El Miedo (I)

Presentador:

—Buenas tardes, bienvenidos a una emisión más del programa «Proyección 2000». Hoy vamos a hablar de un tema importante que José Tarrazó ha preparado con sumo interés, y es el miedo, algo que nos acosa y corroe a muchos de nosotros en los momentos más inoportunos, ¿no es así?, José Tarrazó.

José Tarrazó:

—Sí. Buenas tardes.

Presentador:

—También contamos con la presencia de nuestro compañero L. O.

L. O.:

—Buenas tardes.

José Tarrazó:

—Bueno, vamos a empezar con este tema. Durante algunas emisiones radiofónicas habíamos hablado un poco del miedo, pero no habíamos estructurado un temario adecuado para ver la importancia que tiene esta situación psicológica.

»El miedo es un egregor planetario. Ustedes se preguntarán, ¿qué es esto? Es el producto de una psicosis de las mentes de los hombres, esa psicosis que nosotros mismos estamos proyectando en tantas ocasiones hacia cosas imaginarias. En esta gran letanía de miedos, pues podríamos hablar del miedo a la soledad, miedo a la oscuridad, miedo a la enfermedad, miedo al dolor, a la muerte, a los problemas sociales, a lo oculto y desconocido, al ridículo, a la vejez, al futuro, al cambio de actitudes y a la inseguridad. O sea, que podríamos enumerar muchísimos más conceptos del miedo, pero creo que es interesante que todos nos planteásemos por qué tenemos miedo, esta es la pregunta que nos tendríamos que hacer.

»En muchas ocasiones entramos en una habitación que está a oscuras y tenemos una determinada sensación, no es que exista tal sensación en la habitación oscura, sino que somos nosotros la sensación, somos nosotros los que entramos predispuestos a entrar dentro de esa situación de la oscuridad, y entonces tenemos miedo a esa oscuridad.

»El origen del miedo es antiquísimo, es decir, que los hombres, en un principio, en un origen, cuando empezaron a desarrollarse como tales, en su conciencia no tenían esa situación de miedo. Esa situación de miedo fue produciéndose a partir de ese momento en que los seres humanos utilizábamos, podríamos decir, esta arma del miedo para sacar un rendimiento del orden que fuere, y entonces es cuando los hombres empezaron con el miedo.

»El miedo ha sido esa situación creada psicológicamente que ha dado un rendimiento negativo a los pueblos y a las naciones. Cuando hablamos del miedo de la enfermedad, o hablamos del miedo de la guerra, o hablamos del miedo de las necesidades más elementales, es porque hay una parte de la sociedad en la cual vivimos y nos desarrollamos que tiene interés en que el ser humano tenga miedo.

Locutor:

—Yo preguntaría simplemente un aspecto. Sobre todo, en la educación siempre ha existido el miedo como algo preponderante de cara al niño, y el susto. Es decir, si no haces esto, te pasará lo otro, y se hace de cara a que el niño tenga miedo. Y, por otro lado, otro pensamiento que existe es que el miedo es buen consejero, porque muchas veces cuando se produce una temeridad o alguna persona pues se pasa en algo, se dice: «Si hubieras sido miedoso esto no hubiera ocurrido».

José Tarrazó:

—Habría que distinguir estos dos aspectos. El aspecto del miedo que conlleva en sí, podríamos decir, una frustración hacia los seres humanos, y otra cosa sería el que creamos nosotros cuando estamos diciéndole a los niños, o a los mayores, que van a tener miedo de esto o de lo otro, porque estamos agrandando esa situación psicológica. Creo que sería más interesante que habláramos a los demás no con miedo, sino como una prevención de lo que puede ocurrir, o de una intuición de lo que puede ocurrir. Pero simplemente hacer miedo, no, porque entonces resulta que las personas estamos afectadas psicológicamente. Esta situación que hemos planteado al principio, de que el miedo es una especie de egregor flotante sobre el planeta, es tan negativo, que decíamos en una emisión que cuando los seres humanos no tengamos miedo, estaremos dentro de un planeta que será un paraíso.

