La Constitución del Hombre (II)

Presentador:

—Buenas tardes, bienvenidos a una emisión más de las conversaciones filosóficas. Hoy, con la presencia habitual de José Tarrazó, para continuar con ese interesante tema como es la constitución del hombre, y que vamos a acabar con algunos puntos.

»José Tarrazó, buenas tardes.

José Tarrazó:

—Muy buenas tardes. Les saludo cordialmente a todos ustedes y vamos a continuar, puesto que el otro día no pudimos terminar este tema de la constitución del hombre, el sistema planetario de nuestro sistema solar, etc. Creo que es un tema interesante, como casi todos los que hemos ido hablando día a día en esta emisora.

»Aquí tendremos seis puntos y hablaremos de la constitución del hombre, desde lo divino hacia lo humano, es decir, desde arriba hacia abajo, y ustedes irán comprendiendo poco a poco todo esto, que creo que no es ni más ni menos que un enriquecimiento para todos ustedes y para todos nosotros, este equipo fantástico que está aquí, al pie del cañón.

»Vamos a hablar de este primer punto, y diremos que está la parte de lo divino y a continuación el Adhi o plano del Logos. Creo que es muy grande ese logos solar y ese logos planetario, y todo lo que concierne a esa gran constitución logoica, que es extraordinaria. Creo que el hombre, para conocer sus orígenes, sus raíces, tendría que conocer todos estos puntos, que son para la vida cotidiana: el conocer de dónde venimos, adónde vamos y quiénes somos. Creo que esas tres cosas son fundamentales.

Presentador:

—Que curiosamente es una pregunta que se hacen también los profesionales del periodismo muchas veces a la hora de elaborar una noticia, que tiene vinculación en otros aspectos.

José Tarrazó:

—Diríamos después que la tercera parte es el Cosmos Etérico Primario, es uno de los cuerpos que tenemos los seres humanos. Y en cuanto a la parte etérica, el éter, sabemos que existen siete éteres, pero hasta ahora la ciencia solo ha hablado de cuatro. Uno de esos éteres es nuestro cuerpo etérico, que recibe del logos solar esa influencia extraordinaria.

»Voy a decirles una anécdota, no una anécdota simplemente, sino una realidad más que una anécdota, y es, por ejemplo, los drogadictos, las personas alcohólicas, las personas desequilibradas, en muchas ocasiones tienen en el cuerpo etérico una fisura, y entonces, por esa fisura del cuerpo etérico, resulta que perciben ciertas energías que son totalmente negativas. Cuando un drogadicto está bajo los efectos de la droga, o un alcohólico, él no se puede controlar, y no solamente es el efecto de la droga o del alcohol lo que le produce esa situación, sino que dentro de esa fisura que tiene, que tiene entrada y salida, penetran ciertas energías llamadas elementales, que se adueñan de ese cuerpo físico. Fíjense, ustedes, esto la importancia que tiene. Es decir, que el cuerpo etérico esté completamente cerrado a esas energías negativas.

Presentador:

—Es lo que la semana pasada comentaba nuestro invitado C. G., como lo que el estado que se denomina de trance, en el que incluso pierde su personalidad.

José Tarrazó:

—Sí, sí. El trance en muchas personas es ese estado de impersonalidad, y entonces resulta que en este cuerpo etérico del hombre ocurren tantas cosas…

»Es decir, ¿por qué los drogadictos o los alcohólicos ven ciertas cosas, ciertas formas, ciertos planos diferentes al plano normal de las personas?, porque perciben sensorialmente esas formas monstruosas y esas formas, a veces tan horripilantes, que los llevan a un delirium tremens. Esto creo que, dentro de este sistema de planos, de nuestros planos del sistema solar y etérico, si el ser humano tuviera conciencia de esta situación, no llegaría a ser drogadicto y no llegaría a ser alcohólico.

»Vamos a pasar al segundo plano, que es plano de la Voluntad o el llamado Monádico. Dentro del cosmos, de este cosmos tan grande, de estos triángulos de energía superiores, estamos hablando de energías superiores… está el Monádico, que es donde la voluntad del ser humano, y las pequeñas voluntades de todos los seres humanos, llegan a crear una gran voluntad social y una gran voluntad cósmica, que percibimos todos a través del chakra Sahasrara. Como decíamos en otras emisiones, llegamos a captar estas energías superiores, las cuales son las que nos llevan a las personas a ser más sutiles en todas las cosas.

