay personas que están polarizadas por ejemplo a nivel mental, y ya cuando pase el segundo decanato, que ya es la parte mental, están muy polarizadas en un aspecto mental humanitario, que son esos pensadores que están ya polarizados, son avanzadilla de lo que va a ser Acuario, y ya están siendo avanzadilla y están tratando de convencer a la gente. Y son, por ejemplo, escritores, periodistas o personas que están metidas dentro de organismos internacionales y están trabajando por esa era de Acuario. Entonces, ese es el ejemplo del sentido mental, de pensadores que usan ese pensamiento, ese ideal, para tratar de hacer a la humanidad y convencer a la humanidad en un sentido más humanitario.

»Es una estupidez estar siempre compitiendo el uno con el otro, y en vez de competencia, en esta era hablan de fraternidad, de cooperación.

Hay otro sentido que es el sentimiento, ese sentimiento de sentir amor. Puede ser por animales, se agrupan en organizaciones, se agrupan en organizaciones de ayuda a la naturaleza, se agrupan en organizaciones de ayuda a los derechos humanos, explícitamente acuarianos, etc., etc.

»Así vemos, una era física, una era de energía, que está apoyando este hecho, un sentimiento acuariano y una mente con ideales y con pensamientos que van con la idea acuariana de fraternidad universal. Entonces, ya siguiendo un poco esa doble vertiente: las personas que están en lo viejo y las que están en lo nuevo, representadas por acuario. Ahí hay una dicotomía o hay un enfrentamiento que se está dando actualmente.

Presentador:

—Está demostrando ser un gran orador nuestro invitado J. A. G. y, efectivamente, a razón de lo que usted está explicando cuando habla de organizaciones que pueden apoyar y trabajar por los animales o por la naturaleza, yo me imagino pues una asociación conocida como Los Verdes, por decirlo sin siglas, que son los que luchan por la naturaleza. Y el tropiezo, el choque, puede ser en esta industrialización que tenemos, y por la rama política, si sirve de ejemplo, no sé, los primeros pasos de Gorbachov y compañía. Y, bueno, ¿es posible que vayan por ahí los tiros? Y también, que sirve de apunte a esa pregunta, y es que todo hace indicar que, tras entrar en la era de Acuario, pues es muy difícil que se produzca un conflicto bélico mundial.

J. A. G.:

—Claro. Es que pasa que está ocurriendo una cosa muy curiosa. Saturno está en esta primera etapa con una importancia muy fuerte, se conoce como el planeta de la obstrucción, del sufrimiento, del problema. Pero viéndolo desde un sentido más profundo, más espiritual, es el planeta de la oportunidad, es aquel que brinda la oportunidad. ¿Cómo brinda la oportunidad? A través de un hecho fuerte y contrastado. Siempre se ha dicho que aquel que no aprende, que no conoce algo por la comprensión, lo conoce por el sufrimiento. Luego la ley que está marcando el primer decanato de Acuario, es el sufrimiento. ¿Qué importancia tiene el sufrimiento? Estos problemas que una serie de países están pasando, les obliga, quieran ellos o no quieran, a tener que reorientar sus políticas y sus acciones. Me parece que hay un alto grado de necesidad. Estados Unidos tiene una necesidad, me parece, y ahí ya me meto un poco en ciencia ficción política o económica, se ha visto obligado a tener que pagar todo ese cúmulo de miles de millones de dólares en investigación de guerra por necesidades propias suyas. Ese problema es el que tienen ellos, su balanza de pagos. Pero es que la Unión Soviética tiene un terrible problema económico. Y, quiera o no quiera, cada cual puede pensar lo que quiera, es evidente que es un hecho. La necesidad obliga en tener que bajar gastos militares porque la población soviética está con unos problemas de vivir enormes, y bueno, de comer.