»¿Por qué tenemos miedo?, porque tenemos unos conceptos quizás no lo suficientemente desarrollados, y entonces es cuando tenemos miedo a las cosas. ¿Por qué tenemos miedo a la soledad? Si pensáramos que la soledad no existe, que, aunque no tengamos personas a nuestro alrededor, pueden existir lo que llamaríamos filosóficamente, o en las religiones, los devas o protectores invisibles.

»¿Por qué tenemos miedo? Es decir, esto son conceptos educacionales que se han explotado en demasía. El miedo a la enfermedad. ¿Qué es la enfermedad? Tendríamos que preguntarnos cuando tengamos miedo a la enfermedad. Es una causación de efectos anteriores, de un pasado o de un presente, y que se manifiestan a través de este organismo físico que tenemos, que en unas ocasiones son heredadas y en otras ocasiones son los problemas psicológicos los que engendran las enfermedades. Ya decía Platón que “Toda enfermedad tiene su asiento en la mente”. Entonces, si nosotros pensáramos que, en nuestra mente, al desarrollar una cantidad de ideas, no deberíamos tener miedo, sino simplemente tamizarlas, darles la vuelta. Y al darle la vuelta nos daríamos cuenta de que ese miedo no existe. Somos nosotros el miedo y los protagonistas del miedo.

Presentador:

—Bien, yo casi me atrevería a decir que el miedo, el miedo a cualquier cosa, es producto de la ignorancia. Realmente pienso que a través de la ignorancia es cuando se suscita ese miedo, y se suscitan una serie de supersticiones, no sé si se podría decir…

L. O.:

—Lo que yo pienso es que habría que distinguir dos tipos de miedo. Ese miedo de la ignorancia, porque lo desconocido siempre produce ese miedo. Y por otro lado, ese miedo a realizar una labor o a efectuar algo. Más que miedo, diría que es un miedo respetuoso, ese respeto que impone algo, ¿no?

Presentador:

—Bueno, yo a lo mejor lo que podría diferenciar sería la falta de confianza, la falta de confianza también produce miedo en ocasiones…

José Tarrazó:

—Exactamente. Miedo al cambio de actitudes. Cuando estamos predispuestos a cambiar ciertas actitudes, ciertos errores, o ciertas cosas que nosotros nos aferramos a ellas. Y a lo mejor creo que sería mucho mejor el que nosotros, en ese cambio de actitudes, viésemos la parte positiva. Es decir, nos cuesta mucho a veces arrancarnos de ciertos vicios, en el orden que sean, tanto mentales y psicológicos como de cualquier carácter, y entonces es cuando nosotros tenemos miedo al cambio de actitud. Cuando se cambia es porque hemos desterrado esa parte del miedo.

»El ser humano está en continuos cambios, a veces ni nos damos cuenta, pero se origina, se transmuta en los seres humanos una cantidad de cosas, y se tamizan a través de la experiencia de los años.

Presentador:

—Yo quería entrar en materia porque creemos que José Tarrazó quiere abordar este punto, ya que el programa se llama «Proyección 2000», y es el hecho de cómo nos encontramos precisamente en una época de cambios importantes —en un período donde se van a pasar crisis en distintos aspectos, como hemos enumerado en anteriores programas—, quizás esto favorezca el crecimiento de los miedos. Porque cuando el ser humano se encuentra cómodo y seguro en una situación, o cree que está seguro en esa situación, parece que no florecen los miedos. En cambio, cuando se produce esa situación de constantes movimientos o continuos cambios, da la impresión de que te falta el equilibrio y no tienes dónde poner los pies.

José Tarrazó:

—El miedo en muchas ocasiones, quizás en el noventa por ciento de los casos, está originado por determinados egoísmos. Cuando se carece, en lo posible, de determinados egoísmos, ese miedo ya no tiene razón de ser. Porque tenemos miedo a la muerte, que es un cambio; tenemos miedo a los problemas sociales; tenemos miedo a lo desconocido u oculto… Es decir, ¿por qué deberíamos tener miedo a todas estas cosas? Si las personas estuviéramos predispuestas a esos cambios, y se originan en nosotros esos cambios, lo que ocurre es que nos cuesta mucho el despegarnos de estas cosas, de estos bagajes anteriores, y llega un momento en que hacemos resistencia o, en lenguaje filosófico, tendríamos que decir que nos hemos cristalizado en ideas y formas. Y entonces ocurre que al no romper estas cristalizaciones tenemos esos miedos.