Presentador:

—Quiero recordar un poco dónde se encuentra el chakra Sahasrara…

José Tarrazó:

—El chakra Sahasrara es el que está en la coronilla de nuestra cabeza, es decir, ustedes sabrán que en algún tiempo los clérigos llevaban la coronilla pelada. Esto es lo que los hindúes llaman Sahasrara o chakra superior. Es el chakra de los mil pétalos, es decir, es la antena parabólica del ser humano, en la cual percibe todas las energías superiores. Por este chakra no entran en ningún momento energías inferiores.

»Pues ya sabemos que dentro de este plano monádico existe la voluntad, que es algo de lo que carecen muchas personas. La voluntad es algo que mueve montañas. Cuando una persona tiene una profunda voluntad llega a hacer las cosas más maravillosas que el ser humano pueda crear.

»Después pasaríamos al tercer aspecto, Actividad y Sabiduría, que entra dentro de la energía de segundo Rayo. La actividad de los seres humanos muchas veces se limita a las cosas no creativas, es decir, el ser humano en muchas ocasiones somos una máquina, actuamos muy mecánicamente, y entonces al actuar mecánicamente carecemos de esa actividad, de esa sabiduría y de esa voluntad, que es fundamental en los seres humanos. Un ser humano puede evolucionar cuando la voluntad la tiene desarrollada y está conexionada al plano divino, al primer plano del sistema solar y del sistema cósmico.

»Considero que dentro de estos aspectos hay cosas que son tremendamente profundas y espirituales, y que no son complicadas, es decir, ¿cómo conoceríamos nosotros al ser humano en profundidad si no fuéramos día a día dialogando sobre estas cosas? Es decir, el ser humano estaría limitado solamente a la parte física y a la parte más grosera. Pero dentro de este, como decía san Pablo, dentro de este ser humano, existe el templo, existe el sagrario de la divinidad. El apóstol Pablo, que era un gran filósofo, es uno de los apóstoles que estaba dentro de ese camino. Pueden ustedes leer sus cartas, sus epístolas, y verán la profundidad que tiene san Pablo a este respecto, y decía esto, hablando en un lenguaje diferente del que estamos hablando ahora, pero hablaba de estas cosas transcendentales.

Presentador:

—Y se pueden preguntar muchos ciudadanos de a pie cómo se puede compaginar esos dos aspectos en la vida cotidiana, lo divino y lo humano. ¿Es realmente difícil el mezclar los dos, o por el contrario, en cualquier actividad común, pueden salir ambos?

José Tarrazó:

—El ser humano es un ser dual, entonces es un ser andrógino y tenemos las dos facultades, la parte humana es necesaria para que anide dentro de ella la parte divina. Es decir, que, dentro de esta dualidad, podemos nosotros desenvolvernos perfectamente.

»Cada día nos damos más cuenta de que el ser humano, a pesar de ser un ser que muchas veces solamente piensa en la parte material, en su interior, dentro de su subconsciente, dentro de su alma, dentro de su Ego, él reflexiona en determinados momentos, y se da cuenta de que no es solamente un conglomerado de mineral, vegetal y animal, sino que existe algo más, existe ese hálito de vida, en el cual están superpuestas todas estas energías y todos estos planos.

»Es importante que los seres humanos no nos consideremos como simples animales. En la época donde el ser humano no había tomado conciencia, o su alma no había tomado esa posesión, era un simple animal, pero tendríamos que decir que hasta las piedras, hasta los átomos, tienen conciencia, hasta en lo más rudimentario hay una conciencia, hay una organización de átomos que están en continuo movimiento, en continua evolución y, por lo tanto, el hombre, que es más que un átomo, es un cosmos, es un todo, debe tener por necesidad esas dos particularidades importantes y transcendentales.

Presentador:

—Lo que sucede también es que lo divino y lo humano se han entendido, o quizás se ha tergiversado, o no se ha explicado desde distintos puntos u otras perspectivas, ya que muchas personas han confundido lo divino con lo religioso.