»Entonces, quiera o no, la necesidad. Ahí está Saturno entrando, digamos, aunque sea a nivel psicológico, está obligando a los hombres a través del sufrimiento a darse cuenta de que ahí pasa algo. Ese sufrir, y eso lo podemos ver ya en cada uno de nosotros… cuando alguien sufre, ¿qué le ocurre? Bueno, que dejamos de ser tan egoístas, y ya entramos a saber qué pasa ahí. ¿Por qué sufro yo?, ¿por qué viene el dolor? Entonces, mi pequeña experiencia me ha hecho demostrar que solamente aquel que ha sufrido comprende a los demás, aquel que ha sufrido el dolor puede comprender cómo a una persona le hacen daño. Y si esa persona ha sufrido daño, lo entenderá perfectamente, será capaz de ponerse en el lugar de los demás. Ese es uno de los grandes problemas que tenemos hoy en día, de no ponernos en el lugar de los demás. Eso está pasando a nivel político, a nivel social, a nivel económico, etc., etc. Entonces, esta ley que está marcando la primera etapa de Acuario, es la ley del sufrimiento, que implica una enseñanza importante.

»Eso produce que se desencadene una segunda etapa de Acuario, que sería el segundo decanato, marcado por el planeta Mercurio, que es el planeta del intelecto, de la mente, que traduce ese sufrimiento en una iluminación mental, o sea, en una comprensión, para decirlo en unos términos más normales. Pero esa iluminación, en el sentido de Acuario, es una iluminación de conciencia grupal, de ahí que empecemos a entender que esos pensadores que están empezando, a lo largo de todo el mundo, tratan de hacer ver lo que ellos sienten, porque estamos en un mundo, desde hace años, encerrados en nosotros mismos, en nuestros nacionalismos. Pero esto está acabando, porque somos un universo o un mundo en el cual los medios de comunicación, la televisión, la radio, los constantes viajes de las personas de un país a otro… estamos ya. Es casa de todo el mundo, podemos decirlo así. Ese sentimiento de lo que a mí me pasa tiene repercusión en mi vecino y en el otro y en el otro. Hace que todos, cuando ocurre un problema, lo veamos como un problema propio, de alguna manera, ¿no? Ese sentimiento de conciencia grupal viene a través de una ley, la ley de la iluminación o de la intuición. Al comprender el problema, mi acción cambia. Si yo entiendo algo, sé lo que tengo que hacer. Y lo hago.

»Bien, entonces, la tercera etapa de Acuario estaría regida por Venus, el planeta del amor, que sería el resultante final de esta era de Acuario. Hemos visto que el sufrimiento ha dado lugar a la iluminación, a la comprensión. Y la comprensión ha ido a desembocar al amor, de que todos somos uno. Bien, entonces, ya uno puede aprender a amar, a amar ya no personalmente, como, digamos, un amor leonino, sino un amor desinteresado por la humanidad.

»Es lógico que yo trate de apoyar la vida allá donde me encuentre, a través del amor. Esa tercera ley sería la etapa última de Acuario, la ley del amor: aprender a amar mejor. Yo quisiera esto unirlo o completarlo con algo que dijo Jesucristo. Jesucristo dijo, yo diría que fue un onceavo mandamiento: que se amen los unos a los otros. Es curioso, pero podemos decir que Jesucristo era un astrólogo, porque estaba comprendiendo el futuro de lo que venía, y eso es típicamente acuariano. Él conocía esta nueva etapa que estamos viviendo, y preparó el camino.

Presentador:

—Todo esto da a entender que van a existir grandes cambios sociales, tal y como tenemos entendida la jerarquía social, incluso la unidad familiar.

J. A. G.:

—Sí, porque esta visión unitaria, esta visión global que está dando Acuario, que está empezando ahora, que a lo mejor somos unos pequeñitos precursores, aunque sea a nivel de ideas, ¿no?, o a nivel de exposición, pues se está dando esa visión unitaria, universalista de las cosas, de que no estamos en una ciudad como Ontinyent, de que no estamos en una nación como España, sino ya ese sentimiento unitario, europeo, estamos llegando a un sentido universal.

Presentador:

—Otra salvedad al respecto por lo que está indicando es que está claro que esa ambición del poder, esas luchas que estamos últimamente comprobando, sobre todo del poder económico o del poder político, dan a entender, a través de esta era de Acuario, que por lo menos son los últimos coletazos.

»Pues tenemos poco tiempo para más. Yo, bueno, resumiría con una frase, que ya está hecha desde muchísimo tiempo, y dice lo siguiente: «De las espinas nacen las rosas. Las espinas es el sufrir, la comprensión y el amor es la gestación de las rosas».

