Amistades y Amigos
Presentador:
—Contamos como siempre con la presencia de nuestro invitado José Tarrazó, que va a hablar sobre las amistades y amigos. Buenas tardes.
José Tarrazó:
—Un día más estamos aquí con todos vosotros para continuar en este ciclo de ideas y de «Proyección 2000» en las conversaciones filosóficas. Y como el tema es sociológico, pues he hecho una pequeña estructuración de todo lo que al ser humano concierne.
»Hoy hablaremos de las amistades y los amigos. Creo que es algo que nos concierne a todos, los amigos y las amistades. Es algo que hay que seleccionar, porque no todos los conocidos son amigos, sino que cuando se habla de esas amistades profundas y de estas personas en las cuales tenemos una determinada confianza, unas relaciones humanas, unas correctas relaciones humanas, pues es un campo interesante para todos, para que nos desenvolvamos cada día con mayor cordialidad y que entremos dentro de esta dinámica de la influencia de los vehículos afectivos y mentales y de todo aquello que pudiera ser un núcleo de convivencia social al mismo tiempo.
Presentador:
—¿Las amistades, o la historia de las relaciones entre los seres humanos, han variado con el paso del tiempo?, es decir, por ejemplo, ¿una amistad entre dos personas en la Edad Media era muy distinta a la amistad actual?
José Tarrazó:
—Era totalmente distinta. Hay unos datos interesantes a este respecto, y es que las amistades, muchas personas a veces son amistades, de interés que se llaman. Es decir, que una cosa es la amistad, el amigo, en los cuales hay una relación más profunda que puede llegar a crear un núcleo incluso familiar, incluso a poder confiar unas personas con otras. Esto sería el ideal. Y otra cosa son aquellas amistades o amigos que solamente podríamos decir que son los que están en el bar, o los que están en otros núcleos, y entonces esto no se llaman amistades, eso es, es decir, un afecto, es por una afinidad determinada, por determinadas cosas. Una persona puede ser amigo, podríamos hablar por ejemplo de los cazadores, o de los que conectan en el futbol, o los que están en una comparsa, etc. Y habría que diferenciar muy bien esta situación, porque lo importante sería que esa amistad fuera una amistad prolongada, duradera y hacia una proyección de futuro. Es decir, que tuviéramos esa sinceridad, que es importante en estas amistades. Y que luego, pues, esas amistades no se convirtieran, por determinadas cosas o intereses, o a veces por ciertas chismerías, como hemos dicho en otras ocasiones, en personas que en un momento te están dando la cara y en otro momento estas personas son totalmente lo contrario, tanto en estos ámbitos que hemos ido nombrando antes, como en los ámbitos políticos, etc.
Presentador:
—De todas formas, sucede que grandes amigos, o si ya nos metemos con gente vinculada al mundo público, a personas públicas, pues que son grandes amigos o que se ve que prevalece una gran amistad, como que se encuentran muy unidos, y de golpe y porrazo pasan de ser grandes amigos a grandes enemigos. ¿La amistad puede derivar en enemistad, o por el contrario son solamente ese tipo de amistades en las que prevalece el interés más que el respeto mutuo?
José Tarrazó:
—Es decir, tiene que haber una solidaridad en la amistad, tiene que haber una armonía en esa amistad y, quizás, tengamos todos una falta de preparación interna para que esa amistad se solidifique y sea una amistad amable, y sea una amistad que pueda llegar más allá de lo que a veces pues ocurre en las familias y en estas cosas, cuando la amistad es una amistad desinteresada. Y cuando es una amistad sincera, tiene que prevalecer, ante todo.
»Dos personas pueden discrepar en un tema determinado, en el tema de la cultura, en el tema de la política, o en el tema de los deportes, pero por encima de esa discrepancia tendría que haber un objetivo, y es el objetivo de que la amistad tiene que estar encima de estos condicionamientos mentales, o de estos condicionamientos psicológicos, que a veces nos llevan a romper esas amistades, las cuales podrían ser el principio, el núcleo de una proyección hacia una visión totalmente diferente de lo que los seres humanos tenemos ahora.