José Tarrazó:

—Nada tiene que ver lo divino y lo religioso. Porque en lo religioso, en muchas ocasiones, las distintas religiones, las tres mil y pico religiones que existen en el planeta, han barrido más hacia lo material, hacia las conveniencias de las determinadas religiones, más que al despertar de la conciencia del ser humano.

»Es decir, se puede ser profundamente religioso y no estar mediatizado por ninguna religión. Dios está en todos los seres y en todas las cosas, pero no es monopolio de ninguna religión, todos los seres humanos llevamos ingénitamente esa partícula divina, que no hay que confundir con aquellas meditaciones de lo religioso. Habría que hacer una separación total. Muchas veces lo religioso, ¿para qué nos sirve?, para ponernos barreras a cosas que al hombre lo único que le hacen es causarle una gran frustración en la vida, y las personas somos como aquella golondrina, o como aquella ave, que toma su vuelo y en el espacio está trazando su vida, está creando una dinámica profunda.

»Esa ave es el ser humano, esa ave es tan espiritual como el ser humano. No estoy diciendo ninguna barbaridad, porque esa ave es un ser más de la creación y todo lo que está en la creación, excepto aquello que llevamos negativo, aquello que llevamos dentro de nosotros, es lo que lleva más el hombre que los reinos de la naturaleza, que es lo negativo. El hombre tiene esas dos partes, positiva y negativa.

Presentador:

—Creo que has dicho algo así de que Dios no está al servicio de ninguna religión, en cambio ¿a Dios se le puede servir desde cualquier religión?, dentro de esas tres mil y pico religiones…

José Tarrazó:

—Dentro de todas las religiones hay grandes seres. No podríamos ser hipócritas y decir que dentro de una religión no hay personas que están sirviendo a Dios, y, por lo tanto, si eso es así, como es dual, tendrá que haber personas que están sirviendo a Dios y personas que están sirviéndose a sí mismas, por ese egoísmo o por esa serie de manipulaciones.

»Mirando un poco la historia, vemos a los profetas. Todas las religiones han tenido sus grandes avatares, y casi todos los avatares han sido grandes maestros de la jerarquía planetaria y solar. Y dentro de esa gran profundidad hemos tenido a esos seres, cuyo mensaje ha sido un mensaje divino. Lo único que ocurre es que la manipulación de sus palabras ha ido deteriorándose de tal manera que han confundido a Dios con la religión.

»A Dios por la ciencia es una obra de un jesuita y él veía que en todos los reinos de la naturaleza existía una gran profundidad. Por ejemplo, imaginemos ahora el trabajo que hacen las abejas, esa simetría que tienen, esa profundidad. Por ejemplo, las hormigas, es decir, cualquier cosa, cualquier planta busca la luz, todos los seres humanos buscamos la luz, porque la luz es vida y en esa vida existe esa partícula divina que es Dios. Considero que todas estas cosas lo único que hacen es enriquecernos y entrar dentro de estos planos superiores, dentro de esa constitución del hombre.

Presentador:

—Vamos a separar entonces todos estos aspectos: hemos empezado por el capítulo divino, el Monádico, la Voluntad…

José Tarrazó:

—El intuicional, otro aspecto importante dentro de estos planos superiores, el plano búdico, cósmico, el cuarto éter, y el plano intuicional. ¿Qué es el plano intuicional?, nos podríamos preguntar.

»Muy brevemente hemos hablado aquí de lo que es la intuición. La intuición está conectada desde el Sahasrara, desde ese chakra superior al chakra del corazón, es decir, lo que diríamos el Antakarana. El Antakarana o, como se suele decir, esas corrientes de energía que pasan por la columna vertebral y que son las que le dan al hombre, a este hombre físico, esas facultades, para que todos los movimientos a través de un pensamiento puedan originarse.

»Pensemos que levantamos un pie, o que movemos una mano, o que articulamos la boca, que respiramos y que, a través de esta respiración, de esta inhalación, pues, tenemos la vida, es decir, absorbemos ese prana o hálito de vida.

»Y entonces, ¿qué es la intuición para los seres humanos? Cuando un ser humano tiene la intuición desarrollada se da cuenta de todas las cosas antes de que sucedan. Esto no es un privilegio de nadie, esto es una cosa que todos los seres humanos tenemos, y que muchas veces decimos: “¡Uy, si yo esto lo había intuido!”.

