La No Violencia

José Tarrazó:
—Muy buenas noches, queridos radioyentes de Antena Valenciana Ser, Radio Ontinyent. Estamos un martes más con todos ustedes en este programa de conversaciones filosóficas, «Proyección 2000».
»Esta noche, nuestros contertulios nos han traído hasta ustedes y hasta aquí, hasta estos estudios, un tema que creo que es interesante en los tiempos que corren: la no violencia.
»Ese no violento que era Gandhi y esa no violencia de tantos seres humanos que actualmente están en contra de todo aquello que sea una agresión, bien sea a la naturaleza o bien sea al ser humano, va a plasmarse esta noche a través de este contertulio que tenemos con las personas que nos acompañan y que ellos, que preparan muy bien estas temáticas, van a dar estas opiniones, esta serie de conceptos profundos dentro de estas conversaciones esotéricas.
»Tenemos ante nosotros a A. F., colaborador del programa, y a J. F., también colaborador de este programa. Muy buenas noches, queridos amigos.
Invitados:
—Buenas noches.
José Tarrazó:
—Ustedes tienen la palabra, y pueden empezar a hablar sobre esta temática de la no violencia.
Invitado 1:
—Buenas noches. Esta noche, el tema que se ha escogido es el de la no violencia. Hablar de la no violencia significa, después de todas estas semanas donde a cada momento tenemos las imágenes de una guerra, de la crudeza que esto conlleva, de la destrucción y del odio que se va generando entre las distintas partes de este conflicto, hemos querido hablar, tratar de exponer, unas opiniones sobre el anhelo que creo que todos los humanos llevamos dentro de la no violencia. Pero hablar de la no violencia nos hace que, por necesidad, tengamos que remitirnos a la violencia.
»¿Qué es lo que ocurre para que el ser humano llegue, sea capaz de llegar, a las situaciones extremas que estamos viviendo?, donde no solamente se destruye a las personas, sino también se destruye a todo lo que supone el ecosistema, como estamos viendo en esta guerra que estamos padeciendo en estos momentos.
»Invocaríamos la violencia como una consecuencia de la educación que en la sociedad en que vivimos se decide para el niño, desde pequeño. Se nos educa dentro de un egoísmo, de la competitividad, de un amor hacia el consumo, hacia la acumulación, donde se exacerba el fanatismo en sus diversas vertientes, bien sea nacional, cultural, deportiva, y religiosa. Estos valores, que se inculcan a los individuos desde pequeños, desde la niñez, y que luego se van fomentando en la medida que el niño crece y se desarrolla y se convierte en un ser adulto, son los que conforman la sociedad. Esa violencia, que es una semilla que se va implantando en el individuo, que luego se transmite en ese individuo en la relación que tiene en la sociedad en que vive, en la familia, en el trabajo, es el que plasma la violencia de la sociedad y es la que nos lleva a las situaciones dramáticas que estamos viviendo en estos días.
»Por ello, pensamos que para hablar de la no violencia habría que empezar por cambiar la educación en la niñez, en ese momento en que el niño viene al mundo y se le imparten unos conocimientos que después le van a servir para su vida de adulto.
Invitado 2:
—Tenemos un claro ejemplo, histórico y real, que es Gandhi. Este hombre, en un entorno social diferente, ya hace años, consiguió cambiar una situación caótica en la India por una liberación de aquel país y la eliminación de la guerra, simplemente con su actitud.
»Entonces, haciendo referencia a lo que ha dicho A., entiendo que tenemos que empezar por cambiar los valores de esa enseñanza, los valores que se han acumulado a través de mucho tiempo, y que simplemente el estallido de una guerra supone una afloración de esa agresividad acumulada por toda la humanidad. No solamente por los Estados que participan, sino creo que por el conjunto de los seres que vivimos en la Tierra.
»Entonces, ¿qué valores podrían sustituir a los actuales? Pues, lógicamente, los contrapuestos a la violencia: la paz, la armonía, las correctas relaciones humanas, el desprendimiento, o sea, el no egoísmo, la no acumulación de intereses, porque los intereses son los que han hecho llevar a cabo esta guerra, intereses sobre todo económicos, que dicen que son energéticos, pero son económicos.
