La Etica en los Profesionales

José Tarrazó:

—Muy buenas noches, oyentes de la emisora Antena Valenciana SER, Radio Ontinyent. 15 de enero de 1991 parece ser una fecha un poco agitada por determinados acontecimientos, pero nosotros en esta noche, en esta tertulia amigable de «Proyección 2000», vamos a hablar de un tema, creo, bastante interesante: «La ética en los profesionales». Esa ética social que debiéramos tener todos los seres humanos, a nivel de nuestra expansión de conciencia, de nuestra visión objetiva de todas las cosas positivas.

»Tenemos ante nosotros dos profesionales, los psicólogos R. M. y R. C., que nos acompañan, como en otras emisiones también lo han hecho, en las cuales cada semana intentamos llevar hasta sus receptores un nuevo tema. Y creo que este tema es un tema muy amplio, un tema que actualmente en los colegios se habla: de ética, pero, en realidad, la pregunta sería: ¿qué es la ética? Viene del griego, esta raíz griega, esta filosofía que algunos filósofos quisieron darnos para que nosotros, los humanos, viéramos que, aparte de las religiones, tendría que haber algo que no fueran religiones, que sería esa ética, esa conciencia, ese nivel de conciencia, esa situación cotidiana.

»Y creo que, sin más, vamos a darle oportunidad a R. M. para que entre dentro de esta temática de la ética.

R. M.:

—Hola, buenas noches. Sí, es cierto que la ética ha sido una parte… se le considera una parte de la filosofía, también de las religiones, que tienen también su moral o su ética. Se ha considerado su raíz, lo has dicho antes, y viene a significar «tratado de las costumbres del ser humano».

Pero definirla así no da su auténtico significado. Para encontrarlo hay que ahondar en la psicología humana y descubrir qué es lo que somos en esencia, porque la auténtica ética, la ÉTICA con mayúsculas, más que venir de fuera viene de dentro. Si viene de fuera, y es correcta, puede servirnos en algún momento, pero eso perdería todo su valor si el ser humano no va realizando algo en su interior, en su vida psicológica, para descubrir un potencial de amor y de comprensión, es decir, de expansión de conciencia, que tiene en su interior y que le va indicando qué es lo más correcto a realizar en cada momento de su vida, con su trabajo, con su familia, con los demás seres humanos, con todas las cosas que le rodean.

»Cuando el ser humano se comporta con arreglo a lo que está en el fondo de su conciencia, una conciencia lúcida, amorosa, entonces se puede decir que el ser humano se comporta éticamente. Si esto lo hace simplemente porque desde fuera se le están dictando esas normas y el ser humano, al igual que ocurre con el niño —que al principio se basa en lo que le dicen los mayores— pues quizás pueda ser útil temporalmente. Pero, repito, en la medida en que el ser humano progresa y avanza, esto tiene que surgir de su interior, más allá de toda norma filosófica, ideológica, religiosa o de cualquier tipo. Es decir, expresar lo más elevado que se lleva dentro y, por lo tanto, obrar en el campo que sea.

»Hoy vamos a hablar del campo de las profesiones, con arreglo a esos dictámenes, a ese potencial que late en su interior.

José Tarrazó:

—Tanto Platón como Aristóteles, en sus tratados, hablan de esta ética profesional, y más tarde los padres de la Iglesia, como santo Tomás y otros tantos… Santo Tomás, en una de sus obras, también haciendo referencia a Aristóteles, habla y escribe sobre esta ética, que luego en los determinados concilios, en los determinados tratados eclesiásticos, se llamará la ética cristiana. Pero hay que remontarnos más a lo lejos, hacia otras civilizaciones y hacia otros filósofos, los cuales veían que la ética era una necesidad social.

»A mí me gustaría que a continuación R. C. también diera esta visión objetiva de la ética.

R. C.:

—Sí. Siguiendo un poco lo que se ha comenzado a decir, la ética inicialmente parecía estar relacionada con una normativa de costumbres que estaba fuera del ser humano. Y el proceso que ha seguido, el concepto y la utilización de este, ha sido poco a poco llegar a ser su interiorización. Es decir, a una expresión de lo que una persona siente por dentro. Hoy en día la ética está en función de lo que es verdadero y esencial en cada una de las personas cuando actúa.