»Una cosa que creo que vale la pena comentar es que el proceso evolutivo de todas las cosas, y aquí englobaríamos el planeta y el completo desarrollo de sus reinos. Todo esto está en continuo cambio. Si está en continuo cambio, y estos reinos no tienen miedo a los cambios, ¿por qué los seres humanos, que somos más inteligentes y que podemos profundizar un poco más, estamos insertos en esta diatriba de los miedos? Es decir, que los psicólogos ven en muchas ocasiones cómo los grandes problemas de las personas están originados por determinados miedos, frustraciones o egoísmos.

Presentador:

—¿Y en el aspecto materialista, se podría decir o pensar que cuanto más se tiene más miedo se posee?

José Tarrazó:

—Normalmente, sí.

Presentador:

—Sí, pero podríamos remontarnos a países tercermundistas, donde quizás el índice de miedo en las personas que se encuentran pues en un estado realmente lamentable, es menor que, por ejemplo, en países desarrollados.

José Tarrazó:

—Se ha observado en estudios psicológicos cómo las personas más acaudaladas tienen más miedo porque viven simplemente a expensas de ese cúmulo de material que tienen o de energías económicas, llámese como se le quiera llamar. Y entonces tienen miedo a perderlas. Tendríamos que pensar que estamos aquí, en el planeta, de paso, y que a veces acumular grandes riquezas o cosas no es lo más factible. Es decir, sí podemos tener unas determinadas economías, unas determinadas riquezas, pero sabiéndolas usar debidamente, porque toda energía, del carácter que sea, tiene que ser distribuida equitativamente y tiene que estar al servicio de los seres humanos. Creo que se ha invertido esta situación en los seres humanos por ese egoísmo, porque cuanto más se tiene más se quiere.

»Yo recuerdo que decía en una ocasión que no es más rico el que tiene sino el que se conforma con lo que tiene. Y entonces, a partir de esta base, uno puede ser inmensamente rico culturalmente, espiritualmente, del orden que sea, más que aquellos que acumulan o amasan grandes fortunas.

L. O.:

—Bueno, yo lo que quería decir es que, por una sencilla razón, cuando no se tiene nada, ya no hay nada que perder. Entonces, difícilmente puedes tener miedo a perder algo que realmente no tienes.

Presentador:

—Puedes perder la vida, por ejemplo.

L. O.:

—Es que la vida se puede perder en cualquier momento, o sea, con lo material y sin lo material. lo que quiero decir es lo siguiente, y es que a mí me da la impresión de que estamos enfocando un poco el tema en el miedo material, es decir, miedo a no tener esta serie de comodidades o esta serie de servicios, o no sé, o esta serie de beneficios. Y creo que el miedo es algo más amplio y ante todo yo diría que el miedo es algo de lo que realmente el ser humano no ha evolucionado de una forma positiva. Porque adentrándonos casi desde cuando el hombre cazaba con el hacha de piedra al ciervo por las montañas, continuando por la Edad Media, que entonces digamos eran otro tipo de miedos… Y hoy en día se sigue teniendo miedo, tenemos miedo a la central nuclear, tenemos miedo a la inseguridad ciudadana, que está a la orden del día… En fin, otros tipos de miedos, pero seguimos teniendo nuestro miedo.

Presentador:

—Yo, vamos, no es que quiera rebatir lo que ha dicho L. O., pero creo que el miedo tiene mucho que ver con lo material, o con lo real, ya que José Tarrazó ha indicado que hay personas interesadas en que el miedo exista, y está el caso de intereses económicos que hacen que no desaparezca el miedo. Y volviendo a la Edad Media, ahí se puede ver claramente el papel preponderante que tuvo el miedo para poder dominar o subyugar una sociedad.