Presentador:
—Quizás en la sociedad actual prolifere con demasiada facilidad el hecho de entablar amistades, ¿no? Lo decimos puesto que la gente joven es muy fácil que en un fin de semana, saliendo por ahí a algún lugar de asueto, de ocio, nada más entrar a un establecimiento público, pues pueda entablar amistad, que se dice, entablar amistad, con cualquier persona. Y quizás la sociedad está degenerando de alguna forma el término «amistad», ya que hoy en día prevalece la amistad social, la interrelación por una serie de intereses, como ha comentado muy bien José Tarrazó, que esa amistad, que a lo mejor se nota más después de años, ¿no? Es decir, ¿vamos degenerando en cuanto a la amistad?, ¿estamos perdiendo los valores intrínsecos de la amistad?
José Tarrazó:
—En una parte de esta generación nuestra posiblemente sí, pero hay que tener en cuenta que los jóvenes de hoy en día tienen una visión diferente de lo que es la amistad de las personas como somos nosotros, de nuestra edad o de personas aún más mayores. Y si nos remontáramos más atrás, entonces aún veríamos un abismo más grande. Es decir, que los jóvenes tienen, sin menos protocolo, sin menos, no sé, a lo mejor, hipocresía, tienen una amistad diferente.
»La interrelación de las personas en los grupos humanos es interesante, porque el conocerse y el estimarse, y el crear ese núcleo, ese vínculo de interrelación, es algo fundamental para que las futuras generaciones vean que las personas somos como tales, no como muchas veces nos vemos ahora, bien porque cualquier cosa. Por ejemplo… aquella persona que lleva ese traje, aquella persona tiene un coche tal… y entonces se rompe ese núcleo fundamental de amistad y de amigos.
»Creo que es importante el tener presente que, dentro de los grupos humanos, dentro de las personas, dentro de las instituciones y dentro de los ideales, tiene que prevalecer sobre todo esa sana amistad, que no sería ni más in menos que una interrelación psicológica, una interrelación de valores. Es decir, cuando dos personas están dialogando, vemos que las dos aportan grandes cosas a ese diálogo, sin que las personas lleven intrínsecamente dentro algo de egoísmo, algo de querer ser más que el otro, sino que los valores humanos tendríamos que verlos bajo un punto de vista diferente. Es decir, que todos, absolutamente todos, tenemos esos valores, y que cuando los intercambiamos estamos creando un núcleo de equilibrio.
Presentador:
—¿Qué papel juega en la amistad, por ejemplo, el respeto, el amor?
José Tarrazó:
—Sí, son dos puntos interesantes. El respeto es muy importante. Cuando una persona no tiene respeto a otra, está violando una ley, es decir, está ingiriéndose dentro del campo de otro. Es muy bonito que este diálogo se desarrolle a través de esa distensión, es decir, que por encima de que yo no comparta contigo, o con otra persona, una serie de cosas, que sea respetuoso. Tengo la obligación de ser respetuoso, porque entonces demuestro, o demostramos las personas, que así actuamos en la sociedad, de que por encima de todo tiene que existir ese respeto, que es un valor que tiene muchos quilates. Cuando las personas no tenemos respeto por cualquier cosa, por cualquier circunstancia, estamos haciendo violación a la ley interna.
Presentador:
—Por otro lado, ahora hablaremos de la influencia del amor, porque el amor yo pienso que es un factor muy importante dentro de la amistad.
Lo que pasa es que hay gente que cree que cuando en la amistad está el factor amor, ya no es amistad, sino que pasa a otros condicionantes, que no tienen por qué ser.