»Además, también pienso que, de alguna manera, los últimos acontecimientos mundiales, el proceso evolutivo que la sociedad lleva en este momento, está haciendo que la ética renazca. Renazca como concepto de posicionamiento de muchísimas cosas, incluso puede haber gente que con el conflicto de la guerra del Golfo pueda decir que no es ético en este momento. La ética, como antes se estaba diciendo, siempre parte de la profundidad del ser humano y es una expresión de su forma de ver la vida y de juzgarla y, por lo tanto, es la forma que tiene cada ser humano de saber cómo tiene que actuar.

José Tarrazó:

—Por lo tanto, es una gran necesidad el que nos introduzcamos dentro de esta ética, dentro de este buen hacer de las cosas. Es decir, que la ética si no es aplicada a las realidades cotidianas de cada persona sería una filosofía que no tendría consistencia.

»Yo la pregunta que haría es: ¿existe actualmente esta ética en las determinadas profesiones, sean cuales sean las profesiones?

R. M.:

—Sí, por supuesto que siempre ha existido, y actualmente existe. El problema está en qué tanto por ciento. Es evidente que hay momentos históricos, o hay lugares, o hay zonas, o ámbitos de la vida, o ambientes, en los cuales hay una predominancia de la ética o una predominancia de lo contrario, de lo que se llama falta de ética. Entonces, repito, porque siempre, siempre ha habido personas —y tendemos a que cada vez existen más que tratan de expresar y que van expresando lo mejor que llevan dentro—. Por lo tanto, en la medida que ese potencial de amor, de luz, se va exteriorizando en cualquier ámbito, y no solamente en el trabajo, sino en cualquier aspecto, en cualquier momento de la vida de una persona, entonces sí que se puede hablar de ética.

»Y encontramos por todas partes a estas personas que, en su trabajo o con su familia, o con sus relaciones con los demás, sociales, o sus relaciones con los demás reinos de la naturaleza, están expresando lo mejor de sí mismas. Por lo tanto, es cierto, se va observando que hay movimiento. En la medida que el ser humano se va dando cuenta de que lo otro produce sufrimiento y dolor, que es un círculo vicioso del que no hay escapatoria, busca tratar de remontarse a su esencia, a lo más profundo de sí misma, y aunque no lo haga de una forma perfecta y adecuada, sí que va surgiendo una intencionalidad de expresar, como decía antes, este aspecto profundo y ético que se lleva en el interior.

José Tarrazó:

—Por lo tanto, tenemos que confiar en los profesionales, en los psicólogos y en las personas que estudian sociológicamente la conducta de los seres humanos, y ver que hay más personas con ética que aquellas que no tienen esta situación de ética. Es decir, antes hacíamos referencia a aquellas personas antiguas que se daban la mano para cerrar un trato; hoy, actualmente, vemos que esto no es posible, porque siempre hay una determinada suspicacia en cualquier actuación de la vida, pero tenemos la esperanza, y vemos psicológicamente, que hay muchas otras personas que, sin hacer esos tratos, tienen ese secreto profesional, tienen esa concienciación de lo que en realidad es la ética.

R. C.:

—Sí. Además, se considera que hay profesiones en las que la ética profesional es más importante o necesaria que en otras. Yo pienso que eso no es verdad, es un engaño. De alguna manera, en cualquier tipo de profesión que se haga, incluso en aquella que no se guarde relación con las personas, es necesaria la ética. De alguna manera también se ha dicho aquí que cuando una persona hace algo bien, lo hace a gusto, lo hace con amor, lo hace porque quiere sacarle el máximo rendimiento. Está trabajando, está actuando de una manera ética.

»Yo pienso que a nivel de profesiones tal vez sea necesario confiar en los demás para que renazca en nosotros mismos una ética. Es decir, muchísima gente hoy en día, por toda la tradición social, parece que tema que puedan hacer uso de la información que va a dar a un profesional, pero en cierta medida está en su interior, como incubando cierta incertidumbre, y está añadiendo una forma mental a lo que decíamos, a la falta de ética que, en cierta medida, socialmente, se ha venido generando.

»Yo creo que existe un renacimiento de la ética, que hay que confiar en la gente. Y que partiendo de la confianza en los demás, uno está creando en sí mismo una ética de actuación.

José Tarrazó:

—Por lo tanto, hay que tener confianza unos con otros. Es decir, cada uno en su profesión, en el grado que uno esté desarrollándose en la vida, tanto en aquella persona que nos está quitando la basura como en aquel alto cargo ejecutivo, ya sea del estado o de otra profesión, en los cuales se ve cada día más esa necesidad de ética, de manifestar más aquellas cosas positivas que negativas. En una palabra, tener amor a cualquier cosa, no solamente a la profesión, sino a aquello que se mueve en todo nuestro entorno.

