¿Qué es educar?
La educación pretende abrir el entendimiento a todos los seres humanos, para que se pueda pasar de la oscuridad a la luz, al dialogo, y así compartir todo lo que tenemos de bueno. Nada fácil es educar, pero más difícil es el no estar dispuestos a recibir una educación sencilla y ética de excelencia; pues todos creemos que somos los mejores educados, los más perfectos, los más humildes, los más cariñosos, los más creativos, los más diligentes, los más de todo, ¿pero cuán lejos estamos de todo esto? La educación es el principio del arte de la convivencia pacífica, pero activa: por lo tanto, la educación es el porvenir de la especie humana, el principio de la educación es practicarla en todas las cosas cotidianas; son actitudes sencillas y coherentes, sin atropellar a los demás que son los que merecen nuestro respeto.
¿Se educa para el bien o para el mal? Esta pregunta es bastante complicada, todos creemos educar con unos valores de religiosidad, de tradiciones, de costumbres, de folclores festivos, sin conocer el origen de las fiestas que tienen sus ancestros en la génesis de los tiempos más remotos, donde la educación salía a las calles con motivo de los determinados solsticios y se daba gracias a Dios de los bienes que la madre naturaleza nos había dado a los individuos.
En el año 2001 escribía un estudio de pedagogía sobre la importancia de la educación, y decía: “la educación que transcurre con los ‘ismos’, dogmatismos, integrismos, fanatismos, separatismos, nacionalismos, y un largo ismos, están abocados a la separatividad y la intransigencia y son el fracaso de una sociedad”.
¿Qué está pasando en el sistema actual respecto a la educación en general? ¡Acaso solamente se educa a los individuos para la competitividad! ¡Y la calidad de vida! ¿Y el gusto de la convivencia y el sabor sencillo de apreciar todo lo bello para luego expandirse como seres racionales en el presente ahora, creadores imaginativos con nuestra propia personalidad? ¡O acaso enseñar para seguir la corriente del primer gobierno de turno! ¿A qué nos llevará una educación sin la indispensable ética y con la mayor transparencia, sin los intereses particulares de algunos académicos que si no venden su libro sus alumnos no aprueban el curso?
La educación no debería tener ningún color político; una cultura convivencial es una cultura de PAZ, una educación integral es la forma en los seres humanos con un corazón, y su discernimiento crea el progreso y el porvenir de su nación.
Es escabroso y bastante complicado este tema, y hay tantos pareceres académicos y sus jerarquías, expertos que bien poco nos han demostrado. Solamente leyendo el gigante de la biblia de las letras, Cervantes, podemos darnos cuenta de la grandiosidad de la gramática española, al igual que otros grandes escritores que nos han dejado un legado de la educación y de la cultura…
Y D. Quijote que estaba preocupado de la situación, de cómo educar a los venteros: ¡bien querido hermano Sancho! Ahora nos toca librar la batalla, no con los molinos, sino con los venteros astutos y rufianes. Señor amo, dijo Sancho, ¿esta batalla no será demasiado grande para nosotros? Sancho querido, ya veo que si por ti fuera nunca harías nada, pues eres un desconfiado, pero como sabes para todas las cosas hay un remedio, y aunque haga mucho calor o frío vamos a ponernos en marcha, en busca del Mago Tilín-Tilín que alguna idea nos aportará.
Si tenemos un poco de suerte y con la ayuda de las personas sensatas con ganas de trabajar, algún día cambiarán las cosas de la educación y de la CULTURA.
17. 3. 2013. J.T.D.
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