»Pero ¿por qué la intuición es algo superior? Porque no pasa por ese cuerpo astral, ese cuerpo de agua y ese cuerpo inferior, que es necesario, tiene que estar en nosotros. Y el ser humano, a través de la serena expectación de las cosas, es decir, cuando una persona está mirando, está trabajando, está viendo todo aquel conglomerado de vida que existe a nuestro alrededor, que en realidad todo es vida. La muerte no existe, está creando un canal de amor y sabiduría a través de esa intuición, que es el despertar de los cuerpos superiores o de los chakras superiores.

Presentador:

—Es curioso lo que acaba de comentar, porque, quizás por deformación, estamos hoy un poco, pues, valorando la palabra en el sentido filosófico, porque hemos hablado de lo divino y de la relación que tiene lo divino con lo religioso. En este caso también la intuición que, desde el punto de vista filosófico, es un alto grado de sabiduría, por utilizar una denominación, y desde el punto de vista social u occidental, la intuición es totalmente contraria a la sabiduría. Obrar por intuición no es obrar sabiamente. Creo que, digamos, obrar de forma sabia sería, pues, ser una persona cultivada, tener unos grandes conocimientos de tipo teórico-práctico o, a través de todo el bagaje histórico que ha quedado, y ponerlo en práctica de una forma avezada. Eso sería la sabiduría, en este caso, la intuición.

José Tarrazó:

—Sí. Miren, ustedes, una cosa. Hay personas autodidactas que no han entrado en las facultades, en las universidades y, cuando tienen la intuición desarrollada, estas personas perciben esos altos conocimientos o esa sabiduría a través de esta intuición. Tienen estas facultades de los tres o cuatro chakras superiores desarrollados.

»Entonces, la sabiduría no está ni más ni menos que flotando en el espacio, y en este espacio está a disposición de todos los seres humanos y de todos los reinos. Entonces, estas personas están en un determinado momento captando, a través de esta esponja que es el ser humano, esas energías, esa sabiduría, que es divina y, al mismo tiempo, humana. Porque, ¿para qué nos serviría la sabiduría divina si no la tradujéramos en un lenguaje humano y sencillo?

»Es decir, que un sabio tiene que estar al servicio de toda la humanidad, un sabio no se puede… no puede ser una persona engreída, creyendo que lo sabe todo, y que está encerrada dentro de una cárcel de marfil o de oro, o de conocimientos. Eso es pedantería, porque cuando un ser humano sabe mucho, por supuesto que está dando mucho a la humanidad. Cuando un sabio, lo que sabe solamente le hace servir en detrimento de… o para obtener pingües beneficios para determinadas sociedades que solamente especulan. Está haciendo un flaco servicio a la humanidad.

»Entonces, los seres que están dentro de esta sabiduría, dentro de ese plano intuicional, por supuesto que están haciendo una gran obra, están creando un clima de expansión de conciencia a todos los seres humanos y a todos los reinos.

»La agresión, a cualquier cosa, es negativa, está fuera de lo intuicional. Cuando un ser humano hace cosas malas o al servicio de un determinado núcleo de personas que solamente especulan, está creando unas formas negativas totalmente, y está creando dolor, está creando guerra, y está creando un clima inadecuado para que la sociedad y todos los reinos evolucionen dentro del sistema espiritual y material de todo lo que nos rodea a los seres humanos.

Presentador:

—A la intuición también se le ha denominado el sexto sentido y también, curiosamente, se la ha atribuido mayor intuición a las mujeres.

José Tarrazó:

—Sí, hablamos el otro día de esto. Yo creo que la mujer no ha sido valorada en su justa valía. La mujer como alma es igual que el hombre, pero hemos sufrido, por así decirlo, la agresión de ese patriarcado en detrimento de un matriarcado, y entonces resulta que las mujeres, en muchas ocasiones, han sido objeto de ciertas cosas, de ciertas manipulaciones.

»Creo que está desarrollándose en el planeta una conciencia femenina, no me refiero a las feministas, sino a una conciencia femenina de aquellas mujeres que se están dando cuenta de que tienen un valor insospechado. Y los hombres no tendremos más remedio que reconocer y justipreciar ese valor de la mujer.