José Tarrazó:
—Habría que hacer una definición de lo que es el amor. Porque en realidad, ¿qué es el amor? Cuando existe respeto puede existir amor hacia los demás, cuando no existe respeto no puede existir ese amor. El amor entendido, en otros términos, pues ya saben todos lo que significa, pero estamos hablando de un amor más profundo, más, por así decirlo, espiritual, un amor que abarca todo el contenido de todo lo que vemos y tocamos. Es decir, que no solamente deberíamos tener amor a las personas, que sería la primera base fundamental para que nos desarrolláramos dentro de estas conversaciones dentro de esta amistad, por supuesto que tendría que haber algo más profundo. Que todo lo que tenemos a nuestro alrededor tiene que ser respetado y tiene que ser amado. Yo he dicho en algunas ocasiones, cuando damos un puntapié a un bote, a una piedra, que no nos hemos dado cuenta de que estos elementos, dentro de ellos, dentro de su forma y de su constitución, existen lo que se llaman los átomos. Si un átomo tiene conciencia, está percibiendo que le hemos dado esta patada, o cuando estamos, sin darnos cuenta, haciéndole daño a un animal o a una planta. Entonces hay que tener en cuenta la ley de afinidad en el cosmos. Y por lo tanto nosotros somos parte de este cosmos. Estas leyes están presentes en todos los reinos y tenemos que amar por encima de todas las cosas a todas las cosas. ¿Y por qué no amar a los seres humanos y a los que están más allegados sin un amor egoísta, sino con un amor, podríamos decir, más profundo, más concreto?
Presentador:
—¿Hasta qué punto la amistad contribuye al enaltecimiento del espíritu del ser humano, a ese incremento de la energía del mismo individuo?
José Tarrazó:
—La amistad tiene que ser una amistad altruista. Si tenemos una amistad altruista y consideramos que los demás seres que están a nuestro alrededor tienen esa misma condición, es decir, que los interlocutores, que los seres humanos dentro de los grupos, dentro de las asociaciones, nos lleváramos por ese amor y por ese respeto, muchas veces no habría discusiones, no habría fricciones. Pero existe en los seres humanos algo que se llama interés, sean del orden que sea, sean intereses económicos, intereses de poder, intereses de… podríamos hablar de muchos intereses. Por ejemplo, decir yo sé más que aquel y tengo que pisar a aquel. Es decir, entonces se falta al respeto. En cualquier asociación de personas, de instituciones, a veces no existe ese respeto, existe la imposición de unas estructuras, del orden que sean, que son las que no hacen que las personas razonemos debidamente, y entonces es cuando llegamos a un punto en que se pierde el respeto y en que vemos las cosas mal.
»Creo que las conversaciones de todos los seres humanos, y en este estudio sociológico así lo estamos explicando, tendrían que partir de la base de ese amor y de ese respeto, que son fundamentales para el desarrollo de la sociedad venidera. Es decir, que, aunque creamos que la sociedad que viene está más desaliñada, no tiene determinados conceptos, hay que tener en cuenta que estamos pasando de una cultura a otra cultura, entonces existe lo que se llamaría una fricción entre estas dos situaciones. Creo que vendrá un momento en que la sociedad… en que todos los seres humanos tendremos más claro, y veremos que no existe tanta agresividad como la que hay ahora, habrá un respeto diferente. Y esto es bueno, porque tendremos que ver cómo cambian las cosas, y están cambiando bastante deprisa. Pero hay dos visiones sobre esto, hay la visión de ver las cosas muy pesimistamente y hay la visión de ver las cosas desde un punto de vista más altruista y profundo.
Presentador:
—Yo decía lo del enaltecimiento del espíritu con relación a la amistad porque hay muchas personas que lo explican a su modo, a su forma. Cuando un amigo o una persona allegada, un familiar, quien sea, está viviendo una situación trágica, cuando él de una forma desinteresada, altruista, como estaba diciendo José Tarrazó, colabora de alguna manera, y cuando se produce el desenlace, que normalmente por suerte siempre sale bien, y su amigo sale del problema o puede ayudarle en cualquier cosa, estas personas viven como una euforia interior, da la impresión de que se encuentran felices con algo que le ha sucedido a un amigo suyo y que se ha acabado una situación traumática o un éxito de su propio amigo. Y muchas personas dicen que no saben por qué, pero hay gente que lo busca incluso, de que cuando ayudan a los demás o sobre todo lo viven más que nada con los amigos, cuando pueden ayudar o colaborar con un amigo, dicen que notan como si estuvieran más limpios o con más fuerza de espíritu. ¿Eso es posible?
José Tarrazó:
—Es posible. Eso es un intercambio de energías, es decir, que cuando una persona intenta ayudar a otra persona desinteresadamente… es decir, que todas las personas tenemos conflictos en la vida porque estamos sujetos a la ley de dualidad, y entonces resulta que esta persona puede tener unos dotes, puede tener unas ideas que sean buenas para resolver, para romper este conflicto, del orden que sea, bien si es una enfermedad, bien si es una relación de pareja, bien si hay otras cosas por el medio.