J. A. G.:

—Sí, claro, porque de esa lucha vendrá la iluminación, la claridad, la luz.

Presentador:

—Lo único que sucede, y esto quizás sea lo más espinoso, es que aproximadamente de una década a otra pasan 830 años. Ustedes tienen un sentido más global, y más amplio, una visión especial de las cosas, esa es la pura verdad, no tan materialista.

J. A. G.:

—Sí, porque hay que ver las cosas con un poco de futuro, porque si nos quedamos simplemente en el aspecto local, pues no, pienso que hay que ir más adelante. Hay que ser un sentido más optimista. Yo creo que hay bastante en el ambiente un sentido pesimista y creo que hay que romper, como decía, romper los ríos, las barreras.

Presentador:

—Creo que es interesante también. Y José Tarrazó lo podría ratificar, que los anteriores invitados que estuvieron aquí, en estas conversaciones filosóficas, todos ven el futuro como el señor J. A. G., con optimismo, cuando los propios medios de comunicación dan o prevén un futuro bastante más alarmante del que otras personas indican o creen en él. ¿Algo más que indicar, J. A. G.?

J. A. G.:

—Pues nada, yo quisiera dar una visión más optimista a todo el mundo. Y que, bueno, los medios de comunicación reflejan eso que se ha dicho aquí, y es la visión del momento. Y a mí me sorprende, yo que he estado en muchos países y en muchos sitios, una cosa que decía un periódico de Sao Paulo, una ciudad de catorce millones de habitantes donde pasan muchísimas cosas, hay mucha gente que hace bien, hace servicios humanitarios, que ayuda a los demás, eso no sale en los periódicos; sin embargo, ahora una persona coge una pistola y le pega un tiro a un guardia y sale en los periódicos. Entonces, a mí me parece que los medios de comunicación deberían hacer, pues bueno, reflexionar un poco y reorientar un poco todo esto. Y estas personas que están escuchando esto o leen los periódicos deberán entender que no es todo lo que los medios de comunicación dicen, que la vida es mucho más amplia, que hay muchas personas que están haciendo cosas importantes por los demás. Eso ni se oye ni se ve.

Presentador:

—Tiene una explicación muy lógica, las buenas noticias no se venden.

J. A. G.:

—Claro, no son comerciales.

Presentador:

—Está clarísimo. Solamente una última pregunta, tenemos muy poco tiempo, pero la verdad es que ha sido una gozada, y supongo que para los oyentes exactamente igual, el haber estado aquí participando en estas conversaciones. ¿El mar le hace a uno pensar?

J. A. G.:

—Sí, sí, muchísimo, muchísimo. Es una gozada porque yo, hasta hace poco, lo he estado comentándolo con Pepe, nosotros pasamos de un cambio muy brutal a otro. Cuando llegamos a puerto o estamos de vacaciones en casa, ¿qué ocurre?, que vemos un estrés tremendo: a la gente corriendo por la calle, nos atosigan con montañas de información (creo que tenemos hasta excesiva información). Entonces, ¿qué ocurre?, que el hombre pasa ya de casi todo. Y los medios de comunicación, que son inteligentes, ¿qué pasa? Tienen que dar noticias impactantes que rompan esa inercia previa de la persona que escucha. Entonces, claro, el escuchar a personas que comentan cosas importantes o cosas buenas de la gente, parece que no les afecta demasiado. Entonces, si se está en un sentido más relajado, más tranquilo, es importante. Y, además, como son barcos que hay que ir a velocidad económica, pues mejor todavía.

Presentador:

—De acuerdo, J. A. G., muchísimas gracias por haber estado aquí, en estas conversaciones filosóficas. Queda usted invitado. Siempre que pueda tiene usted aquí su casa. Y, ante todo, pues a José Tarrazó, que hoy ha mantenido un silencio total, no porque no haya querido participar, no porque no quisiera estar con nosotros, sino por esa afonía que le acusa, también muchísimas gracias.

»Y bueno, pues estas han sido hoy nuestras conversaciones. Al menos las vamos a cerrar con una palabra: esperanza.

»Muchísimas gracias.

J. A. G.:

—Adiós

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