R. M.:

—Sí, por supuesto, la ética ya hemos dicho que se puede aplicar a todo. Si nos referimos, por ejemplo, al trabajo, muchas personas pensarán que aquel que está trabajando, manipulando la materia, por ejemplo, que no trata con los demás, ¿cómo puede estar aplicando la ética? Pues yo diría que haciendo ese trabajo lo mejor posible. Si uno llega a concienciarse, y esto es algo a lo que todos estamos destinados, de que el trabajo que uno haga, el que sea, desde el trabajo más simple hasta el más complejo, es importante, es lo mejor que él puede aportar a los demás, a la sociedad, pues lógicamente está expresando un amor a su trabajo. No lo hace solo —que ya es conseguir algo— por el placer que eso le produce, porque expresar lo mejor de uno mismo produce un cierto placer, produce una cierta realización, sino que, en la medida en que estás aportando todo tu amor y toda tu atención, todo tu conocimiento, toda tu intuición, a eso que realizas, entonces estás aportando algo a los demás, no solo externo sino también interno.

»Quizás sea un poco difícil de comprender, pero la experiencia de toda aquella persona que realiza su trabajo con la máxima entrega, con la máxima atención, con el máximo amor del que es capaz según su conciencia, pues esa persona está realizándose y, al mismo tiempo, está transmitiendo algo que se contagia, algo de lo que se benefician los demás. Por lo tanto, esto que se da en el trabajo, también se realiza con la familia, también se realiza en las relaciones con los demás seres humanos, se realiza en cualquier tipo de acción física, material, emocional, mental o de cualquier nivel.

José Tarrazó:

—Por lo tanto, vemos que esta ética es un deber social que todos los seres humanos deberíamos tener como un bien, como es el bien social de la paz, y como es el bien social de amar las cosas tal cual son. Es decir que, si estas personas que nos están escuchando a través de la radio se dieran cuenta, en este momento, y tuviéramos el máximo deseo y esfuerzo para que hiciéramos las cosas bien hechas, quizás entonces no habría esas fricciones que están ocurriendo actualmente en la sociedad que nos ha tocado vivir.

R. C.:

—Sí, de alguna manera el instrumento revolucionario que todos tenemos para aplicar a cualquier cosa, y en el caso de la ética también se da, es nuestra máxima atención. Es decir, cuanto más atentos estamos hacia todo lo que realizamos, sea lo que sea, de alguna manera más fieles somos a nosotros mismos, y de alguna manera más estamos generando a nuestro alrededor una armonía y una paz. Y, de hecho, la paz puede ser que ahora esté pendiente de un hilo, por los acontecimientos que son ajenos a nosotros, pero también hay que hablar de la auténtica paz que está dentro de nosotros y que tenemos que buscarla dentro de nosotros mismos, y así participaremos de una paz mundial, que en este momento parece difícil.

José Tarrazó:

—Y una pregunta que me gustaría que contestaran ustedes es: ¿ética o coherencia?, ¿secreto profesional o confianza en los profesionales?

R. M.:

—Sí. La ética tiene que ser actuar con coherencia, con lógica. La coherencia es como la armonía, el ajuste entre los distintos aspectos que funcionan en cada cosa. Cuando uno en su trabajo actúa con armonía, está actuando coherentemente, está aportando lo mejor de sí mismo, está canalizando inteligentemente, está añadiendo, quitando, está encauzando. Está, diríamos, construyendo algo, pero no de una manera ciega, sino de una manera, como hemos explicado, lúcida, coherentemente, dentro de lo más lógico.

»La lógica, aunque se relaciona con la mente concreta, tiene su potencial en la intuición, en la luz, en la comprensión; por eso cuando una persona está actuando con lógica, cualquier persona que lo vea de manera lúcida se daría cuenta de ello. Evidentemente muchas veces en la profesión hay que tener una serie de secretos, una serie de expresiones, pero eso ya depende de cada profesión, de cada actitud, de una serie de comportamientos distintos, una discreción que muchas veces falta en las personas, sobre todo cuando se trabaja con el material humano.