»Cuando la persona que desinteresadamente aporta unas ideas, no digo que aconseje, porque la palabra aconsejar parece que tiene una connotación, y es la de que los otros interlocutores puedan pensar que le está diciendo esto, y esto le coarta un poco. Es decir, se puede hacer una exposición de ideas, pero que nunca las ideas de este amigo, o esta persona, ha realizado con este conflicto o con esta situación, no son ni más ni menos que ese intercambio de energías. Hay una carga y una descarga, hay una interrelación entre distintas energías, y a veces, pues, se ve la luz, podríamos decirlo así, de estas ideas expuestas y entonces se desvanece esa situación. Y al contrario, cuando no existe esto que hemos dicho, ni amistad ni amigos, a lo mejor crean una situación más complicada, crean… incluso hay personas que se alegran de que estas personas estén sufriendo en sus carnes determinadas cosas, y entonces eso es maligno, eso no es altruista, eso es negativo. Podríamos hacer una comparación, y es cuando hay fuego en una hoguera y sabemos que ese fuego es dañino, que puede ser la situación de unas determinadas relaciones o unos determinados problemas, lo que hay que hacer es no atizar la leña para que la hoguera se haga más grande, sino todo lo contrario. Si los demás son felices y pueden ver la luz, automáticamente las personas, o la persona, que les está intentando ayudar tienen una gran satisfacción, que es lo que tú decías, han descargado. Ven que esta persona ha salido de ese atolladero. Y esto creo que es importante.
»Deberíamos tener presente que debería de existir una determinada ética o cultura de saber hasta dónde podemos llegar en estos aspectos, es decir, que no a veces por decir más cosas, por crear un diálogo más profundo o fluido, es que a veces se pueden realizar más cosas. A veces hay que dejar reposar al tiempo y, sobre todo, quitar de delante de estos seres una cosa que se llamaría espejismo. Espejismos porque las energías están interfiriendo a veces en ciertas personas, porque así estas personas se dejan llevar por estas situaciones, y entonces resulta que lo que hay que hacer es dejar reposar esa situación, olvidar a veces esa situación.
»Yo he conocido a personas que han tenido problemas psicológicos y han estado en tratamiento psicológico y psiquiátrico, y ha venido un momento en que no han visto esa luz. Sin embargo, en una simple conversación, en ese intercambio de energías con otras personas, dejando estar a veces ese problema, o hacerse incluso amigo de ese mismo problema… ese mismo problema, por su propia naturaleza, ha estado desintegrado, se ha separado. Porque cuando existe un problema hacemos fricción, hacemos fuerza, hacemos resistencia para que desaparezca rápidamente, pero deberíamos tener presente que existe la ley de causación, que es muy importante, en la cual no sabemos por qué nos viene esa determinada situación, es una situación en la cual no llegamos a comprender por qué ha ocurrido tal cosa.
Presentador:
—Otro tema que también José Tarrazó ha esbozado, comentado un poco, es todo lo relacionado con la amistad. Y es que yo pienso que es muy importante que los amigos o aquellas personas que guardan relaciones amistosas con otras personas, que nunca se dejen llevar o dominar por la personalidad de uno. Que sucede que estamos acostumbrados a ver como en una reunión entre amigos, y lo de «amigos» lo digo entre comillas, siempre es uno el que lleva la voz cantante o es el prototipo, o el líder de ese grupo, y los demás intentan imitar un poco sus características y acompañan al coro. Sería como una actuación operística, con el barítono y el coro detrás, interpretando lo que le toca y esperando el próximo turno. Yo lo digo porque quizás unos de los rasgos, aparte de esa amistad que hemos comentado antes, es que el amigo, o la persona que uno considera amigo, pues pueda rápidamente estar en el otro margen o en la otra orilla. Y por otro lado existe otra deformación que yo creo que a larga es más peligrosa, y es el hecho de que haya un amigo que, sin darse cuenta, esté cogiendo complejos, o esté acumulando una serie de trabas porque se ve en el espejo del otro amigo, y porque da la impresión de que intente imitar su personalidad y ser un sucedáneo del amigo. Y esto a la larga pienso que no conduce a nada y es una amistad posesiva.