L. O.:

—Bueno, quizás ha sido todo manipulado para que efectivamente el ser humano tuviera miedo y estuviera sujeto a una serie de condiciones, pero es que hoy en día a cualquier persona, rica o pobre, se le ponen los pelos de punta pues simplemente el pensar en una cierta cosa, o sea, y pues no importa la condición económica de cada persona, sino que hay cosas todavía que nos dan muchísimo miedo: el miedo a la muerte, el miedo al dolor… por ejemplo, cosas incluso, bueno, aparentemente más sencillas y que hoy ya cerca del año 2000 las teníamos que haber superado… no sé, el simple hecho de pasar una noche oscura en las puertas de un cementerio, pues te coge uno un escalofrío. Eso es algo que me sucede y creo que le sucede a los, y no importa tener dinero, o no para eso.

Presentador:

—Yo no sé lo que José Tarrazó opina al respecto, pero yo pienso que el miedo social, los efectos del miedo social quizá no sean tan terribles o tan impactantes como ese miedo a estar en el cementerio, pero a larga son más nocivos. Lo digo porque ahora se me viene a la cabeza el miedo que vivieron los primeros trabajadores de la era industrial, hasta que hubo un momento que aquello se desbordó y se dieron cuenta de que no podían estar en los telares encadenados con grilletes, y vino, por ejemplo, esa primera manifestación y esa huelga. Creo que cuando se produce una rebelión al miedo, se consiguen grandes logros.

José Tarrazó:

—Creo que nosotros intentamos proyectar hacia el futuro esa proyección 2000, y creo que hay un miedo al futuro. Pero yo diría que ese miedo al futuro es por el desconocimiento de los grandes avances y de los grandes cambios psicológicos y humanos que van a desarrollarse en este período que hemos entrado en el planeta. Hemos hecho referencia en muchas emisiones a las distintas avanzadillas que se están produciendo en todos los campos planetarios, y vemos cómo esos miedos que hace años atrás eran algo muy impactante en la sociedad, hoy no es así. Es decir que se está desmontando esa psicosis de miedo, porque las personas cada día pensamos más racionalmente y entramos dentro de una dinámica diferente en estos aspectos.

»Cuando se habla, por ejemplo, del miedo a la muerte, ¿por qué se tiene miedo a la muerte? En Occidente y en Oriente hay dos conceptos totalmente diferentes. La muerte es un paso a otra dimensión, entonces, no hay que tener miedo porque sucede cada día que vivimos esa situación de la muerte cuando dormimos. ¿Por qué se tiene miedo a la vejez? Si todos tenemos que envejecer. ¿Por qué se tiene miedo a la inseguridad de las cosas? Es decir, que tenemos unos conceptos burgueses, por decirlo de alguna manera, los cuales tendríamos que pararnos a pensar que el ser humano en cada existencia tiene un desarrollo totalmente diferente.

Presentador:

—Yo creo que esos conocimientos burgueses, y heredados de alguna forma del pensamiento científico de épocas anteriores, porque ese cientifismo que decía que solo era cierto lo que se veía, y quizás de ahí que la gente se quede con lo que ve, con lo que siente y con lo que experimenta, pero no quiere ir más allá. Y ese desconocimiento ocasiona el miedo.

José Tarrazó:

—Científicamente, e intuicionalmente, que es otro concepto que tenemos que remarcar, porque resulta que el proceso intuitivo nos da un atisbo de luz para proyectarnos hacia el futuro. Es decir, que vemos que las nuevas generaciones que están sustituyéndonos a nosotros, y esto también lo hemos dicho en distintas ocasiones, se dan cuenta de que ese miedo tiene que desaparecer. El ser humano para encontrar…, para ser un poco más felices, tenemos que ver las cosas con un optimismo diferente del que vemos ahora. Es decir que las condiciones sociales, las condiciones económicas, las condiciones sanitarias, las condiciones de la educación y todo aquello que conlleva el desenvolvimiento de los seres humanos tienen que cambiar. Estamos ante una expectativa diferente de cambios, estamos en una época en la que los cambios se están sucediendo a la velocidad de la luz.

