Largas colas en cajas y bancos

—¡Hermano Sancho, aventura tenemos! —Dios nos la dé buena —respondió Sancho. Y ¿adonde está, señor mío, de esa señora aventura?  (Don Quijote de la Mancha, p 1103)

En estos momentos en que nos hallamos, es una odisea acercarse a un banco o caja de ahorros para hacer cualquier gestión o sacar dinero, las interminables colas de personas que tienen que armarse de paciencia para llegar hasta el mostrador y que te atiendan.

La verdad es que cada día las cosas son más difíciles y se ponen más impedimentos, ¿pero nos cobran los servicios de mantenimiento? Por otra parte, los usuarios o impositores que tenemos unos ahorros, o cobramos las pensiones, somos los sufridores de un sistema piramidal que nos han impuesto a cuantos no tenemos más remedio que pasar por el aro.

¿Será por falta de personal en las oficinas de los bancos y cajas de ahorros? Yo digo que es así; es una vergüenza lo que está ocurriendo, pero esto tendría una solución, que los clientes retirásemos los pocos ahorros que tenemos y los bancos y cajas viesen las orejas del lobo.

En una de sus salidas, Don Quijote y Sancho Panza vinieron a Ontinyent en busca de aventuras, al llegar a la Vila encontraron al tío Garnacha, que con su burra iba a recoger las calabazas a la huerta. El bueno de Sancho le preguntó al señor Garnacha, ¿dónde podemos encontrar un banco para cobrar nuestro salario? El señor Garnacha les dijo: —cosa difícil en estos momentos, las colas de los bancos y las cajas empiezan desde la Vila y terminan en la Plaza de la Concepción. —¡Qué desgracia!, —exclama Don Quijote— ¡hasta dónde hemos llegado! La fiebre del textil ha dejado los bolsillos vacíos para muchas personas que haciendo muchas horas cobraban un buen salario; ahora es el tiempo de las colas y las cartillas de racionamiento, los comedores de caridad suplen mucha hambre.

“Arboles, y yerbas y plantas, que en aqueste sitio estáis, tan altos, verdes y tantas, si de mi mal no os holgáis, escuchad mis quejas santas” (Don Quijote de la Mancha, p. 559)

¡Claro que este escritor se queja de las largas colas! Del funcionamiento permitido de la sucursal por el Banco de España, que mirando hacia otro lado ha permitido tantos abusos y maniobras inmorales: como han sido transformar los pequeños ahorros en preferentes y productos tóxicos, arruinando a los pequeños inversores, que confiados en las palabras de algunos directivos han abusado de estas humildes personas, que con su ignorancia han caído en la trampa de los señores trajeados, pero sin ningún escrúpulo…

Pero existe otra cuestión en los bancos y las cajas de ahorros, la explotación de sus trabajadores que hacen más horas de las que tiene un reloj. A estas personas se les exige estar disponibles en todo momento, si no lo hacen son amenazados y los tienen en una lista aparte, ¡qué desgracia en el siglo XXI donde de una u otra manera son esclavos del sistema piramidal! 

“Duerme tú, Sancho –respondió Don Quijote– que naciste para dormir; que yo, nací para velar, y el tiempo que falta aquí al día daré rienda suelta a mis pensamientos y los desfogaré en un madrigalete”. (Don Quijote de la Mancha, p, 1753) Mientras unos duermen sin preocuparse de sus pequeños ahorros, los otros engordan los dividendos de las entidades bancarias, creo que nos es necesario abrir los ojos y tener a raya a los malandrines egoístas que sin ningún escrúpulo nos manejan como tontos.

Muchas son las cuestiones en la vida cotidiana que tenemos que revisar, sobre todo, ser más cultos, que no nos pisen la dignidad. El conocimiento y dominio de uno mismo conduce a la culminación de una vida con más dignidad, ¿pero estamos dispuestos a cambiar las ideas y la forma de vivir? 

“No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo”. (Alejandro Dumas)

16.7.15. J.T.D. 

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