»Entonces, lógicamente, al ciudadano de la calle, normal y corriente, la guerra no le interesa bajo ningún aspecto. Todos los seres somos iguales. Yo no me explico, por ejemplo, un árabe, un padre de familia, qué interés tiene en ir a la guerra o en que pase esta guerra, cuando está sufriendo en su propia carne —su familia, sus hijos, sus familiares todos los desastres que están ocurriendo.
José Tarrazó:
—Es verdad que estas temáticas son interesantes y que se están enfocando bajo esa perspectiva, o ese prisma de la no violencia, y creo que nosotros, desde estos medios de comunicación, debemos dar una impresión más profunda de esa situación de la no agresividad, de la no violencia, de un estado de conciencia diferente al que están habituados, por así decirlo, determinados medios de comunicación y crear en los seres humanos un estado de percepción más profundo de toda esta gran problemática.
»Es decir que, si en algo podemos ayudar o en algo podemos hacer reflexionar a nuestros queridos radioyentes, tiene que ser con estos temas, porque contra esa agresividad tenemos que crear esa paz que es un bien social.
Invitado 1:
—Y para conseguir esa paz es fundamental que la persona se encuentre en un estado no violento, porque si no difícilmente la persona puede conseguir la paz. Creo que todos habremos experimentado momentos en nuestra vida donde en nuestras relaciones con los seres que nos rodean, bien sean a nivel familiar o a nivel de trabajo, hemos experimentado una impotencia, odio más o menos camuflado, situaciones de tensión que dentro de nuestro ser nos han llevado a sentir esa violencia que muchas veces si no se ha expresado es por las limitaciones de tipo social o del entorno que nos ha rodeado. Pero que interiormente sí que las hemos tenido.
»Difícilmente la persona, cuando se encuentra en esas circunstancias, es capaz de sentir paz. La paz solo viene de la mano de la no violencia. Por ello, como decíamos anteriormente, tenemos que ser conscientes de que si queremos llegar a esa no violencia tendremos que empezar a plantearnos que, frente al egoísmo, tendremos que practicar el desprendimiento; frente a la competitividad, el equilibrio; frente a un consumo desmesurado, la moderación; frente a la acumulación, la circulación, y frente al fanatismo en sus diversas índoles, la flexibilidad y la tolerancia. En la medida en que las personas seamos capaces de ir cambiando esos valores en nosotros mismos, experimentándolos en nosotros mismos, iremos consiguiendo ese estado de no violencia e iremos consiguiendo una sociedad más justa y donde la paz no sea una meta para conseguir, sino que sea un estado natural.
Invitado 2:
—Entonces, siguiendo el hilo de lo que dice A., yo me hago la siguiente pregunta: ¿qué es la paz?, o ¿qué es en sí la no violencia? ¿Es una idea o es un estado?
»Entiendo que es un estado interno, no es un estado externo. Se puede hablar mucho de no violencia, se puede leer mucho sobre la no violencia, pero si uno no tiene asumido en su interior lo que es, no lo podrá nunca llevar a la práctica. Tendrá que hacer una composición de lugar, tendrá que verse cómo es, las motivaciones que tiene, el comportamiento agresivo que pueda tener, y entonces saber en qué situación se encuentra frente a los demás, frente a sí mismo, frente al entorno social donde se desarrolla. Y, observándose, podrá, poco a poco, ir corrigiendo o ir efectuando ese cambio de valores hacia una armonía, hacia una tranquilidad o un equilibrio. Y entiendo que, si todas las personas de buena voluntad llegaran a trabajar, poco más o menos, en ese sentido, las situaciones de agresividad y de no violencia irían desapareciendo de la faz de la tierra.
José Tarrazó:
—Por lo tanto, las múltiples facetas de esa violencia, que serían como habéis ya estado enumerando: el desequilibrio, el hambre, el sufrimiento, el armamentismo, la extorsión, la guerra, la prepotencia, es decir un gran etcétera de situaciones que dan que el hombre, en determinados momentos, sea un violento.