»Entonces, a medida que vayamos avanzando, nos daremos cuenta de que todos estos miedos que hemos enumerado, que son un espejismo planetario que concurre en esa psicosis planetaria, tienen que desaparecer. Es decir, que estamos viendo por todas partes cómo las personas jóvenes, y esto quizás nos abra un poco los ojos, tienen menos miedo a las cosas. Y tendríamos que poner un énfasis, una visión futurista. Si nos recreamos, como hemos dicho tantas veces, en el pasado, veremos que hay unos grandes nubarrones en el aspecto histórico, y nosotros tenemos que hacer una proyección, una visión hacia el futuro, en la cual, a medida que se avance en todos los campos, veremos que existe más claridad, más luz, porque todos los seres humanos seremos más conscientes. Y este problema del miedo tendrá que ir desapareciendo poco a poco.

Presentador:

—Bueno, pues ojalá que desaparezca poco a poco. La verdad es que yo en este momento tengo mis dudas, esta es la pura verdad. A lo mejor, José Tarrazó, lo que sucede es que la ignorancia es muy atrevida, a veces es tan atrevida que al ignorar lo que te puede suceder, eres casi, casi, temerario. Y cuando tienes consciencia de la realidad a lo mejor tienes tus temores, indudablemente motivados porque conoces lo que realmente puede suceder. O sea, que aquí habría una doble visión: miedo por desconocimiento y miedo por imprudencia (o ser valiente o ser optimista por imprudencia).

L. O.:

—Yo quería agregar dos cosas, una es que creo que es una mala solución que hace el ser humano, por lo menos el que se vive en esta época en cuanto al miedo, y es que al tener que realizar una serie de labores y no llegar a ello, la solución es acelerar el cuerpo, ir más aprisa y llegar al estrés, cayendo en una gran enfermedad. Eso, por un lado, y, por otra parte, y todo hay que decirlo, yo creo que el ser humano, y es quizás el error más grave, es que le gusta el miedo, le gusta tener miedo, disfrutar de esa sensación.

José Tarrazó:

—Me gustaría contestar dos cosas. La primera es que cada día habrá menos ignorantes y a medida que las personas seamos más cultas habrá menos miedo. Es decir, en todos los países del mundo se tiende a que las personas tengan una enseñanza diferente. Aún tendrán que cambiar mucho los métodos de enseñanza, pero, sobre todo, a medida que la ciencia, los medios de comunicación, que hoy nos acercan de unos países a otros —que es una cultura, no deja de ser una cultura el que hoy estemos escuchando cualquier emisora de cualquier parte del mundo y se intercambien ciertos conocimientos—, harán que las personas, al ser menos ignorantes, tengan menos miedo, porque la ignorancia es la madre del atrevimiento, como tú decías antes.

»Hay otra cosa, y es el miedo al ridículo. ¿Cuántas personas tienen miedo al ridículo?, este es un espejismo que habría que desterrarlo. Cuando una persona hace algo desinteresadamente, sin egoísmo, no tiene por qué caer en esa situación de ridículo. ¿Por qué?, ¿ridículo a qué? Es decir, uno podría tener esa complejidad de ridículo cuando está haciendo una cosa mal, pero cuando una persona está obrando en conciencia, cuando una persona se manifiesta espontáneamente tal cual es, no tiene por qué tener miedo a ese ridículo. Es decir, habría que partir de la base primaria y es que el miedo está provocado por unas condiciones podríamos llamarlas de intereses X. No vamos a decir cuáles, sino que cada uno vea cuáles son esos intereses que incitan al ser humano a ese miedo, a esa situación, a esa psicosis y a esas enfermedades psicosomáticas que son las que en realidad están creando grandes problemas en la sociedad que estamos viviendo.

Presentador:

—Es que da la impresión, y se puede comprobar en muchas ocasiones con ejemplos múltiples, de que el miedo impide el total desarrollo del ser humano.

José Tarrazó:

—Sí, es un freno, el miedo es un freno para que las personas nos desarrollemos de tal o cual manera. Cuando uno está, por ejemplo, en una empresa realizando un trabajo y te dicen que si no haces esto te vas a quedar sin salario… pues hay una determinada amenaza de miedo. Y entonces, claro, como todos deseamos vivir y todos queremos llevar el ritmo de vida que se nos ha planteado en esta sociedad de consumo, pues resulta que tienes miedo a eso. Haría falta a veces tener valentía para romper esos tabús o esas situaciones de miedo.