»Hemos dicho que en cualquier trabajo se pueden aplicar estas leyes, y los trabajos que son más físicos, donde se manipula la materia, también van dirigidos a los seres humanos. Y otros de contacto con la gente, por ejemplo, la psicología… en el contacto del psicólogo, en el contacto del médico… ahí tiene uno que aportar no solamente unos conocimientos, sino que debe estar totalmente receptivo a la persona, con lo cual está aportando no solamente la manifestación externa, exterior, sino también lo que en ese momento está uno viviendo. Cuando uno trabaja aisladamente o con la materia, puede estar emocionalmente mal y hacer ese trabajo bien, pero cuando uno está con los seres humanos, aunque trate de fingir, está aportando lo que en ese momento se vive. Por eso un psicólogo no puede estar aportando una ayuda a los demás si él no tiene una armonía y una coherencia en su interior, en su vida, puesto que entonces estaría manifestando aspectos externos pero carentes de la calidad del impacto, que es lo que verdaderamente puede ayudar a transformar a las personas.

»En fin, el tema sería extensísimo…

José Tarrazó:

—Es interesante que ustedes, como profesionales de la psicología, están viviendo en cada momento de la vida diferentes problemáticas del ser humano y esa confianza, ese secreto profesional que ustedes deben tener, ese darse a los demás para llegar a la raíz de los determinados problemas, es muy importante. Y como ha enumerado R. M., esos profesionales médicos, en la abogacía, en fin, cantidad de profesiones, tienen que penetrar y, al mismo tiempo, irradiar esa confianza en sus clientes o en sus pacientes.

»Creo que es interesantísimo este tema y creo que cada día se está tomando más conciencia de esta situación, porque de lo contrario habría un deterioro. Y, como decía antes R. C., pues no renacería esa ética, que es una necesidad social.

R. C.:

—Si hablamos sobre psicología, yo creo que la mayoría de los técnicos en psicología son personas que tienen muy en cuenta estos planteamientos de la ética, porque pienso que toda persona que trabaja la psicología de alguna manera se ha planteado internamente muchas cuestiones. Y evidentemente la ética vale para todas las profesiones, como se ha dicho antes, y es una forma de vivir, es una necesidad social el plantearse seriamente, profundamente, que todo lo que uno hace está repercutiendo en él mismo y en los demás. Es decir que uno no está separado, sino que uno forma un pack con todo, y cualquier cosa que uno haga está determinando la reacción en lo que va a pasar alrededor. Entonces, pienso que todas las profesiones hoy en día se están planteando éticamente las cuestiones que significan el servir a los demás, el hacer algo por los demás. Y que en psicología es algo fundamental, es decir, que sin un planteamiento ético la psicología no tiene sentido.

José Tarrazó:

—No tendría ninguna consistencia. Es importante esa discreción y esa confianza que los demás deben tener con ustedes o con cualquier otra persona. Creo que cuando existe esta interrelación de confianza entre los seres humanos, se ha saltado una barrera muy importante. Es decir, esa suspicacia que, a veces, produce ese malentendido, mirar siempre que el otro nos está engañando… Es decir que, en la sociedad, para crear un equilibrio, un clima de paz y armonía, tendríamos que confiar más los unos en los otros, y a medida que avancemos creo que esto será un hecho concreto, una necesidad en la sociedad que vivimos actualmente.

R. M.:

—Sí, por supuesto que en la medida que cada uno trata de mejorarse a sí mismo, sin pensar en lo que van a hacer los demás. Eso, aunque piense que es una parte muy pequeña e insignificante, eso se contagia, se transmite de tal manera que, de una forma directa o indirecta, vamos encadenando, transmitiendo a los demás y ampliando el círculo de seres humanos que buscan un renacer ético en su interior. Hay personas que tienen una responsabilidad mayor. Si ponemos el ejemplo del periodista, vemos que con su actitud a veces puede fomentar el miedo, como ocurre frecuentemente, o puede, por el contrario, crear una mayor confianza en las personas.

José Tarrazó:

—Pues ya estamos al borde de la finalización de esta emisión. De todo corazón les deseamos a todos ustedes una paz y una tranquilidad interior, y que veamos todos los acontecimientos que están ocurriendo desde un punto de vista más profundo.

»Personalmente les diría a todos los radioyentes, a todos los que están siguiendo este programa, que piensen relajadamente y que no vean tanta negatividad en el concepto universal y planetario, sino que hay muchas personas de buena voluntad, muchas personas que desean la paz y la tranquilidad. Y que nuestro mensaje es para que todos tengamos una mayor capacidad de concepción de las cosas y, sobre todo, que en cada uno de nosotros esa conciencia y esa ética sean una realidad palpable cada día.

»Les emplazamos para la semana próxima. Y que lo pasen ustedes bien, si Dios quiere.

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