»Creo que con esta conversación tendremos que hacer un justo homenaje al valor físico y espiritual de la mujer, porque todos los seres humanos en un determinado momento hemos sido mujeres también.

Presentador:

—Hemos nacido de la mujer.

José Tarrazó:

—Hemos nacido de la mujer. Solamente pensar en esa gran Matriz Cósmica que es la creadora de todo aquello que está en el espacio, y el espacio es infinito; solamente pensar que dentro del feto materno existe algo espiritual, algo divino, aunque ese ser luego nos dé muchos quebraderos de cabeza. Pero esa mujer tiene un valor inmenso.

Presentador:

—Si nos damos cuenta, en este sentido, pues… los hombres hay que decir que vivimos protegidos, de una manera u otra, por las mujeres en distintas etapas de la vida.

José Tarrazó:

—Sí. La mujer es la otra parte dual del hombre, es decir, que entre los dos se hacen uno, y dentro de esta mujer pues existe una grandeza, una belleza enorme. Y que, si nosotros pensáramos muchas veces en los problemas de una pareja, los problemas de una sociedad, engendrados por un desequilibrio más de carácter mental y psicológico… que dentro de estos dos seres existe la creación, existe este cuarto reino, este cuarto poder, tendríamos que ver que no habría tantos conflictos como existen, porque el pensamiento y el cuerpo mental, a veces, van más allá de la bondad de estos dos seres.

»Y creo que tendríamos que pasar a la parte mental de este plano, para terminar aquí, en estos planos…

Presentador:

—Recordemos que ha sido divino, luego voluntad y luego intuición…

José Tarrazó:

—Sí. Y vamos a pasar al cuerpo mental. El cuerpo mental de los seres humanos, igual que el cuerpo mental del sistema, están correlacionados. Los mismos planos están tanto físicamente como espiritualmente.

»Decía Hermes Trismegisto, el tres veces grande, que aquel ser, aquel avatar que era (hoy aún sus manuales están muy perseguidos por su gran saber y por su gran poder) «igual es arriba que abajo, igual es abajo que arriba»… es decir, que el ser humano es un reflejo de lo divino, es un ser, como hemos dicho tantas veces, un cosmos en potencia. Entonces, en ese plano mental del ser humano, en esa unidad mental del ser humano, muchas veces el ser humano solamente piensa, es mente, pero ha perdido la conexión con lo intuicional, ha perdido la conexión con lo divino, ha perdido la conexión con lo monádico, y entonces tendríamos que conectar estos tres planos superiores con el plano mental, ese plano que nos sirve para manifestarnos, ese plano que nos sirve para trabajar continuamente y para comunicarnos. Pero en muchas ocasiones el hombre no pasa de ese mental. Y cuando un ser es mental puede tener una sabiduría aprendida, pero no una sabiduría divina. El hombre puede tener estas dos sabidurías, la humana y la divina. Habría que aprovecharse de ese mental, de ese intuicional, de ese monádico y de ese divino para crear el hombre perfecto. Ese hombre que conjuga todos estos cuerpos y todos estos planos.

Presentador:

—Será el superhombre o superman.

José Tarrazó:

—Pues sí, el hombre es en parte una partícula de Dios, no es nada extraño que ese hombre pueda llegar a tener esa voluntad superior para estar conectado con todos esos planos, de lo superior a lo inferior.

Presentador:

—En el sentido filosófico, nos imaginamos que ocurrirá lo mismo, pues hay hombres que desarrollan unas facultades más que otras. En uno predomina más lo físico que lo mental, en otros más lo mental que lo físico. Y sin duda alguna también esas facultades filosóficas las desarrollará de diversa forma.

José Tarrazó:

—Por supuesto. El ser humano, a medida que va evolucionando… tendríamos que pensar en ese ser humano, en ese principio del ser humano del cual hablamos en una ocasión cuando hablábamos de las razas y las subrazas.

»El hombre está constituido, como ustedes saben, por el mineral, el vegetal, el animal y el humano, y entonces ¿qué es lo que más prima en los seres humanos? No en todos, pero se manifiesta a veces más la parte animal, otras veces predomina más la parte vegetal, es decir, así sucesivamente iríamos escalando esta escalera infinita y cósmica, y veríamos cómo las reacciones del ser humano se desarrollan a través de las partes de estas energías de las que hemos hablado en anteriores emisiones, en las cuales vemos las características, los defectos y las facultades de los seres humanos.