José Tarrazó:
—Creo que el mayor beneficio que se podría hacer es que la personalidad de cada persona fuera tal cual es, es decir, cuando la absorción de una persona en la personalidad de otra quiere hacer una imposición a los demás, es porque se ha adentrado en un campo que no es el suyo. Es decir, que una persona puede ser carismática, y se pueden recoger muchas cosas de ese carisma, pero en ningún momento debe imponer su personalidad. La personalidad de cada uno es un patrimonio muy personal. Cuando esta personalidad interiormente está desarrollada, vemos que esa persona puede escuchar a ese líder carismático, pero en ningún momento este líder tiene que interferir en esta personalidad. Entonces es cuando en los amigos existe, lo que decíamos anteriormente, existe este respeto, existe este amor. Es decir, nunca debemos decirle a otra persona cómo debe hacer las cosas y por qué las debe hacer, sino sencillamente podemos sugerirle unas determinadas ideas, pero no introducirnos dentro de su casa. A la personalidad en este momento yo le diría que es su casa, su casa interna y su casa física, es la que tiene que saber todo el mundo que hasta dónde se puede llegar. Cuando no existe este respeto, cuando hay una implantación de la personalidad hacia los demás, entonces me parece que a eso le podríamos llamar egoísmo o intromisión de esta personalidad en la personalidad de los otros seres. Esto ocurre muy frecuentemente porque quizás, en este cambio de era, en este cambio de situaciones, en esta situación psicológica que estamos un poco esbozando, pues aún existe mucho de lo que llamaría «la tendencia pisciana», el paternalismo de las personas, el mesianismo. Es decir, yo soy un mesías, entonces tengo que imponer a los demás lo que yo quiera. Entonces, en esta nueva era, los diálogos de personas adultas… y creo que has asistido a alguna reunión donde has visto que se desarrollaban, con plena libertad y expresión, las cosas, el diálogo, los temas que se trataban. Y entonces, a partir de ahí, no se coartaba la personalidad de nadie.
»No es bueno introducirnos en los demás, sino que los demás tienen unos valores, sean del orden que sean, y que hay que respetar y que hay que acrecentar esa personalidad, pero se la tiene que acrecentar uno mismo, no otro. No se trata de que un profesor tenga que decir a los otros alumnos lo que tienen que hacer. Entonces es cuando las relaciones humanas empiezan a tomar una visión diferente a la que hasta ahora estamos pasando nosotros y muchas personas de la sociedad. Y era aún peor en el pasado, donde ese mesianismo se imponía porque lo que decía el mesías, esa determinada persona, que no era carismático, sino que era un impositiva hacia los demás, creó unos hábitos, creó unas formas mentales, las cuales hemos visto que no han dado lugar a un buen resultado. Prueba de ello es que cada día, en los determinados países del mundo, estamos viendo que existe una apertura de ideas, una apertura de acercamiento. Hemos hablado muchas veces de Naciones Unidas, hemos hablado de los grandes continentes, en los cuales se están interrelacionando ahora más que nunca. Estamos viendo, por ejemplo, en el Mercado Común, en la Europa en la que nosotros vivimos, que las personas tienden a agruparse y a dialogar un poco más que antes.
»Es decir, romper esas barreras, esas fronteras, que a veces nos separaban tanto, creo que es bueno. Y esto es dado a que la sociedad se ha dado cuenta de que la interrelación de las personas, el diálogo —y cuánto más es un diálogo completamente desenfadado, abierto— es más enriquecedor. Esto tiene unas connotaciones que van mucho más allá de lo que las personas actualmente pensamos.
Presentador:
—Esa puede ser quizás la solución o una de las búsquedas de cara a ese futuro, ya que nos encontramos en esa era de Acuario, y quizás una de las premisas de esta era va a ser que va a irradiar una amistad sana, una amistad natural, una amistad abierta, una amistad libre. Se va a eliminar la hipocresía, que, en cierta forma, es la amistad malentendida.