»Igual que el miedo al dolor. El dolor está originado por un desequilibrio energético en el ser humano, lo que se llamarían las enfermedades, pero cuántos dolores no están originados por eso sino por una psicosis de envidias, malicias o de complejos de inferioridad. Creo que valdría la pena hacer esta reflexión y ver en realidad que el ser humano es capaz de superar toda esta situación psicológica del miedo.

»No puede ser que una situación que perdure, porque en tanto en cuanto exista el miedo en el planeta, existan estos egregores planetarios que son un cúmulo de energías de miedo. Pues al igual que existe la luz, existe la sombra. Cuando hayamos destruido por nuestra propia naturaleza de hombres estos miedos, el planeta tendrá una evolución diferente a la que tiene ahora. Creo que es el momento en que reflexionemos y veamos si el miedo verdaderamente existe porque nosotros lo hemos creado y lo hemos impulsado.

L. O.:

—Bien, yo quisiera poner dos ejemplos en cuanto al miedo. Por ejemplo, yo hace pocas fechas leí una frase de una persona que había hecho un intento bastante importante y que no lo había conseguido, y le preguntaron que, si se sentía fracasado, y él respondió que no, que no se consideraba fracasado y que solamente fracasaba aquella persona que tenía miedo al fracaso y no lo intentaba. Y, efectivamente, no fracasa el que intenta hacer algo y no le sale como quiere o como quieren los demás. Fracasa… el fracasado es aquel que por el miedo a fracasar no lo intenta.

Presentador:

—Yo es que iría más allá, y diría que, si uno no tiene miedo, no existe el fracaso.

L. O.:

—Exactamente. Y luego, hace muy pocas fechas también, en televisión tuve la ocasión de ver la película El bosque encantado. Pues en ella, a consecuencia de la ignorancia y la superstición de una zona muy concreta de nuestra geografía, precisamente en ese bosque estaban representados dos tipos de miedos. Estaba el bandido, el ladrón y estaba el miedo espiritual, lo que se llamaba la santa custodia. ¿Quién es el que se atreve a cruzar el bosque? Pues se atreve a cruzar el bosque el sacerdote del pueblo, ¿por qué?, porque por un lado conoce al ladrón, al bandido, y por otro lado conoce perfectamente la trama de la santa custodia.

Presentador:

—Ahí vamos a lo que ha dicho con anterioridad, José Tarrazó, de que el miedo a veces defiende intereses creados.

José Tarrazó:

—Exactamente. Las personas que no se consideran fracasadas es porque son persistentes en sus trabajos, es decir, que a veces los seres humanos quieren realizar una obra, la que sea, de investigación, de literatura, de mejoramiento en nuestras condiciones de trabajo, y si son persistentes… Es como aquel estudiante que va a la universidad a examinarse y le están cateando continuamente, existe una serie de problemas que esta persona sabe, conoce, pero que dentro de esta sociedad resulta que las zancadillas no paran. Pero si persiste, esta persona no se verá fracasada. Su voluntad, la voluntad de todos los seres humanos, tiene que estar por encima de todas estas cuestiones que hemos enumerado. Considero que todas las personas somos capaces de producir la parte positiva de lo que no es miedo, de la seguridad dentro de las condiciones de vida en las cuales nos desarrollamos y tenemos nuestro ser.

Presentador:

—Y, para terminar, porque ya estamos a punto de llegar al final del programa, muchas personas se preguntarán, ¿cuál sería el consejo o el modo de eliminar ese miedo que todos tenemos?

José Tarrazó:

—Es una psicología la que hay que aplicar en todos los seres humanos, es decir, que todos tenemos un potencial para poder ver las cosas desde un punto de vista positivo o negativo, y que cada uno de nosotros nos lo planteamos de una manera. Cada uno tenemos que ser nuestra parte positiva y nuestra parte negativa. Y dentro de esta dualidad, somos capaces de ver las cosas desde el punto de vista más altruista y futurista.

Presentador:

—Muchísimas gracias a José Tarrazó y a L. O. por esta interesante conversación sobre el miedo en el ser humano.

José Tarrazó:

—Gracias. Buenas tardes.

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