Testimonio del presente
Nada fácil es escribir y menos con la imparcialidad del que escribe; respetando siempre a los demás, procurando dentro de la ética expresar no importa qué tema sin herir la susceptibilidad de lector, aunque lo que se escriba son problemas candentes a pesar de…
Existen temas en la escritura que no se pueden tocar por ser tabúes en determinados colectivos de masas que sólo lo que ellos piensan son verdades ex cátedra. “La humana sabiduría consiste en ser tolerantes” (C. Bint). Ser tolerantes no quiere decir ser imbéciles, cuando existan abusos de cualquier orden hay que denunciarlos y procurar no entrar en la rueda de quienes haciendo uso de su poder atropellan a los más débiles, y esto es la cultura en la que no se despiertan los individuos.
Las excentricidades que se toleran a ciertos individuos están en proporción a su posición social, con esto demuestran que su ignorancia es una enfermedad grave que lleva a la ruina de los pueblos y las naciones; necesitamos estar culturalizados para un porvenir mejor. ¿Pero qué es en realidad la cultura? Una desheredada de la humanidad globalizada.
Dice Séneca sobre la felicidad “todos quieren vivir felices, mi querido Galión, pero ver con claridad en qué consiste lo que una vida completamente bienaventurada, andan a ciegas. Y de tal manera no resulta sencillo conseguir la felicidad”.
Tenemos que generar pensamientos positivos, a pesar del batiburrillo en el que estamos viviendo, y no dudo que un día nos daremos cuenta de que la sociedad actual tendremos que cambiar todo el andamiaje para vivir de otra manera, con más naturalidad, sin ser prisioneros del sistema en el cual se nos ha vendido con tanta facilidad el consumo desaforado: pero que este se halla vacío de un contenido humanístico, de una amistad perdida por los cerros de Úbeda, de un individualismo tan pobre como enfermo, sin consistencia existencial como seres vivos…
Es necesario que demos testimonio de nuestras raíces como seres humanos y divinos, como seres racionales respetando todas las cosas vivas, desde el átomo en que todas las cosas tienen su origen, hasta la más pequeña brizna de polvo, el mundo vegetal y mineral, el aire que respiramos, el agua que nos circunda y de la cual todas las cosas viven y tienen su ser y estar.
Al igual que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, ¿no debiéramos de avanzar nosotros? Si no es así, ¿qué es lo que nos está ocurriendo? Muchos son los interrogantes que anidan en los seres humanos, y los cuales no nos paramos a descubrir. ¡Acaso se nos ha bloqueado nuestro cerebro! Vigilemos constantemente nuestros sentimientos, porque ellos motivan diariamente nuestros actos; pues la grandeza de los seres humanos se mide por su humildad, y cuando esta se pierde la soberbia nos impide ver todos los problemas que nos acontecen, y por desgracia son muchos en nuestros días de crisis…
No se trata de mirar al pasado, más bien de que cada día miremos un futuro mejor; pero para eso tendremos que trabajarnos, y si cambiamos de mentalidad y actuamos conscientes de que los tiempos son diferentes pero los recursos están ahí, sólo hay que poner imaginación. Esta es necesaria para remontar el gran bache en el que hemos caído, y así daremos testimonio de que somos capaces de rectificar y volver hacia una nueva manera de vivir y comportarnos como seres racionales.
Ahora más que nunca debiéramos de aplicar la rentabilidad ética en las empresas; dicho de otro modo: cuando la cultura de empresa o los valores de empresa se afirman a sí mismos sin ninguna contextualización social; cuando se afirman como forma de vida organizativa sin ninguna justificación ética, el fracaso está anunciado y van desapareciendo por el sistema domino.
¿Qué ha ocurrido en muchas partes del Planeta en determinadas industrias? Solo el afán de ganar mucho dinero y llevarlo a los paraísos fiscales ha puesto en la picota la crisis que estamos padeciendo. ¡Y el valor de los seres humanos!, qué ahora están en la más absoluta pobreza. ¿Qué hacemos de ellos? Actuamos rápidamente o esto es una quiebra total…
J.T.D.
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