José Tarrazó:
—La amistad mal entendida. La hipocresía es un disfraz que se usa para expresar por la boca una cosa cuando interiormente estamos pensando en otra cosa.
Presentador:
—Ese cambio del egoísmo al altruismo, que se prevé que puede suceder, no se sabe cuándo, pero en esta era de Acuario puede tener sus principales bazas o premisas en la relación de la amistad entre los humanos.
José Tarrazó:
—Hay un hecho muy concreto y es que desde que los medios de comunicación han tenido una mayor difusión, pues los seres humanos hemos estado más expectantes por ver lo que nos decían los demás, es decir, que esto ha sido un enriquecimiento, y esto es una muestra de que ese enriquecimiento, a nivel de la sociedad —la sociedad presente y la sociedad venidera—, tendrá que ser un hecho concreto y consumado que esas relaciones humanas sean unas relaciones normales. Es decir, que no nos veamos por la calle y digamos: «Aquella persona me ha hecho una mala faena», y entonces, como me ha hecho una mala faena, pues yo ya la tengo en el fichero. Es decir, que olvidamos que todos, absolutamente todos, tenemos nuestras debilidades, y a veces involuntariamente decimos cosas o hacemos cosas que en el fondo no hubiéramos querido decir o hacer. Y ocurre de que, si nos damos cuenta, es bueno de que esto suceda, porque podemos crear otra situación en la cual, digamos, pues esta persona ha tenido un momento de debilidad y me ha vilipendiado, y ahí entonces sí que podemos entrar en que no seamos rencorosos, que seamos abiertos, y que veamos que todos, absolutamente todos, estamos sujetos a estas situaciones.
Presentador:
—De todas formas, estaba yo pensando ahora mismo que quizás una sociedad como la nuestra, consumista, materialista, pues infunde muy poco a la amistad. Es decir, que casi es un milagro que haya amistad, cuando es más importante, por decirlo de alguna forma, una pared que una persona.
José Tarrazó:
—Pero hay que tener en cuenta que estamos en una era de transición y que, si nos remontáramos en la historia, desde ahora hacia atrás, veríamos muchas cosas iguales que estas. Si la sociedad ha ido cambiando, ha ido evolucionando día a día por todo el contexto de evolución planetaria, pues deberemos tener en cuenta de que esa evolución no la para nadie. Es decir, los reinos de la naturaleza y el reino humano estamos en un proceso de evolución, y en ese proceso de evolución nosotros quisiéramos ver, de la noche a la mañana, unos cambios drásticos en las personas, y hay que tener en cuenta que el ser humano es muy complejo. Y dentro de esa complejidad existen unos residuos del pasado, los cuales estamos ligados por las culturas, por las religiones, por la misma forma de ser. Y entonces, esto dará lugar a un proceso nuevo, que será más altruista, más humanista, donde las personas tendremos menos agresividad, donde habrá mayor comprensión entre todos. Y entonces veremos que estas amistades y estos amigos que a veces nosotros esperábamos mucho de ellos y nos han fallado, pues también se darán cuenta de que no es bueno el fallar así, porque entrando dentro de la ley de causación. Cuando se hace un daño a otra persona, o a otro ser, ese daño se revierte más tarde o más temprano.
Presentador:
—Como dice el refrán: «El que la hace, la paga».
José Tarrazó:
—«El que la hace, la paga».
Presentador:
—Bien, antes de terminar este programa, quizás, José Tarrazó, podríamos cambiar un poco una frase que también está en boca de todos y que por lo menos considero errónea, ya que es una frase que demuestra de forma muy indirecta el hecho de que el hombre es incapaz de relacionarse con el propio ser humano, y es la famosa frase de que «El perro es el mejor amigo del hombre». Yo creo que después de este programa, de cara al futuro, tendríamos que decir: «El hombre es el mejor amigo el hombre».