»Podríamos hacer una evaluación, sin ánimo de que nadie se considere ni superior ni inferior, y ver cómo se manifiesten estas cualidades del ser humano. Por ejemplo, de una persona que a veces tiene unos arrebatos o que tiene unas conductas esquizofrénicas, o que tiene unos desequilibrios determinados, entonces esto podríamos emplazarlo dentro de estos contextos de los distintos planos, y de ahí, que los distintos chakras de energía, desde abajo hacia arriba, como habíamos hablado anteriormente, se reflejen y capten con más sutilidad estas energías.

»Es decir, a medida que el ser humano va evolucionando, va transmutando estas energías. Se dice que los tres inferiores transmutan a los cuatro superiores. ¿Qué quiere decir esto? Que las energías inferiores son transmutadas hacia los cuatro planos superiores o hacia los cuatro chakras superiores, y de ahí que entendamos el proceso evolutivo del ser humano.

»Esto que estoy diciendo no solo sirve para el ser humano, sino para todo el cosmos. Es decir, que todo es una cadena, todo tiene la misma evolución. Cuando un destello crea distintos planetas, distintas estrellas, distintas formas en el espacio, por supuesto que su origen es material, pero, a medida que van evolucionando a través de esa conciencia solar (estamos hablando de la conciencia solar, estamos hablando de lo superior) esos elementos se van puliendo, se van magnificando. Y ahí, por ejemplo, que pudiéramos aplicar aquí cómo se pule ese diamante. Podríamos decir que la explosión de un diamante sin pulir crea una galaxia y al hombre le ocurre lo mismo, el hombre se va puliendo día a día a través de crear esas cualidades que están en su interior.

»Recuerdo en una ocasión que se juntaron los dioses, y estos dioses querían ver dónde escondían al dios superior, a ese logos solar, para que el hombre no le hiciera daño. Y entonces cada dios propuso esconderlo en un determinado lugar, pero era alcanzable a la mano del hombre. Y uno de esos dioses dijo lo siguiente: vamos a esconder a Dios, a esa partícula divina, en el mismo hombre, donde no lo encontrará. Cuando lo encuentre será como una parte de Dios. Creo que esto es algo maravilloso, creo que esto es algo transcendental y creo que el ser humano tiene tantas cualidades buenas como malas, pero que, día a día, tiene que ir engarzando esas piezas para que la parte negativa, la parte ruda de ese diamante que llevamos en nuestro corazón, o ese átomo permanente, espiritual, sea lúcido como el diamante de las mil caras.

»Creo que esto es algo que el hombre puede llegar a comprender, ese plano emocional, ese plano físico, ese plano mental, ese plano intuicional, ese plano espiritual, ese plano monádico y ese plano divino, que creo que es la culminación de los seres humanos.

»Me preguntarán, ustedes, ¿y cómo se pueden crear seres así? Es decir, si pensáramos por un momento que existen planetas habitados por estos seres… existen planetas, y esto no es ciencia ficción, esto es una realidad, de ahí que los determinados seres de la jerarquía planetaria y solar hayan sido seres que están en esa evolución, están en las evoluciones superiores y regentan todo el cosmos.

»Es decir, esto es algo que está ahí y creo que, a través de la pantalla, día a día, se han ido haciendo unas determinadas exposiciones de estas cosas. Hay películas en las cuales, si tuviéramos estos pequeños conocimientos que estamos expresando aquí a través de la radio, nos daríamos cuenta de este algo superior del ser humano, de estos planetas, y de todas aquellas cosas que en realidad son superiores.

Presentador:

—Bien, pues el tiempo se agotó. Creemos que la explicación de José Tarrazó, como decimos muchas veces, pues, sobran las palabras. Y sobre lo que ha dicho, si a ustedes les gusta lo que ha comentado, pues intenten encontrarse a sí mismos, que sería esa frase famosa: Nosce te ipsum. Y, sin duda, a lo mejor dentro hay un diamante en bruto a punto de pulir.

»Gracias, y hasta la próxima semana.

José Tarrazó:

—Muchas gracias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Subir