»Es quizá un momento de reflexión para toda la humanidad el ver cómo solo, como apuntabais antes, el hombre es capaz de generar la violencia. Los distintos reinos de la naturaleza, por su propia naturaleza y por su propio estado, son incapaces de crear violencia. Por lo tanto, es un gran problema, generado en la mente de los seres humanos a través del egoísmo, y de todas estas cosas que hemos estado enumerando, el que se genera esta violencia.
»Creo que debemos pensar y actuar de diferente manera. Esa educación, a la cual hacía referencia A., esa educación, esa base fundamental que el niño desde un principio se le educa, sin darnos cuenta quizás sea la semilla, que primero se planta para que el ser humano tenga esa violencia o ese egoísmo.
Invitado 1:
—Sí. Hay situaciones que, realmente, nos deberían hacer pensar. El otro día, en un reportaje sobre la guerra del Golfo, y lo siento por hacer mención a un tema que creo que sufre una saturación de información, pero se hizo una entrevista a una señora iraquí que, en su desesperación, tachaba a las fuerzas, a todos los países que componen esas fuerzas aliadas, de hipócritas. Y las tachaba, porque nos acusaba, porque somos parte integrante de esas fuerzas también de una forma directa o indirecta, de hipócritas. Nos acusaba de hipócritas porque decía que las mismas naciones que habían estado armando a Hussein ahora intentaban destruirlo.
»Y efectivamente, era una señora de la calle, era una señora que, en la desesperación de ver destruida su vivienda, de ver la posibilidad de que faltara algún familiar, amigos que han muerto en estos bombardeos… Me imagino poniéndome en su lugar, la incomprensión de alguien que decía: “¿Cómo las mismas personas que nos han estado vendiendo el armamento que nos han estado armando, ¿cómo es que ahora nos intentan destruir?, ¿por qué?, ¿por qué?”
Invitado 2:
—Claro, esto no tiene explicación. Pero no se lo pueden explicar. La explicación que yo calculo factible es la siguiente: la ley del conflicto es el egoísmo de unas naciones sobre otras. Entonces, es la inconsciencia también de un sector político que está favoreciendo grupos de presión, a nivel internacional: la banca, la fábrica de armamento. Y, al mismo tiempo, les sirve para efectuar ajustes económicos a los gobiernos para que se aprieten el cinturón los de siempre.
»Claro, están aprovechando muy bien la ocasión. Para mí eso es la realidad del conflicto externamente. Internamente, lo hemos comentado antes, internamente es la predisposición de la gente a la violencia, por la cultura que ha habido y por las enseñanzas que han tenido. ¿Que está manipulado? Por supuesto, pero la gente se deja llevar por una arenga religiosa, por una arenga política o por una arenga de tipo militarista. Y, claro, la no estamos concienciados, no estamos preparados, porque nos dejamos llevar mucho por el patriotismo sensiblero, por la emocionalidad, y por otra serie de trabas psicológicas que nos las inculcan muy bien… Esto es como una gran publicidad a nivel internacional: nos meten unas cuñas publicitarias de agresividad, y la gente las asume.
Invitado 1:
—Sí, efectivamente, una cosa es los análisis que se pueden hacer a nivel de hombres de calle, de hombres de a pie, y otra muy distinta la de los grupos de presión que tienen unos intereses muy dispares de los que podemos tener la gente de la calle. La gente de la calle es, somos, los que de alguna manera nos estamos movilizando en pro de esa paz, porque no queremos la guerra, fundamentalmente no queremos la guerra.
»Otra cosa muy distinta son los medios de comunicación, que muchas veces obedecen a esos intereses, bien sean de tipo nacional —detrás de tipo nacional siempre hay los grupos de presión que son los que realmente marcan las pautas y que son muy distintos de los que podamos tener la gente en la calle— o de otra clase. Por ello, el mensaje que se mande siempre será muy distinto de aquellos que, en la calle, porque no tienen otros medios, piden a gritos… algunas veces no de esa forma no violenta, que es la que debería de ser, sino de esa forma violenta porque, si el individuo, como decíamos antes, dentro de sí no es capaz de llevar inculcada esa no violencia, trasluce lo que la sociedad le ha enseñado, y es la violencia.