José Tarrazó:
—«El hombre es el mejor amigo del hombre». Por supuesto que los animales, sobre todo los animales domésticos, cuando se les tiene cariño, estos te corresponden el uno por mil. Los seres humanos tenemos que buscar una interrelación con las otras personas, con los otros seres humanos, de «el hombre por el hombre», «el hombre por la naturaleza», «el hombre por todo aquello que nos rodea», porque si no empezamos a mentalizarnos, a crear una situación diferente a la que tenemos ahora, que nos viene del pasado, que es esa situación de agresividad, esa situación de ver siempre las cosas desde un punto de vista completamente negativo, creo que todos estamos en procesos de cambio. Claro, y muchas personas dirán: «¿Y yo cómo tengo que cambiar?», pues creo que nadie le debe decir a otro cómo debe de cambiar, él mismo tiene que darse cuenta y, día a día, pues ir quitando pues toda esa serie de impurezas que todos llevamos consigo.
Presentador:
—Además, que se denota, y muchas personas lo podrán comprobar, cuando por una relación de amistad en lugar de tirar una piedra pues regalen una flor. Lo digo desde un punto figurativo, simbólico. Sin duda alguna que percibirán una calma y una paz interior mucho mayores.
José Tarrazó:
—Mucho mayores.
Presentador:
—De la otra forma siempre queda la continuidad agresiva, es decir, el hecho de tirar una piedra y tener ganas de tirar muchas más. Porque la agresividad nunca se para, sino que se multiplica.
José Tarrazó:
—La agresividad aumenta y el amor, las buenas relaciones, también aumentan cuando uno las está practicando. Entonces, lo que tendríamos que ver es que, entre estas dos situaciones, cuál es la que vale la pena: la que seamos agresivos o la que seamos seres pacíficos, amorosos, que seamos más altruistas, que veamos las cosas desde otro punto de vista, no tan pesimista. Porque en la situación actual existen lo que podríamos decir dos fronteras, la frontera donde yo tengo que reaccionar violentamente o la frontera donde yo tengo que reaccionar pacíficamente. Y cuando las cosas se hablan pacíficamente, cuando existe un átomo de comprensión en estas cosas, creo que salen ganando las dos partes. Creo que estas dos fronteras en el tiempo, no será para mañana ni quizás para aquí a cien años, pero sí dentro de esta era, se atisba un haz de luz, que puede ser el que haga que la sociedad cambie toda, porque la violencia engendra violencia y el amor engendra amor.
Presentador:
—Y por otro lado porque, claro, muchas personas estarán pensando: «Bueno, altruismo, pero ¿cómo me tengo yo que dedicar a los demás si nadie se dedica a mí?». Pues está muy claro, es decir, es una opinión muy personal, pero pienso que el altruismo es otro efecto que al final repercute en el propio ser humano, es decir, que el altruismo de forma indirecta beneficia a uno mismo más que al otro.
José Tarrazó:
—Hay que pensar que tenemos que ser sembradores, y si intentamos sembrar una semilla lo mejor posible, esa semilla quizás nos dará un fruto más exquisito y mejor. Y si somos sembradores de vientos y tempestades, pues a lo mejor recogemos pedrisco, porque, claro, la ley de causación está ahí en todo momento, y muchas personas dirán: «¿Y qué es la ley de causación?». Pues una ley, podríamos decir, de química, que reacciona ante cualquier gesto, ante cualquier pensamiento, ante cualquier acción de las personas, y que en un momento determinado se manifiesta en los seres humanos.
»Es importante ver la ley de causación cuando nosotros, poco a poco, y las personas que nos sucederán a nosotros, tengamos muy clara esta situación y vivan la ley del equilibrio, entonces propiciaremos esta ley, en la cual la balanza se ve que ya no oscila de un lado al otro, sino que está paralizada porque está dando el fruto de esa ley de causación. Entonces existirán menos problemas humanos, habrá menos agresión, y habrá, sobre todo, una parte del reino de los cielos con nosotros. Porque qué mejor que nos entendiéramos todos, absolutamente todos, sin esas rencillas y sin esas pequeñas miserias humanas que a veces nos causan dolor, nos causan situaciones psicológicas y nos causan un determinado desequilibrio. Y esto va en detrimento de aquellas personas que tengan que ver si en la balanza existe un lado u otro, y puedan equilibrar esta situación.
Presentador:
—Bien con estas palabras concluimos el programa. Agradecemos su atención y también la presencia de nuestro invitado que siempre nos acompaña, José Tarrazó.
José Tarrazó:
—Gracias.
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