»Pero, por encima de ella, hay una cosa que creo que es un sentir muy generalizado: y es que se quiera la paz y que queremos la paz aquí, y la queremos en esa misma nación que está en guerra, no sus líderes, pero sí el pueblo llano.
José Tarrazó:
—Podríamos sacar unas determinadas conclusiones sobre la exposición que se ha estado realizando y es que en verdad los hombres somos violentos, a veces sin darnos cuenta. Pero, como pacifistas… Es decir, esta noche tenemos ante nosotros dos personas que tienen una visión… una visión muy completa de la paz, una visión muy concreta de la no violencia, y creo que a través de estos medios de comunicación en los cuales intentamos llegar hasta los corazones de todos aquellos que nos conectan, este mensaje tiene que ser un mensaje reflexivo.
»Creo que estamos un poco todos hartos de esta manipulación de los medios de comunicación, que solamente están a voces gritando, llevándonos hasta nuestros hogares, tantos mensajes, y que muchas veces que confunden a la misma humanidad. Y creo que debemos pensar todos —más que pensar, generar en nuestros corazones— lo que es la paz y lo que es la no violencia.
Invitado 2:
—Bueno, a veces las palabras y los pensamientos se agotan, pero a mí me gustaría hacer también una referencia, profundizando quizá más en la parte interna, a ver si llegamos a darnos cuenta de que todos los seres somos iguales. No hay diferencia de razas, ni de idiomas, en esencia somos todos los mismo. ¿Qué pasa que, por tener diferente color de piel, somos diferentes? ¿O por hablar otro idioma somos diferentes? Estamos todos en el mismo barco, la tierra tiene unos recursos limitados, lo comentamos ya alguna otra vez. Tiene también unos recursos humanos, tiene sus reinos: el reino mineral, el reino animal, el reino vegetal, que están en plena armonía. El hombre es el único que no está en armonía con el resto de la naturaleza. ¿Cómo se puede llegar ahí? Pues, como hemos comentado antes, con ese cambio de actitud y con ese cambio de valores. Y el hombre llegará a ser uno con todo lo que le rodea. Y entiendo que eso es fundamental.
Invitado 1:
—Yo, para finalizar mi intervención, solo pediría que reflexionemos una cosa: la paz la conseguiremos en la media que seamos capaces de engendrar en nuestros corazones la no violencia. En la medida en que seamos seres no violentos conseguiremos esa paz que tanto anhelamos.
José Tarrazó:
—Por lo tanto, la paz debe ser esa semilla que cada ser humano aporta al planeta, es decir, como se decía antes, sin diferencias de colores, ni razas, ni nacionalidades. Que cada uno vayamos tomando esa conciencia en esa semilla de la no violencia, en esa semilla de la paz, en esa armonización de todo aquello que nos rodea. A medida que los seres humanos, todos, a través de nuestras actitudes cotidianas y diarias, a través de cualquier situación que se nos presente, estaremos generando o paz o violencia.
»Esta es la diatriba que se ve a través de los seres humanos, y esta es la situación en la cual, como no violentos, deseamos que todos los radioyentes que están escuchando esta emisión de “Proyección 2000” vean que existe algo más profundo que es esa plena libertad de poder reflexionar ante cualquier situación de la vida.
»Somos seres que deseamos la paz y ¿quién, diría yo, no desea la paz? Absolutamente todos los seres humanos, todos somos proclives a desear la paz, pero, en muchas ocasiones, originamos esa violencia por todas esas cosas que se han estado explicando, que nuestros contertulios han sabido expresar y que creo que esta situación, este mensaje, esta situación planetaria que se está dando ahora, como se ha dado también en otras épocas, es algo que nos tiene que hacer ver con otros ojos la situación de la supervivencia de los seres humanos y de toda la humanidad.
Invitado 1:
—Bueno, desearles que tengan unas buenas noches y que piensen en estas palabras que hemos ido diciendo, y que piensen que realmente se puede conseguir ir generando en nuestros corazones esa actitud no violenta que nos llevará, junto con todos los que nos rodean, a esa situación de paz mundial.
»Gracias y buenas noches.
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